La Mosca Blanca: una nueva plaga emergente
en la horticultura boliviana

1Barea O., 2Lino V., 3Franco J.

1. Especialista en protección vegetal (Fundación PROINPA)

2. Entomólogo, Proyecto MIPAPACRUZ (CIAT/Fundación PROINPA)

3. Especialista protección vegetal, Nematología (Fundación PROINPA)

 

Antecedentes

Las moscas blancas son insectos chupadores de la familia Aleyrodidae (Homoptera) de amplia distribución mundial. El daño de mayor importancia económica que causan es la transmisión de virus, especialmente en cultivos hortícolas y ornamentales de invernadero. Las pérdidas ocasionadas por esta plaga en varias regiones del planeta, han sido devastadoras especialmente en cultivo de tomate y ornamentales; además con la aparición de nuevos ecotipos los riesgos son mayores. Al presente se registran más de 1.150 especies en el mundo. En América Central y Colombia se ha detectado 30 especies (Caballero, 1992), 18 especies identificadas en la agricultura Peruana (Valencia, 2000), en Venezuela se hallaron 32 especies de Aleyrodidae pertenecientes a 19 géneros (Arnal et al., 1994).

En Bolivia desde hace más de 30 años, especialmente en las zonas de los valles mesotérmicos de Cochabamba y Santa Cruz, donde se practica una agricultura intensiva con dos a tres siembras de cultivos hortícolas por año, el uso de plaguicidas es frecuente, diverso y creciente, de forma continua y acelerada en los últimos años. Los grupos de insecticidas más usados son los organofosforados y carbamatos (PROCIPLA, 1987; Fuentes y Watson, 1995; Lino, 2002).

Las condiciones favorables de estos valles (temperaturas promedio de 20 ºC con escasas heladas y HR promedio de 50%) y posiblemente el uso excesivo de insecticidas, especialmente contra la polilla de tomate (Barea, 1988), ha favorecido la explosión demográfica de la mosca blanca, plaga polífaga que ataca muchos cultivos de importancia económica. Muchos especialistas coinciden en que el monocultivo extensivo y uso indiscriminado de plaguicidas orgánicos han contribuido a crear la situación explosiva de las moscas blancas (Asiático y Zoebisch, 1992; Valencia, 2000) en varios países de Centro y Sur América.

Hilje (1992) supone que las especies de mosca blanca Bemisia tabaci y Trialeurodes vaporariorum han estado en nuestro territorio (América) desde hace décadas, pero que habían pasado desapercibidos, debido a su poca relevancia económica. En consecuencia en la década de los 90, en varios países de Centro y Sur América, entre ellos nuestro país, se ha registrado un brote repentino de esta plaga secundaria, que se ha convertido en una plaga clave; al igual que el género Liriomyza reportada por Barea (1999), en varios valles andinos de Bolivia.

Es una prioridad nacional investigar sobre los riesgos de esta nueva plaga en la agricultura boliviana, desarrollando las capacidades para entender mejor la distribución de la plaga, identificar las especies nativas, realizar pruebas serológicas o de biología molecular para determinar los virus que transmiten y así poder enfrentar los inminentes riesgos de esta situación emergente. Especialmente en los valles mesotérmicos del país, proveedoras de volúmenes considerables de tomate, pimentón, papa, pepino, vainita y otros, hacia los mercados urbanos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

Conocimiento desarrollado y logros

Diagnóstico y distribución de la plaga

El reporte de plagas inséctiles realizado por PROCIPLA en 1986 en los valles mesotérmicos de Cochabamba y Santa Cruz, aún no registra la presencia de la mosca blanca. A partir de 1995, según diagnósticos realizados por científicos de PROINPA en los valles mesotérmicos de ambos departamentos (Lino y Crespo, 1996; Fernández-Northcote et al., 1994), se detectó y reportó la presencia de bajas poblaciones de mosca blanca, especialmente en cultivos de papa y tomate en las áreas de Mizque (Cochabamba) y San Isidro (Santa Cruz).

Luego, investigaciones realizadas durante la campaña agrícola 2000 determinaron la presencia de la mosca blanca en las zonas de Vado Hondo, Tambo, San Isidro, Palizada y Pulquina Abajo (Lino y Rojas, 2001); y durante el 2001 se registró la diseminación de la plaga a las zonas de Buitrón, San Rafael, Saipina, Montegrande y Chilón y otras; que están mas lejanas de la carretera troncal Cochabamba Santa Cruz, donde se registraron altas y bajas poblaciones de mosca blanca, con incidencias entre 20 y 100% de las parcelas visitadas (Figura 1).

Figura 1. Registro de incidencia de la mosca blanca en comunidades de los valles mesotérmicos.

