La selección es una fase importante en el desarrollo de la ganadería andina 

A. Cardozo
Experto en Mejoramiento Ganadero
E-mail:
cardozoarmando@yahoo.com

 

Introducción

Los primeros pasos para avanzar en el mejoramiento de la ganadería latinoamericana han sido los de la introducción de razas mejoradas, esto es, genes depurados para la producción animal (leche, carne, fibras, cueros, etc.). Sin embargo, los recursos a la mano, alimentación, selección del ganado, sanidad, infraestructura, tecnología, etc. no se han tomado en cuenta. Esto es lo que ocurrió en el pasado Siglo XX.

Lo anterior es general; la muy costosa inversión debida a la importación de reproductores de alta calidad genética, ha sido un paso muy costoso y dependiente de otras economías y de otra ganadería. Obviamente, fue una buena inversión. Pero, también fue una mala inversión cuando no se complementó con los otros factores (alimentación equilibrada, sanidad, infraestructura, selección, etc.). La sola inversión en genética fue aislada. En la segunda parte del Siglo XX, se impulsó la alimentación, mejorando las praderas y pasturas, por un parte, y la alimentación con concentrados, por la otra.

El pastoreo de especies forrajeras creció cuantitativa y cualitativamente. Las praderas cedieron el campo a las pasturas y éstas, mejoraron con mejores especies forrajeras. La alfalfa extendió su reinado y contribuyó al aumento de la producción. Pero, al margen de la alimentación forrajera se abrió paso al uso de granos y concentrados. El maíz, el sorgo, la soya, la cebada, la quinua y los extractos proteicos complementan las raciones y dan el toque preciso al cumplimiento de los requisitos nutritivos, para alcanzar los máximos topes de la eficiencia nutritiva.

La sanidad complementó, como ciencia y tecnología paralela, permitió el manejo de ganado para la producción. Luego, se mejoró la infraestructura, el equipo y la maquinaria. Con todos estos factores, el manejo ó administración del ganado, perfeccionó los demás factores de la producción y se alcanzaron los ribetes máximos de la producción, investigación y ciencia animal.

La selección de vacas criollas

La producción de leche en Bolivia se inicia desde el día siguiente que llegaron al altiplano las vacas importadas de España. Los españoles llegaron con sus vacas nativas y comenzaron a producir leche para mantener su costumbre y hábito de alimentarse con este alimento. Pero, se trata de una producción natural, muy reducida exclusivamente para la subsistencia.

Más adelante, la producción lechera entra en otro ámbito; el ámbito de la producción comercial para el mercado que esta en boga, a comienzo del Siglo XIX. Entonces, se trata de aumentar la producción por vaca y se aumenta el número de vacas para disponer más leche para la producción y el consumo público.

Los últimos años de 1800, las haciendas que disponían de animales con buena capacidad para producir leche, lograron apartar a este ganado y criarlo en hatos especiales. Esta política de selección, no era exclusiva de las haciendas con hatos mayores. Cada ganadero con pequeño número de vacas criollas, apartaba las mejores, las que daban más leche y mejores terneros, y les daba un trato privilegiado: el mejor pasto, la mejor cebada, el cuidado preferencial. En el siglo pasado, se inició un proceso de mejoramiento de muchas haciendas, cuyo número debo estar próximo a las cuatro decenas, que cuidaba la producción lechera para vender la en el mercado de las ciudades de La Paz, Oruro y Potosí.

Este fue el caso, por ejemplo de dos lecheros alemanes llegados a trabajar al país: Ulrico y Notker Keggel. En una pequeña chacra criaron vacas que producían más leche que las otras del hato. Eran vacas criollas que fueron seleccionadas por su producción de leche y esa capacidad productiva que transmitían a sus crías. Su producción diaria era de 4 “botellas” de leche, es decir dos “botellas” más que la mayoría del hato. Sin embargo, el “avance de producción, de selección, genético” parecía a los productores, muy lento. Cuanto años más habría que esperar para alcanzar un aumento mucho más significativo?. Resolvieron liquidar las chacras y la mayoría de las vacas criollas. Adquirieron la Hacienda “Irpavi” y criaron uno de los mejores hatos paceños con vacas Holstein y un lote de vacas criollas y mestizas seleccionadas. Para este hato de mejor calidad, adquirieron reproductores seleccionados.

