Investigaciones en digestibilidad de especies forrajeras
empleadas en la alimentación de cuyes

E. Rico
Directora Proyecto MEJOCUY - UMSS
E-mail: mejocuy@hotmail.com

 

Introducción

La crianza de cuyes en los valles, el altiplano y los llanos orientales es una actividad complementaria e importante en la economía y estrategia de producción del campesino. La alimentación está basada en la utilización de especies forrajeras voluminosas y el aprovechamiento de subproductos. La capacidad de transformar el alimento disponible en producto aprovechable para el hombre, está en función de la digestibilidad de los insumos.

A nivel nacional son escasas las investigaciones referidas a la digestibilidad de forrajes. Los avances en nutrición cuyícola que se vienen realizando en el Proyecto de Mejoramiento Genético y Manejo del Cuy en Bolivia “MEJOCUY”, son de amplia cobertura a nivel regional y nacional. Dentro del proceso productivo, surgió la necesidad de realizar estudios básicos de determinación de índices de digestibilidad de especies forrajeras (gramíneas y leguminosas), empleadas en la alimentación de cuyes por línea y población, lo cual ha contribuido a definir la producción cárnica con diferentes especies forrajeras y obtener tablas locales sobre el valor nutritivo, así el productor podrá utilizar de una manera más eficiente sus recursos forrajeros.

Un panorama en base a investigaciones realizadas en el país

En cuanto a investigaciones en Bolivia, referidas al tema, Villegas (1993), determinó la digestibilidad aparente de la alfalfa y el alimento concentrado en dos poblaciones de cuyes, Nativa y Peruana. El estudio se realizó en la etapa de recría (14 a 84 días de edad), se trabajó con 32 animales correspondientes a hembras, machos y a las dos poblaciones mencionadas. Los resultados reportaron (Figura 1), que la población peruana presenta un mejor aprovechamiento de los nutrientes en estudio respecto a la población nativa boliviana. Asimismo, ambas poblaciones tienen una mejor digestibilidad con el empleo de alfalfa más alimento concentrado.

Figura 1. Digestibilidad aparente por población y tratamiento
(D1 = alfalfa; D2 = alfalfa + concentrado).

Los resultados se pueden atribuir a que, en general, los alimentos concentrados se comportan de manera diferente que los forrajes, debido a que el grado de digestibilidad de los primeros no presenta variaciones sustanciales de una especie a otra; mientras que los forrajes están en estrecha dependencia de la mayor o menor capacidad de utilización de la celulosa, que resulta máxima en poligástricos y limitada en monogástricos.

Por otra parte, Mollo y Rico (1994), determinaron los coeficientes de digestibilidad (CD), los nutrientes digestibles totales (NDT) y el consumo voluntario (CV) de forrajes empleados en el valle de Cochabamba para la alimentación de cuyes con cuatro tratamientos: avena (Avena sativa), triticale (X Triticosecale), alfalfa (Medicago sativa) y maíz forrajero (Zea mays).

Para las pruebas de digestibilidad se emplearon 16 cuyes hembras adultas, pertenecientes a la 4 generación resultante del cruzamiento entre las poblaciones Peruana y Nativa Boliviana. El análisis químico de los forrajes utilizados y las heces fue el análisis bromatológico proximal. En base al consumo de alimento y producción de heces se determinaron los Coeficientes de Digestibilidad y Nutrientes Digestibles Totales. Para la evaluación de las diferencias entre los forrajes se aplicó un diseño completamente randomizado con cuatro tratamientos y 16 repeticiones.

Con relación al consumo voluntario, el triticale muestra mayor palatabilidad (49.5 g/día) con respecto a la alfalfa (46.9 g/día), avena (41.3 g/día) y maíz (38.2 g/día). La buena aceptación del triticale al igual que de la alfalfa muestra que son alimentos más palatables que la avena y el maíz. Sin embargo, en general el consumo voluntario determinado, concuerda por lo hallado por Chauca (1993), quien indica que el consumo está entre 40 a 60 g/día.

En cuanto a la digestibilidad de los nutrientes, el maíz y el triticale presentaron alto porcentaje de digestibilidad para la fibra (Figura 2), lo cual indica que son forrajes que presentan alto valor biológico. Respecto la digestibilidad de proteína, la alfalfa presentó mayores ventajas nutritivas debido a su elevada digestibilidad.

Figura 2. Digestibilidad de los nutrientes por tratamiento.

En general se observa que los cuyes siendo animales monogástricos son eficientes para digerir alimentos con alto contenido de fibra.

La medida general del valor nutritivo de un alimento es el contenido de nutrientes digestibles totales. El mayor índice lo presenta el maíz forrajero seguido por la alfalfa. El triticale como la avena ofrece buenas alternativas nutritivas que deben suministrarse sin prescindir de otras fuentes forrajeras, como la alfalfa.

Otro trabajo es el reportado por Fuentes (2002), quién realizó un trabajo de investigación con la finalidad de mejorar el aprovechamiento, la calidad y palatabilidad de rastrojos de gramíneas mediante la amonificación, como una alternativa para la alimentación suplementaria en la temporada de escasez de forraje. Los objetivos fueron: determinar los índices de digestibilidad de rastrojos de cosechas mediante el método de ensilados amonificados para cuantificar el aumento del nivel proteico y palatabilidad en subproductos de residuos de cultivos como la chala de maíz y paja de avena en la alimentación de cuyes.

