Superposición de sistemas de riego como estrategia
de producción agrícola en Tiquipaya

1Salazar F., 2Durán A.

1. Lic. Sociólogo, Investigador PEIRAV

2. Ing. Agrónomo, Investigador PEIRAV

 

Introducción

Las comunidades campesinas, para el aprovechamiento de sus recursos comunes, asumen dos espacios socio-territoriales, uno comunal y otro intercomunal, ambos representan un elemento cohesionador, es el caso del agua utilizada en el riego, por ello los individuos se organizan en el control de las fuentes y estructuras hidráulicas necesarias para la captación, conducción y distribución el agua en áreas agrícolas de la zona de riego. Este control de recursos está articulado con una lógica social que permite justicia, transparencia y equidad en el funcionamiento de los sistemas. Esta lógica social es a su vez, consecuencia de un largo proceso de adecuaciones técnicas y de acuerdos sociales en torno a derechos y obligaciones para el aprovechamiento y funcionamiento de los sistemas de riego.

El riego en Tiquipaya es un claro ejemplo de ello, puesto que desde los tiempos prehispánicos hasta nuestros días, se han dado una serie de procesos de creación, ampliación y recreación de sistemas de riego que respondían a las inestables condiciones climáticas y las demandas de producción del mercado; determinando la actual situación de los sistemas de producción agrícola en la región.

Un conjunto de sistemas para un mismo perímetro

Tiquipaya se ha caracterizado por tener una agricultura bajo riego, que se desenvuelve dentro de sistemas tradicionales de gestión, a cargo íntegramente de los propios usuarios. Los sistemas de riego existentes presentan la particularidad de sobreponerse los unos a los otros, es decir, utilizan la misma infraestructura para la conducción de diferentes aguas, pudiendo tener cada grupo de usuarios derechos de propiedad hidráulica (implica la fuente, infraestructura de captación, distribución y derechos de agua) en uno o más de los diferentes sistemas. Cabe señalar que entre las diversas formas de obtención de derechos de agua, la inversión en trabajo y/o capital constituyen las más importantes.

Cada sistema de riego se caracteriza por su independencia en cuanto a la administración y operación, contando cada uno con reglas, costumbres y acuerdos específicos; muchos de los cuales datan de tiempos antiguos. No obstante, existen simultáneamente un sin fin de relaciones entre usuarios y sistemas que se expresan en diferentes momentos (como en los trabajos de mantenimiento, separación de aguas en bocatoma y en puntos de distribución), resultando un uso común de la infraestructura de canales.

La superposición de varios sistemas, determina una gran complejidad en las modalidades de asignación de derechos de agua. Esto implica que algunos grupos de regantes tienen acceso a varios tipos de aguas, mientras que otros solamente son dueños de una fuente e incluso existen grupos sin derechos de agua, situación que ha determinado por una parte la diferenciación socioeconómica de la población en función a su mayor o menor tenencia de tierra y posibilidad de acceso a derechos de agua, y por otra, una serie de mecanismos y estrategias campesinas para acceder al agua, de manera tal que en los hechos todos los campesinos de Tiquipaya cuentan con alguna forma de acceso al agua, aunque obviamente observándose diferencias entre los sistemas de producción implementados, en función a los recursos disponibles.

Geográficamente, el área de riego en Tiquipaya está conformada por 4 cuencas correspondientes a los ríos Khora, Apote y Phiusi, que son utilizadas indistintamente para la conducción de una o varias de las aguas de Tiquipaya.

Los sistemas de riego en Tiquipaya tienen las siguientes fuentes de agua:

1. Mitas

Constituyen el sistema matriz del área. Cada uno de los 4 principales ríos de Tiquipaya: Khora, Chuta Khawa, Apote y Phiusi, constituyen sistemas de "Mit'a" de río, los cuales son permanentes durante el año, y se caracterizan porque los usuarios pertenecientes al sistema disponen de turnos fijos en base a sus derechos de agua, independientemente de la variación en los caudales, aspecto que depende a su vez de la época del año. Simultáneamente, estos ríos forman cursos naturales que son utilizados para la conducción de agua de los sistemas de lagunas.