A través del muestreo y análisis de ninfas de moscas blancas procedentes de San Isidro en el cultivo de papa (zona endémica del país), con el proyecto MIPAPACRUZ (CIAT-PROINPA), se determinó que la especie es Trialeurodes vaporariorum Westwood, llamada comúnmente mosca blanca de los invernaderos (reporte de la Dra. Pamela Anderson-CIP) (Foto 1). Esta especie junto con B. tabaci, han alcanzado mayor importancia económica, por el tipo de daño que causa y su capacidad de transmitir virus (Valencia, 2000). T. vaporariorum se registró por primera vez en el Perú en 1961, en Republica Dominicana 1978 en crisantemos, en Costa Rica 1983 como plaga del chile dulce y en Bolivia el año 1996 afectando tomate y papa.

Foto 1. Adultos y ninfas de T. vaporariorum atacando plantas de papa en San Isidro.

T. vaporariorum es una especie de amplia distribución a nivel mundial (Valencia, 2000); y alcanza mayor importancia en zonas altas, a 1.000 msnm en República Dominicana (Alvarez et al., 1993), en Panamá a 1.200 msnm (Zachrisson y Poveda, 1993), a 600, 1.450, y 2.400 msnm en Costa Rica (Hilje et al., 1992). En Bolivia se la encuentra entre 1.300 a 2.000 msnm.

Hábitos, hospederos y daños

Observaciones frecuentes de campo, permiten caracterizar dos tipos de daño directo de la mosca blanca:

a) La extracción de savia que provoca el debilitamiento de los tallos y follaje, la falta de desarrollo de la planta y evita la maduración de los frutos.

b) El crecimiento de fumaginas sobre la mielcilla excretada (Foto 2, 3), que dificulta la fotosíntesis y deteriora los frutos y tallos de las plantas hospederas.

Foto 2. Formación de fumaginas en folios de tallos de vainas.

Foto 3. Formación de fumaginas en foliolos de papa.

El daño indirecto, más importante desde el punto del manejo integrado de las moscas blancas y en forma específica de las especies T. vaporariorum y B. tabaci, se refiere a su capacidad de actuar como vector o transmisor virus a las plantas en las que se hospeda. La mayoría de los virus transmitidos por moscas blancas pertenecen a la Fam. Geminiviridae, otra Fam. importante es Closteroviridae, estos virus infectan cultivos de importancia económica como: tomate, algodón, yuca, melón, col, pepinillo, calabaza, frejol, vainita ají, ornamentales entre otros.

Uno de los virus clave transmitido por T. vaporariorum es el PYVV (Potato yellow vein virus, familia Closteroviridae) que ocasiona la enfermedad del amarillamiento de la venas de la papa, con alto riesgo de diseminarse de Colombia y Ecuador a países vecinos (Valencia, 2000).

En los valles mesotérmicos del país se pudo evidenciar que los hospederos preferidos por T. vaporariorum son cultivos de importancia económica como: pepino, vaina, fréjol, tomate y la papa; el insecto tiene mayor preferencia alimentaría por los tres primeros. Hilje et al. (1992) indican que esta especie de mosca blanca completa su ciclo de vida en el tomate; además reporta a Amaranthus sp., Cucumis sp., Euphorbia heterophylla, Desmodium sp., Datura sp. Solanum nigrum y otras especies, como hospederos silvestres.

Resistencia a insecticidas

Dada la capacidad de la mosca blanca a desarrollar rápida resistencia a los insecticidas (Dittrich et al., 1990) y a la mucha plasticidad genética que manifiesta en su gran variabilidad intraespecífica (Mound, 1963; Bink-Moenen y Mound, 1990 citado por Hilje, 1993); existe un inminente riesgo de desarrollo de resistencia bajo las condiciones de control de plagas (casi exclusivamente químico) en los valles mesotérmicos.

Cabe recordar que desde 1986 en las zonas, donde se detectó la presencia de mosca blanca especie T. vaporariorum, el uso de los insecticidas organfosforados Metamidophos y Dimetoato y los piretroides Permitrina y Deltametrina, ha sido continuo y en volúmenes considerables (PROCIPLA, 1987; Barea, 1988; Fuentes y Watson 1995; Lino, 2002). Al respecto en Guatemala en el cultivo de algodón, B. tabaci alcanzó niveles de resistencia superiores a 900X a los piretroides bifentrina y la cialotrina, y de hasta 2000X para el quinalfos y la deltametrina (Dittrich et al., 1990)

Acciones futuras

Por las características emergentes de la presente plaga, los mayores esfuerzos deberían centrarse en el desarrollo e implementación de un programa de manejo integrado de moscas blancas, que comprenda: la investigación de la biología del insecto, la identificación de las especies presentes en Bolivia que permita conocer y entender mejor la ocurrencia de esta plaga.

Es necesario desarrollar estudios de rango de hospederos, relacionados a cultivos de importancia económica, malezas y plantas silvestres, investigaciones que serán la base para el desarrollo de los componentes de manejo integrado del insecto y de las enfermedades viróticas asociadas.