Se realizaron pruebas de digestibilidad en 16 cuyes machos en etapa de mantenimiento de la población MEJOCUY con chala de maíz y paja de avena amonificadas comparadas con las mismas sin amonificar. Posteriormente se efectuó el análisis químico por el método de Weende y se determinaron los coeficientes de digestibilidad. Las variables de respuesta fueron: consumo de alimento, consumo de materia seca, digestibilidad aparente de proteína, extracto etéreo, cenizas, fibra, extracto libre de nitrógeno y digestibilidad de los nutrientes digestibles totales en porcentaje.

Se determinó que los procesos de amonificación en subproductos de gramíneas no incrementan el consumo voluntario en la alimentación de cuyes. La digestibilidad aparente de los componentes para la paja de avena, se incrementó debido a los procesos de amonificación (Figura 3). Para la chala de maíz, la amonificación incrementa la digestibilidad aparente de la proteína y energía digestible. Se recomienda realizar pruebas de amonificación en otras especies vegetales para mejorar la eficiencia nutritiva.

Figura 3. Digestibilidad de los nutrientes por tratamiento.

Campos (2003), realizó estudios complementarios de digestibilidad, con el objetivo de determinar la digestibilidad en cuyes, de los componentes nutritivos de la Vicia villosa, Trifolium pratense y Lolium multiflorum en relación a la alfalfa, se evaluó el coeficiente de digestibilidad de la fibra, proteína, materia seca, energía y consumo de materia seca en estas tres especies bajo un diseño de bloques completamente al azar con cuatro repeticiones.

Los resultados indican, para la digestibilidad de la fibra, diferencias no significativas entre especies, lo cual significa que la digestibilidad de las distintas especies es la misma. Asimismo, el porcentaje de digestibilidad de la fibra para los forrajes en estudio fue satisfactorio, ya que presentó valores mayores a las investigaciones de Saravia et al. (1992), Castro y Chirinos (1994) y Rico (1995). Este resultado se puede atribuir a la edad óptima de corte de las especies (prefloración a 20 % de floración), en el cual la lignificación es menor (Figura 4).

Figura 4. Digestibilidad de los nutrientes por tratamiento.

El coeficiente de digestibilidad de la proteína fue altamente significativo (P>= 0.0001) entre especies, por tanto el grado de absorción de la proteína en el tracto digestivo de los cuyes fue diferente con las distintas especies forrajeras. El mayor aprovechamiento de la proteína fue de la alfalfa, al respecto Carrasco (2000), indica coincidiendo con este resultado que el ganado debe ser alimentado con forraje el cual debe estar al inicio de la floración (10 %), cuando el porcentaje de fibra es aún bajo (menor al 30 %), pero con alto nivel de proteína (15 a 23 %), lo que indica un porcentaje de digestibilidad alto. El bajo porcentaje de digestibilidad del Lolium multiflorum (62.4 %) puede atribuirse al alto contenido de fibra (29.5 %) en esta gramínea, disminuyendo la digestibilidad de la proteína
(12.1 %).

Los coeficientes de digestibilidad de la materia seca por especie forrajera presentaron diferencias, reportando al trébol rojo y la alfalfa con mayor digestibilidad, lo cual se puede atribuir a la mejor calidad de los nutrientes contenidos en la materia seca. Rico (1995), indica que la digestibilidad de la materia seca del maíz forrajero (85.0 %), fue superior a la alfalfa, resultado que se puede atribuir a que los principios nutritivos del maíz forrajero obedecen a una mejor calidad, pese que el contenido de los mismos fue menor.

A manera de conclusiones

En base a los resultados obtenidos en las diferentes investigaciones de digestibilidad de nutrientes se concluye:

● El consumo voluntario de alimento está afectado por el tipo de forraje empleado, nivel energético, temperatura ambiental, comportamiento individual y otros. El aprovechamiento de los alimentos se mide en función a la digestibilidad que permite apreciar la calidad nutritiva de los mismos. Lo cual, posibilita el empleo de los recursos existentes de manera más eficiente.

● Los resultados mostraron que los forrajes estudiados presentan un contenido óptimo de fibra, lo que promovió una alta digestibilidad, por consiguiente se recomienda el empleo de las diferentes especies indistintamente para cubrir los requerimientos de fibra del cuy.

● La alfalfa presentó los mejores valores de digestibilidad en proteína y energía; por tanto se recomienda su inclusión en la dieta como principal fuente de proteína y de energía.

● En general las leguminosas tales como la alfalfa y el trébol rojo, presentan digestibilidad elevada, recomendándose su uso como forrajes básicos por su alta calidad nutricional para la alimentación de cuyes.

● Las gramíneas: maíz forrajero, avena, triticale y raygras italiano, presentan en general mayor consumo de materia seca que las leguminosas, debido a sus bajas condiciones nutritivas (valor proteico). Por consiguiente, con la finalidad de cubrir las necesidades nutritivas del cuy se recomienda la combinación de leguminosas y gramíneas en la ración.

Referencias

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CARRASCO, W. y RAMÍREZ, F. 2000. Estudio bromatológico de las principales especies forrajeras en la zona andina de Cajamarca. Disponible en: http://www.inia.gob.pe. Consultado el 22.03.05.

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CHAUCA, L. 1997. Producción de cuyes (Cavia porcellus). Perú: Instituto Nacional de Investigación Agraria La Molina. Lima, Perú. pp. 45-47.

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VILLEGAS, C. 1993. Digestibilidad aparente de la alfalfa y alimento concentrado en ambos sexos en dos líneas de Cavia aperea porcellus. Bolivia: Tesis Ing. Agr. Universidad Mayor de San Simón. Cochabamba, Bolivia. 119 p.

Nota de los editores: Este artículo fue revisado por el Ing. M.Sc. Julio Villarroel; el Comité Editor agradece su apoyo.