Cabe resaltar que estos sistemas cuentan con organizaciones implícitas ya que no tienen directiva o directorios. No obstante, se hacen manifiestas a través de sus sindicatos agrarios o en grupos de usuarios. Por otra parte, es en este sistema donde existen diferentes nominaciones y normas de uso del agua según el caudal del río, como ser las aguas comunes, que son de acceso libre (sobre 400 l/s) siendo las mas beneficiadas las comunidades de cabecera de río. La mit'a corresponde a los turnos estrictos de agua según los derechos; y las riadas, que aunque de importancia relativa en cuanto al riego, acarrean empero un gran volumen de agua con un alto riesgo de desborde de los ríos.

2. Lagunas

Las seis lagunas existentes, se caracterizan por tener una forma de operación por "largas" en el periodo de estiaje (entre los meses de Julio a Noviembre). La apertura de las represas se realiza por cierto período de tiempo en función a los derechos de agua de los usuarios de cada sistema, y en fechas elegidas de acuerdo a los requerimientos de los usuarios), cuyo número alcanza un mínimo de 3 y un máximo de 8 largadas por año. Los sistemas de lagunas existentes son:

- Lagum Mayu, Sayt'u Qhocha y Chankas (esta última cuenta con once embalses) que desembocan en la zona de riego a través del río Khora.

- Paso Apacheta, que transporta sus aguas a través de la cuenca del río Phiusi.

- Totora y San Ignacio, cuyas aguas son conducidas por el río Apote.

3. Vertientes

Otro de los sistemas tradicionales de captación de agua para riego, son las vertientes que llegan a un número de 36, las cuales análogamente a los otros sistemas, cuentan con sus propias organizaciones de usuarios, que a su vez, determinan sus propias reglas de operación y distribución, en función a los derechos de agua de cada regante o grupo de regantes. Su área de influencia llega a la zona central. Es necesario hacer notar que debido al auge en la excavación de pozos en los últimos años, los sistemas de vertientes presentan una disminución paulatina y constante de sus caudales, probablemente a consecuencia de la disminución de los niveles freáticos, que han originado una menor tasa de recarga y por lo tanto menos agua disponible.

4. Pozos

Durante los últimos tiempos, se han excavado cada vez más pozos que captan agua a diferentes profundidades, desde pocos metros bajo la superficie, hasta más de 100 m, como los de SEMAPA para dotación de agua potable a Cochabamba. Estos sistemas de riego funcionan a escala reducida, abasteciendo a pequeños grupos de usuarios.

5. Sistema Nacional de Riego Nº 1 "La Angostura"

Finalmente, el sistema de "La Angostura" completa el conjunto de los sistemas de riego en la zona de Tiquipaya. Este sistema dota de agua para riego a prácticamente todo el Valle Bajo y Central. En el caso de Tiquipaya, el agua de riego llega principalmente a través del Canal Norte, abasteciendo a las comunidades situadas al Sur de dicho canal.

Es de destacar que al ser construido este sistema por el Estado, este se convierte en dueño de toda la propiedad hidráulica, por ello estructura en forma jerárquica las relaciones entre los beneficiarios y el Estado representado por su Agencia de Riego. Los usuarios constituyen "consumidores" sin poder de decisión sobre la administración, las cuotas y fechas de largadas (se pretende una uniformización en el calendario agrícola ignorando la especificidad de cada zona); persistiendo de esta manera una subordinación frente a la Agencia de riego.

Sin embargo, cabe mencionar que existe cierta descentralización en la distribución de agua delegada a responsables locales. Otra diferencia fundamental es que este sistema provee en cada largada de volúmenes fijos de agua por unidad de superficie, es decir láminas de agua, oscilando entre 800 a 1000 m3/ha (80 a 100 mm/ha), al contrario de lo que acontece en los otros sistemas, en los cuales el turno de agua de un usuario está definido por un tiempo fijo, siendo el caudal variable, y por tanto también el volumen, independientemente de la superficie cultivada.

Asimismo, para la adquisición de derechos, los accionistas cancelaron una cuota fija de acuerdo a la superficie inscrita, debiendo abonar cada año una cuota fija por hectárea, que involucra el costo del agua, así como cierto monto para trabajos de mantenimiento y gastos administrativos.