La ganadería lechera en la zona andina

La aplicación de los principios de la zootecnia en altiplano y en toda la zona andina de Bolivia, se inició a comienzos del Siglo XX. La industria lechera fue la primera en irrumpir en el avance tecnológico. En los alrededores de la ciudad de La Paz aparecieron las haciendas líderes.

Trajeron para sí, la genética de Estados Unidos, Argentina, Chile y Perú. Fueron los proveedores de seleccionadas estirpes de la Carnation y de las Ferias de Palermo, de la Quinta Normal y de las Haciendas de la Sierra y Puna peruanas. Las razas Holstein Frisian (y su adaptación, la Holando Argentina), la Pardo Suizo transportada de las praderas argentinas al igual que las pequeñas vacas Jersey. Estas entraron a dos puntos nodales, la Hacienda Chajrawasi de Carlos V. Aramayo y La Joya de D. Miguel Balanza, finalmente con la Brown Swiss, traída directamente de Europa y Estados Unidos, complementaron la producción de leche, aumentando la cantidad y grasa. Introdujeron también vacas previamente adaptadas en el valle de Cochabamba, en el centro de Bolivia.

Estas introducciones significaron visajes sacrificados, problemáticos y costosos. Es decir, el trayecto no fue, de ningún modo, fácil. Salieron de su origen todos los animales vigorosos, respondiendo a una buena elección de los ejemplares más atractivos. El viaje, con la excepción de algunos trayectos, fueron cómodos y cortos por vía aérea; la mayoría de ellos tuvieron que sufrir las penurias de las incomodidades del viaje en tren. Probaron nuevos alimentos, establos ferroviarios desaseados y fríos. Más no fue eso lo más tétrico del viaje, sino que comenzaron los síntomas de la falta de tensión en el aire. La respiración se hizo dificultosa.

Sobrevino el “mal de altura” que restó la mayor parte de los animales importados. Se estima que un 80 % de los animales fueron víctimas de este mal. Empero, los animales que sobrevinieron a esta mala adaptación, se les consideró “resistentes y adaptados al altiplano y a las altas montañas”. Este fue el gran objetivo logrado.

Objetivos de la selección

El ejemplo alcanzado con la formación del hato lechero de la región altiplánica, es claro para mostrar las enormes dificultades y costos para contar con los animales buscados y deseados. Los animales resultaron una buena combinación de razas especializadas en la producción con un componente de animales de gran resistencia al medio.

La producción de las razas foráneas no era espontánea; era un atributo y capacidad lograda en muchos años de permanente selección. Estas razas fueron seleccionadas en Europa desde 1840. La resistencia de las vacas criollas también era formada en 500 años de permanencia en el altiplano. Ambos caracteres se juntaron y formaron la raza Holstein o Pardo Suiza del altiplano, con mayor producción y adaptación. Este grupo compuesto, vive en el altiplano y continúa produciendo leche bajo las condiciones de la ecología del altiplano.

En todo este proceso de mejoramiento combinado, las razas extranjeras que están adaptadas a las condiciones del altiplano y las vacas criollas, adquiriendo mayor capacidad de producción, mantienen sus atributos. Este proceso logró otro componente de la tecnología, mantener y avanzar en los atributos logrados. En efecto, las mejores condiciones de producción y ambientación se conservan y cada año se mejoran.

Los mejores toros cruzan con las mejores vacas. La selección sirve conseguir terneros superiores (en adaptación y producción). Estos a su vez, producen terneros aun superiores en los dos atributos, es decir, es una generación cada vez superior, muy superior a los primeros padres que los generaron. En muchos casos, el ganadero improvisado o con necesidad de ganar más dinero, vende los mejores toretes o terneras, y se queda con vacas y toros de menor calidad. En este caso, la cuenta es regresiva. Los nuevos terneros se pierden por venta y queda la generación con menores méritos. Es una selección y progreso regresivos.

