Daniel Blanc y su legado para Bolivia

Daniel Blanc nació en las lejanas montañas suizas, en el seno de una familia de origen rural. Fruto de este origen, desde su infancia, trabajó la tierra con el fervor propio del hombre de campo, carácter que marcó su fructífera vida, gran parte de ella ligada enteramente a Bolivia a través de lo que fue COTESU y ahora es COSUDE (Cooperación Suiza para el Desarrollo).

A menos de un año de su sensible fallecimiento, la Revista de Agricultura se honra en rendir un homenaje para un hombre que marcó honda y firme huella en el devenir del agro boliviano.

Su llegada a Bolivia

Para el año 1969, a tiempo de concluir sus estudios en agronomía en su país natal, y debido a una demanda de cooperación técnica de Perú y Bolivia, quiso el destino traerlo junto a toda su familia a estas tierras alto andinas a través de COTESU. Llegó a La Paz con un rebaño de ganado vacuno lechero mejorado, herramientas agrícolas, unas bolsas de semillas forrajeras y un vasto bagaje de ideas, iniciativas y emprendimientos propios del ímpetu juvenil, la disciplina suiza y la visión amplia de un horizonte abierto a los emprendimientos de voluntades puestas en un solo ideal, la mejora del nivel de vida de la gente de campo.

Su meritoria labor y logros

El año de su llegada se trasladó a Cochabamba, para trabajar junto con la Facultad de Ciencias Agrícolas y Pecuarias de la UMSS, instituciones que lo cobijaron y respaldaron. Fue así que gracias a una notable capacidad de visión y pragmatismo y con el decidido apoyo de estudiantes, se generó y consolidó un proyecto de investigación en especies forrajeras, financiado por COTESU y la UMSS. Esta pequeña pero firme luz inicial, dio lugar pocos años después, a la Empresa de Semillas Forrajeras y el Centro de Investigación en Forrajes “La Violeta”, hoy por hoy instituciones fundamentales para el desarrollo pecuario de la región y de Bolivia.

Esta primera etapa esta marcada por una prolífica actividad científica y práctica. Así y en reconocimiento a su labor, el año 1983 la UMSS le otorgó el titulo de Doctor Honoris Causa.

El año 1984 y nuevamente en base a una profunda capacidad visionaria, funda la Unidad de Producción de Semilla de Papa UPS-SEPA en sociedad con el entonces IBTA, ASAR y COSUDE, institución a la que apoyó de manera decisiva y en la que permaneció hasta su jubilación el año 2001.

Su legado para Bolivia

Alguna vez le preguntaron si no habría preferido, veinte años atrás, quedarse en Suiza o viajar a otro país. Sin vacilar contesto que “no se arrepentía de su elección y que sin olvidar Suiza, ya se sentía boliviano”.

Con tanteos, equivocaciones, frustraciones y logros pero sobre todo con el trabajo como premisa y testimonio de vida, Daniel junto con sus compañeros fueron los que abrieron el camino a una Cooperación Suiza que ahora es mucho más vasta y ambiciosa que en sus orígenes; de seguro lo que se hace hoy no habría sido posible sin este aporte pionero.

Ellos atribuyeron su éxito al apego y cariño que sentían por la tierra, que es el mismo que siente un campesino y el mismo que Daniel percibió durante su infancia y juventud en las montañas suizas.

Daniel Blanc no será olvidado por generaciones, por todo lo que hizo como profesional, por su dedicación a los pequeños productores, por el grupo humano que formó con dinamismo y honradez, para llevar adelante a su querida Bolivia, durante 35 años de labor incansable. Tanta fue su identificación con nuestro país, que en vida y conocedor de su destino final, pidió expresamente a su familia, ser enterrado en San Juan del Oro en Tarija, al lado de campesinos que supieron convivir en plena identidad con la tierra, la misma identidad que Daniel Blanc reflejó a lo largo de sus días.