En este sistema se observa por tanto la particularidad de que no existió una asignación de derechos de agua en base a trabajo desarrollado, lo cual representa otra diferencia en relación a la asignación de derechos en los otros sistemas.

Superposición de sistemas de riego como resultado de una continua presión sobre el agua: Síntesis histórica

La actual conformación de los sistemas de riego en Tiquipaya, precisamente por sus características tradicionales en cuanto a la gestión del riego, ha sufrido una serie de procesos para llegar a la actual conformación de sus sistemas.

Las referencias de los sistemas se tiene en los primeros pueblos de los reinos aymaras asentados en Tiquipaya, anteriormente a la conquista de los Incas, para quienes el agua para riego tenía una concepción especial en relación a considerar los diferentes tipos de agua para ciertos momentos de la producción, como ser aguas de río, de lagunas, de vertientes; aguas claras, turbias; etc., cuyo uso tenía un significado ritual. La ubicación geográfica de las fuentes, constituía ya un límite socio-territorial y de unidad del agua a la tierra.

Algunos principios hidráulicos para la gestión del agua, se encuentran en diferentes aspectos como ser la tecnología y el manejo territorial. En el primer caso, se caracterizó por la construcción de diques para embalses, bocatomas en los ríos, complejos canales destinados a la conducción, distribución y riego parcelario; todo ello en una unidad sin jerarquía. También pueden encontrarse una gama de prácticas agrícolas, como ser la rotación de terrenos y de cultivos, sistemas de producción de semillas, etc.

En cuanto al manejo territorial y la gestión de las fuentes, se encuentra una lógica en la posición de la tierra para cada reino, cuya base son la división de tierras en Parcialidad Anansaya y Parcialidad Urinzaya y la subdivisión de estas en Suyos. En el caso de Tiquipaya, para la cuenca del río Khora, dicha subdivisión corresponde al margen Oeste y Este del río, respectivamente.

Las tierras de cada grupo aymara se encontraban en ambas parcialidades, respondiendo a diferentes rotaciones y usos de la tierra. (pastoreo, descanso, barbecho, producción agrícola). Bajo estos límites socio-territoriales se daba el acceso a diferentes fuentes de agua (del río Khora y vertientes e hipotéticamente Lagum Mayu), cuyos derechos eran comunales y correspondían a cada grupo aymara en cada una de sus parcialidades. La distribución se realizaba según requerimientos de cultivo de sus tierras, bajo control de autoridades de cada grupo (Mallcu, Hijacata...) dando lugar a una movilidad de agua en función a las cédulas de cultivos y a la tenencia de tierras de un grupo dentro de una parcialidad e incluso en la otra.

Es evidente también, que el agua jugaba un rol cohesionador entre los diferentes grupos étnicos a través de las prácticas sociales (reciprocidad y redistribución) flexibles en el acceso al agua.

La conquista incaica, retorna los principios hidráulicos de los reinos aymaras, manteniendo la unidad de agua, tierra y organización territorial de parcialidades y suyus. El único cambio se da en la asignación de tierras al Inca, trabajadas por mitimaes, cuyas cosechas se destinaban en gran proporción al Imperio.

Un segundo momento, se da en la Colonización española de los valles de Cochabamba; imponiendo en Tiquipaya primero el régimen institucional de la Encomienda, que desde un inicio da lugar al tributo personal de los indígenas. Con la reducción de los cuarenta grupos aymaras, en el "Pueblo Real de Indios San Miguel de Tiquipaya" se mantiene dicho tributo, por medio del cual se encargaba a caciques designados para la efectivización de dicho tributo y la cuota de hombres para servir en los trabajos de las minas en Potosí. Estos factores determinaron la usurpación de tierras por parte de hacendados españoles aprovechando el descenso demográfico y los excesivos tributos monetarios, cada vez más difíciles de ser cancelados por los indígenas.