En términos económicos, valga un ejemplo, la generación de padres se vende en 1000 unidades cada uno. Padre y madre tienen un valor de 2000 unidades. Entonces, el ternero nacido de ellos, tiene un valor de 2000 unidades, más un sobreprecio o valor agregado, que puede ser 500 o 1000 adicionales. Entonces, el ternero nacido vale 2000 unidades más 500 ó 1000 adicionales de valor agregado. En este ejemplo, vender los terneros es retroceder o perder el valor agregado del ternero. En la práctica, también habría que considerar que la pérdida será de esa magnitud por cada ternero vendido sin valor agregado.

Por lo tanto, lo que se debe pretender y conseguir es el proceso de mejoramiento o selección permanente y progresivo. El ganadero continúa con su utilidad, y la obtención de infinitas generaciones con mejores utilidades permanentemente.

Una estructura faltante

La producción de terneros seleccionados de alta calidad con alta capacidad de reproductores se realizó en Cochabamba. En La Paz, los terneros fueron capacitados para respirar, trabajar y reproducirse en al altura. En Cochabamba, muchas haciendas criaron, ofrecieron y vendieron terneros que fueron habilitados para la reproducción.

Los terneros vendidos tenían el aval de los criaderos de Cochabamba, todos de mucho prestigio. En La Paz, los terneros de calidad y adaptados en y para la altura fueron criados y distribuidos por muchas haciendas. Se comenzaron a distribuir desde Calacoto, Los Manzanos, Pillapi, Collana, Huancaroma. Kallutaca, Cayhuasi, Horenco y otras haciendas. Estas a su vez reprodujeron todas las estirpes adquiridas y criadas. También el aval estaba dado por la garantía y seriedad de las haciendas productoras. Sin embargo, ese aval no era suficiente. Los propietarios de haciendas productoras y vendedoras de terneros debían agruparse oficialmente y crear un ente capaz de abrir registros de calidad de los terneros nacidos en los hatos de los socios.

La asociación pudo haber ofrecido la extensión de certificados para garantizar la calidad de los terneros. Estos registros y certificados garantizados por la Asociación de Criadores, pudieron haber dado el aval técnico y el respaldo económico al valor de los animales producidos en las haciendas.

Este aval, por otra parte, servía al Estado para inventariar la capacidad del valor intrínseco de los animales con genealogía registrada. Así quedan institucionalizados el Registro de Genealogía y la Producción de la Ganadería Lechera.

Avances en la producción de llamas

Hace 20 años, desde 1985, existen intentos y proyectos para mejorar la calidad de las llamas. En 1964, se estableció y fundó el rebaño de llamas. El Ing. Simón Riera, Director de la Estación Experimental de Patacamaya, adquirió un pool de genes de varios regiones del territorio altiplánico, principalmente, Guaqui, Sajama, Turco, Machaca y Ayopaya, desde entonces se conservaban los registros. Se abrieron los registros de identificación y de características generales, servicios o montas, de salud, de nacimiento, de producción y de ventas.

Los pesos vivos que se recopilaban mensualmente, y en los nacimientos, sirvieron para empezar el registro de crecimiento y producción de carne. Hasta entonces se estableció que los pesos eran de amplio rango, por la edad, sexo, estado fisiológico y épocas del año. Asimismo, se calculaban los aumentos de peso vivo para conocer las fases del crecimiento. Por los pesos obtenidos, se consideró que el aumento de pesos vivos era de 50 a 80 gramos diarios, en el pastoreo, como promedio general.

Alimentos, pastos y alimentación

En la fase de investigación, las llamas fueron sometidas a diversos tratamientos de alimentación. En general se observó que los aumentos de peso, principalmente de llamas adultas alcanzaban a 150 a 180 gramos diarios. Sin embargo, estos aumentos de peso eran mientras duraban los ensayos. Posteriormente, los aumentos de peso se consideraron en ensayos de pastoreo con menores índices.