Por los antecedentes de desarrollo de resistencia a plaguicidas por parte de las moscas blancas, es importante desarrollar investigaciones básicas de resistencia a insecticidas más usados en la agricultura boliviana, vinculadas a la búsqueda de alternativas no química para el control de esta plaga, como el uso de trampas, sustancias repelentes, prácticas culturales (siembra directa, manejo de almácigos, etc), variedades resistentes, uso de entomopatógenos (géneros Aschersonia, Verticillium, Paecilomyces, Erynia y Beauveria) y otros.

Al presente la transmisión de virus por moscas blancas, es un tema de investigación de alta prioridad en varios países. En nuestro país es urgente fortalecer las capacidades de desarrollar y probar métodos para la detección de virus en plantas cultivadas, sean estos serológicos o de biología molecular hibridación de ácidos nucleicos y PCR (Polymerase Chain Reaction). Por último, validar y difundir tecnologías a desarrollarse; para responder a la creciente demanda de los horticultores por solucionar este apremiante problema en sus cultivos.

Referencias sobre el tema

Álvarez, P.; Alfonseca, L.; Abud, A.; Villar, A. Rowland, R.; Marcano, E.; Borbon, J.C.; Garrido, L. (1993). Las moscas blancas en la República Dominicana. En las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en América Central y el Caribe. CATIE. Serie Técnica, Informe Técnico No. 205. 66 p.

Asiatico, J. M.; Zoebisch, T.G. (1992). Control de la mosca blanca (Bemisia tabaci) en tomate con insecticidas de origen biológico y químico. Manejo Integrado de Plagas (Costa Rica) 24-25:1-7 p.

Arnal, L.; Russell, L. M.; Debrot, E.; Ramos, F.; Cermeli, M.; Marcano, R.; Mantagné, A. (1994). Lista de moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) y sus plantas hospederas. Florida Entomologist 76(2):365-381 p.

Barea, O. (1988). Ciclo Biológico y Niveles de infestación de la polilla del tomate. Tesis Ing. Agr. Facultad de Ingeniería Agronómica. Universidad Mayor de San Simón. Cochabamba, Bolivia. 201 p.

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Caballero. R. (1993). Moscas blancas neotropicales (Homoptera: Aleyrodidae): hospederos, distribución, enemigos naturales e Importancia Económica. En las moscas blancas (Homoptera:Aleyrodidae) en América Central y el Caribe. CATIE. Serie Técnica, Informe Técnico No. 205. 66 p.

Dittrich, V.; UK, S.; Ernst, G.H. (1990). Chemical control and insecticide resistance of whiteflies. In Whiteflies: Their bionomics, pest status and management. D. Gerling (ed) New Castle. UK. Athenaeum Press. P. 263-285 p.

Fuentes, M.; Watson, G. (1995). Uso, Manejo y Distribución de pesticidas para el cultivo de papa en el departamento de Cochabamba.IBTA-PROINPA. Documento de trabajo 3/95. 47 p.

Hilje, L.; Lastra, R.; Zoebisch, T.; Calvo, G.; Segura, L.; Barrantes, L.; Alpizar, D.; Amador, R. (1992). Moscas blancas en Costa Rica. En Las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en América Central y el Caribe. CATIE. Serie Técnica, Informe Técnico No. 205. 66 p.

Hilje, L. (1993). Un esquema conceptual para el manejo integrado de la mosca blanca (Bemisia tabaci) en el cultivo de tomate. Manejo Integrado de Plagas, Costa Rica, 29:51-57 p.

Lino, V.; Crespo, L. (1996). Diagnóstico de plagas potenciales en valles mesotérmicos y zonas de altura. Recolección de especímenes. En Informe Anual 1995-96. IBTA-PROINPA-CIP. Cochabamba, Bolivia. IIIE-90-IIIE93 p.

Lino, V.; Rojas, E. (2001). Diagnóstico de plagas insectiles en el cultivo de papa, en la provincia M.M. Caballero, Santa Cruz. In Informe Anual 2000-2001. Fundación PROINPA. Cochabamba, Bolivia. 61-64 p.

PROCIPLA (1987). Lista de plaguicidas frecuentes en el mercado local. Sus características, salientes y algunas recomendaciones. PROCIPLA-USAID PL-480. Cochabamba, Bolivia. 25 p.

Valencia, L. (2000). La Mosca Blanca en la agricultura Peruana. Lima, Perú. 133 p.

Zachrisson, B.; Poveda, J. (1993). Las moscas blancas en Panamá. En las moscas blancas (Homoptera: Aleyrodidae) en América Central y el Caribe. CATIE. Serie Técnica, Informe Técnico No. 205. 66 p.

Contacto con los autores:

Ing. M Sc. Oscar Barea Montellano

obarea@proinpa.org

Dr. Javier Franco

jfranco@proinpa.org

Ing. Vladimir Lino

evlino@yahoo.com