Para la distribución de las aguas del río Khora y de las vertientes; entran en vigencia los turnos de derechos con rotación fija; siendo de 10 días para la parcialidad Anansaya, 4 días las haciendas y 10 días Urinsaya. La característica de los turnos de distribución radicaba en que para las haciendas estos eran turnos-individuales, que distribuían en sus tierras según sus necesidades o las ponían en disposición de un "mercado de agua", creado por ellos. En cambio para el Pueblo de Indios, el turno expresaba un derecho comunal de las parcialidades, los cuales se distribuían al interior en base a una planificación y requerimiento de riego de los cultivos.

Una presión continua por el agua persistía en Tiquipaya ya que la lógica de rotación de la tierra no se aplicaba en las haciendas, y se habilitaban continuamente tierras que demandaban mayores cantidades de agua para abastecer los cultivos. Asimismo, en el Pueblo de Indios la disminución de la población dio lugar a un incremento progresivo de forasteros que ayudaban a trabajar la tierra de los originarios, lo cual llevaba a una mayor demanda de agua.

A lo anterior se añaden fuertes crisis ecológicas (sequías, plagas) que continuamente ejercían periodos de escasez de agua para riego; por ello las continuas y largas disputas, como es el caso del juicio del Pueblo de Indios contra los hacendados, pidiendo ampliación de derechos de agua de la Machu Mita del río Khora, pleito que duró aproximadamente desde 1619 a 1741.

Es por necesidad que se realizan trabajos de mejoramiento de los sistemas de lagunas en la Cordillera (en el resto de los valles se construyen diques de agua en base a las riadas del río Condorillo o Rocha), siendo los principales promotores el Pueblo de Indios que involucran a las haciendas en trabajos de Lagum Mayu, razón por la cual tienen mayores derechos que las haciendas (lista de distribución de 1884). Inspirados en la movilización campesina, los hacendados a fines del siglo XVIII, movilizan sus recursos e invierten en trabajos de habilitación de las lagunas en la cordillera: Chankas, Sayt'u Khocha, San Ignacio y Totora; y en el área de riego construyen tres diques (laguna Coña Coña, Acero, Capacachi) para almacenar las aguas de las riadas.

De estas aguas nuevas, de acuerdo a la inversión se otorgaron derechos de agua totalmente independientes de los demás sistemas; incrementando los derechos de agua de las tierras que ya los tenían en los sistemas de mita o vertientes y creando derechos para algunas tierras que no tenían aguas. Además, con los nuevos caudales se consolidan los molinos hidráulicos, que para el río Khora llegaban a un número de 12.

Finalmente, ya en tiempos de la República, que desestructuró el DERECHO COMUN DE LAS PARCIALIDADES, ya que en base a la última Revisita colonial de 1784 (en las revisitas, se reasignaban las tierras llamadas sobrantes de los Pueblos de Indios en favor de las haciendas y se cotizaban el impuesto y tributo) y las revisitas de 1825, 1840 y 1876-1884; se cambia el tributo personal por el impuesto a la tierra, imponiéndose de este modo la apropiación privada e individual de la tierra por parte del Estado a través de "títulos de propiedad privada". El Pueblo de Indios San Miguel de Tiquipaya, distribuyó las tierras de sus parcialidades Anansaya y Urinsaya entre las familias ya asentadas en esas tierras, en unidades de superficie denominadas ASIGNACIONES a las cuales se les otorgaba derechos de agua en un intento de distribución equitativa, por ej. tierras sin mita y larga de Lagum Mayu recibían vertientes, tierras con poca mita recibían larga, etc., intentando igualar los derechos de agua. Estas aguas no abastecían al total de la asignación, solo una parte.

Sin embargo este proceso de campesinización fue también el inicio de una diferenciación campesina, ya que solo los primogénitos de los originarios confirmaban derechos de sus padres si estos estaban muertos y recibían asignaciones completas, en cambio los otros hijos no recibían tierras; en cambio los cajoneros, ex-forasteros recibieron superficies menores de tierra sin derechos de agua, y otros que compraron superficies menores, también sin derechos de agua.

En cambio en las haciendas, se dio un proceso rápido de fraccionamiento y descomposición a principios del siglo XX, por medio de compra-venta y herencia; las últimas pequeñas haciendas se disolvieron en 1952 con la Reforma Agraria.