En un ensayo de alimentación, considerando tarwi (Lupinus mutabilis, Lupinus spp.), el Ing. Máximo Flores, y otro compañero de investigación, certificó aumentos de peso hasta de 206 gramos diarios. Posteriormente, la Ing. Marlene Zenteno encontró en su trabajo experimental hasta 210 gramos de aumento de peso diario. Finalmente, el Ing. Severo Choque informó de aumentos de peso hasta 216 gramos de peso diarios. Estos mejores aumentos de peso son avances crecientes y superiores a otros; son, apenas, un 0.26 % de un peso vivo de 80 kg. En el caso de ovinos, con pesos vivos de 40 kg se alcanzaron en la Estación Experimental de Patacamaya, por los investigadores anteriores, hasta 400 g/día de aumento de peso vivo, aumentaron el 0.01%. Es decir, 2.6 veces más en llamas que en ovinos.

Por lo anterior, el avance de aumentos de peso vivo en llamas está aumentando a un ritmo mayor que el de los ovinos. Además, hay otras ventajas comparativas: las llamas consumen un alimento más burdo, menos rico y nutritivo, en menor cantidad, obtenido espontáneamente sin los costos y tiempo que reclama el cultivo de la alfalfa u otros forrajes. Por lo tanto, la investigación de la alimentación y engorde está escalando a niveles más rápidos y superiores que los ovinos. Las llamas está aprovechando mejor el ecosistema del altiplano.

Selección por peso

Ya se ha apuntado un intento de seleccionar los liamos y llamas que aumentan más de peso. También se ha propuesto que llamas de la selección F1 pueden ser también seleccionados en F2. Así, hay animales que tienen antecedentes de padres y abuelos de buenas características de aumentos de peso. Los animales herederos tienen la genética de aumentos de peso de dos generaciones. Estos animales tienen un valor muy especial. No solo es el aumento de peso porque recibieron buenas raciones, sino porque imitan las características de dos generaciones. La F2 es una generación superior en aumento de peso.

Ese aumento de peso es una característica económica. Pero, además tienen otra característica, que es el mayor precio que acumulan por esos dos factores. Luego, el valor de los animales F2 es superior, muy superior a los progenitores. El criador que está criando estas llamas tiene que concientizar que está criando animales “en proceso de especialización de carne, por prueba de producción”. Por esa razón, las crías que venda de la F3 tienen que ser al menos el doble de la primera generación. Este es el “plus”, “over head”, “el valor agregado” de cada llama nacida en su rebaño.

Llamas certificadas

Este nuevo criador debe preocuparse, principalmente, de mejorar la alimentación. Con mejores pastos cultivados y buenas praderas nativas podrá subir más sus utilidades y podrá ganar más dinero. Además, crecerá su fama de buen criador, de su buena hacienda, de la región. Estos signos de prestigio, significan, también una respuesta económica. Para sacar fruto de ese prestigio, debe vender llamas certificadas. Las llamas certificadas deben disponer de certificados que demuestren esencialmente lo siguiente: el lugar de origen del criadero, el nombre de los abuelos y padres, los pesos vivos y aumento diarios de peso por períodos. Con esta, información la llama posee mayor valor.

Una asociación de criadores de llamas

Lo que se ha observado en el desarrollo de la organización de criadores de llama es una absoluta anarquía, una división decepcionante de productores embarcados en el mismo negocio. Esto causa un perjuicio a cada asociación y una pérdida de una serie de ventajas como las que alcanzan las asociaciones existentes en el oriente boliviano. Existió también en el altiplano, yungas, nacionales con asociaciones que hicieron importaciones de equipo, exposiciones, conferencias, etc.

Mientras haya una enmienda de todos estos daños que se hacen mutuamente los criadores de camélidos, se sugiere elegir a la Asociación Boliviana de Producción Animal, para hacer la coordinación de todos los intereses. Establecer un plazo corto hasta lograr la unificación y coordinación de las actividades de criadores, instituciones de apoyo, autoridades gremiales, regionales, etc. Avanzar hacia las cámaras de productores y a la formación de personal capacitado y la generación de normas particulares para la asociación.