Hoy en día, prácticamente todos los sistemas de riego son de propiedad de los campesinos y están administrados autónomamente por ellos, manteniendo el control de la tierra y el agua en parcialidades Anansaya y Urinsaya, Suyus y lotes, con listas de distribución que presentan algunas variaciones por los juicios coloniales, lo cual da una identidad a los pobladores de Tiquipaya.

El actual crecimiento demográfico y la minifundización de las propiedades ocasionan algunos cambios en cuanto al uso y la disponibilidad de agua, como ser:

- Incremento a nivel general de los requerimientos de agua a consecuencia de la intensificación de la Agricultura en Tiquipaya.

- Mayores requerimientos de agua durante el período de estiaje, dado que los cambios en los sistemas de producción, principalmente por la introducción de sistemas hortícolas y Floricultura, han originado una alta demanda de agua en tales épocas.

- Creciente utilización del agua en la zona Norte de Tiquipaya, agudizándose el robo de agua en perjuicio de las zonas bajas del perímetro.

- Existe una especialización de las diferentes fuentes de agua, cumpliendo cada sistema de riego una función específica dentro del sistema agrario de Tiquipaya, de manera tal que se complementan en la dotación de agua a cada sistema de producción, garantizando los niveles productivos altos propios de cada zona.

En síntesis la diferenciación de los derechos de agua por los diferentes momentos de procesos de creación de derechos, frente a los cambios de producción intensiva y la división de la tierra (herencia y compra-venta), hacen de las aguas insuficientes para el abastecimiento del riego, no obstante a las múltiples estrategias campesinas por tener acceso a las aguas a través de las prácticas sociales (compra de turnos, préstamos de agua, canjes de diferentes fuentes, vigilancia por agua, compañía de tierra y trabajo pon insumos y agua...) que dan lugar a una identidad de productores campesinos en un espacio socioterritorial.

Todos estos elementos hacen a la eficiencia de la administración de los actuales sistemas por parte de los campesinos, constituyendo un desafío para las propuestas de la Corporación de Desarrollo de Cochabamba (CORDECO) en el mejoramiento de estos sistemas; ya que si bien se pretende incrementar la oferta de agua y mejorar la infraestructura de conducción y distribución, esta tiene que responder al tipo de organización independiente de los sistemas, sin pretender unir los derechos o querer homologarlos para administrar las posibles aguas a ser implementadas, ya que existe en la lógica campesina, una garantía de los derechos cuando estos son independientes y diferenciados.

Es también un reto resolver los problemas y conflictos del contexto agrícola donde funcionan los sistemas, como es el caso de la potencial amenaza a la frontera agrícola de Tiquipaya por la presión urbana que en una primera confrontación es contradictoria con la producción agrícola generando un deterioro y destrucción de canales y otras infraestructuras que provocan dificultades a los campesinos en la operación y distribución del agua para riego, así como posibles conflictos resultantes de la presencia física del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cochabamba (SEMAPA) en las cuencas de Tiquipaya.

(Nota: para mayor consulta sobre los datos presentados ver documentos publicados por el Equipo de Investigación del PEIRAV-TIOUIPAYA)

Bibliografía

APOLLIN, F., EBERHARD, C. 1993. Agricultura campesina y gestión social del agua en Tiquipaya. PEIRAV, Cochabamba.

GANDARILLAS, H., SANCHEZ, L. 1991. Proyecto de riego Tiquipaya. PRIV, Cochabamba.

GERBRANDY, G. 1991. Tiquipaya: sistemas de riego existentes. PEIRAV, Cochabamba.

GRESLOU, F. et al. 1990. Agua: Visión andina y usos campesinos. HISBOL, La Paz.

JACKSON, R. 1988. Liberal land and economic policy ad the transformation of the rural sector of the Bolivian Economy; the case of Cochabamba, Bolivia: 1860-1929. University of California, Berkeley.

MALDONADO, P. 1993. Descripción y análisis de la gestión del sistema de riego Sayt'u K'ocha en Tiquipaya. Tesis de Grado. PEIRAV Cochabamba.

SALAZAR, F. 1993. Autogestión campesina de los sistemas de riego Tiquipaya. Tesis de Grado. PEIRAV, Cochabamba.

Figura 1. Superposición de sistemas de riego.