Consideraciones conceptuales sobre desarrollo de riego: "hacia un enfoque socio-técnico"

Gerbrandy G.

Ing. Agr. Asesor PEIRAV - UAW - Holanda

 

Introducción

En Bolivia el interés para el desarrollo de proyectos completos de riego surge sobre todo a partir de los años de sequía al principio de la anterior década. Las inversiones en riego por agentes externos (estado y entidades privadas) se delimitaba hasta esta época a obras de infraestructura, y en comparación con los países vecinos la inversión en riego fue insignificante.

Sin embargo se han adquirido algunas experiencias importantes en cuanto a la preparación e implementación de proyectos de riego, de los cuales el proyecto Punata y Tiraque es el ejemplo más conocido. Estas experiencias, y otras descritas en la literatura internacional, han llevado a nuevas visiones y estrategias en el desarrollo del riego en los cuales los paquetes tecnológicos paulatinamente son reemplazados por metodologías participativas de desarrollo de proyectos. Al igual en vez de introducir nuevas tecnologías se busca cada vez más una revalorización y mejoramiento de tecnologías y capacidades existentes.

Estos nuevos enfoques fueron desarrollados en base a investigaciones motivados por resultados decepcionantes de muchos nuevos sistemas de riego o de sistemas rehabilitados. En primera instancia se echó la culpa a los usuarios por no utilizar el sistema de riego en toda la capacidad productiva posible, llevando a una enorme inversión en cursos de capacitación a los usuarios para efectivizar la gestión, el uso de agua y la producción bajo riego.

Durante los últimos años se llegó a la noción que no son solamente los campesinos quienes tienen la culpa del mal manejo de sistemas de riego, al contrario en muchos casos, ellos hacen un uso muy racional dentro de las condiciones dadas. Muy a menudo son más bien los técnicos profesionales a cargo de los proyectos de riego quienes no facilitan los instrumentos aptos a los campesinos para que puedan realizar sus objetivos de producción, dentro del contexto social y organizativo en que se encuentran.

Con el conocimiento actual nadie ya no se asombra del hecho que los mismos ingenieros (civiles y agrónomos), sociólogos y los demás profesionales no daban respuestas adecuadas a los problemas detectados en la práctica. En vez de condenar esta situación, tenemos que aceptar el desafío de buscar nuevos caminos y aprender de nuestros propios errores. El hecho de haber cometido errores, a la vez crea la posibilidad de mejorar nuestro comportamiento profesional, para poder confrontar los problemas reales que existen en la gestión de agua. Este comportamiento incluye la capacidad de no tomar la tecnología profesionalmente aprendida como ley, sino implica que tenemos que valorar también la tecnología utilizada dentro de la lógica y realidad de la gestión campesina de su producción, sus recursos naturales y económicos.

En este artículo primero introducimos algunos conceptos generales sobre desarrollo de riego y luego tratamos algunas características específicas de sistemas de riego en los Andes.

La vinculación entre diseño, implementación y operación

En la práctica cotidiana de trabajo en desarrollo de sistemas de riego es costumbre dividir los proyectos en tres fases consecutivas: el diseño, la implementación y la puesta en marcha (operación y mantenimiento).

Siguiendo las últimas discusiones en la literatura internacional, queremos romper con este esquema estricto en fases independientes y subrayar la interrelación entre los diferentes aspectos del desarrollo de riego.

Los proyectos clásicos tienen una tendencia de querer ejecutar primero toda la infraestructura para después hablar sobre la forma en que ésta debe ser operada.

Los campesinos tienden a integrar la construcción con la operación, modificando la infraestructura según los problemas que aparecen en la operación. El criterio básico para el diseño en el primer caso es normalmente una optimización técnica-económica del recurso agua y de la inversión, mientras que los problemas que aparecen en el segundo caso son principalmente de orden socio-organizativo (derechos, unidades sociales u organizativas, conflictos de género, etc.).

Diseño de sistemas de riego

Se percibe el diseño como una actividad que se caracteriza por dos elementos:

- El contenido del diseño, o sea el conjunto de decisiones que finalmente llevan al diseño técnico de una infraestructura del sistema riego que posteriormente será implementado.

- El proceso de diseño es entendido como una secuencia de actividades y decisiones de los diferentes actores involucrados, cada uno con intereses propios, desde el momento de la percepción de la idea hasta la implementación y el uso del sistema de riego. Ya no se ve el diseño como una fase preliminar a la implementación del diseño previamente elaborada, sino se lo percibe como un proceso, en cuyo transcurso se van modificando los objetivos, el requerimiento de cierta información y las medidas técnicas propuestas. El proceso de diseño incluye el trabajo de diseño de ingenieros (de la estructura base y el primer planteamiento), la adecuación durante la implementación, y hasta en los momentos que los usuarios utilizan la infraestructura se sigue haciendo cambios de acuerdo a las (nuevas) necesidades que se presentan.

En este sentido el diseño también es un proceso de acercamiento entre usuarios e ingenieros en entender mutuamente los criterios utilizados. Mientras que el ingeniero parte de un conocimiento técnico preestablecido, el campesino en gran parte expresa sus criterios según el avance de las obras.

Orientación socio-técnica

A partir de las críticas al conocimiento convencional utilizado en estudios de riego, Uphoff (1986) y Diemer (1987) hacen referencia a la reciente creación de un nuevo 'paradigma de riego', nuevos conceptos que forman la base para el análisis de la problemática de riego y para la formulación de soluciones.

El paradigma convencional se caracteriza por la aproximación técnica-física del riego, entendida como el conjunto de canales y obras de arte que posibilitan la aplicación de una cantidad óptima de agua para el desarrollo de los cultivos. En cambio el paradigma socio-técnico, que recién se está desarrollando, conceptualiza la técnica de riego como parte de un sistema socio-técnico en el cual la captación y distribución de agua forman parte de un contexto socioeconómico y cultural de una actuación colectiva e individual. Dentro del paradigma socio-técnico, las leyes hidráulicas, reglas de diseño y cálculos de requerimiento de agua, siguen siendo importantes, pero ya no ocupan el lugar prominente de antes. Los mismos forman parte integral de un marco total de aspectos agronómicos, sociales, económicos, culturales y políticos, que en su totalidad son determinantes para el análisis y el diseño de técnicas de riego.

Algunos conceptos que pertenecen al paradigma socio-técnico (Kloezen y Mollinga) son:

- Construcción social de técnica.

La técnica de riego es visto como un fenómeno social, con dimensiones técnicas y sociales. Se puede considerar la infraestructura de riego como el resultado de un proceso social de ponderaciones y negociaciones, con influencia de distintos actores, llevándose a cabo dentro de los limitantes del ambiente natural y social existente.

- Requerimientos sociales de la técnica de riego.

La técnica de riego a la vez también influye en el desarrollo de procesos sociales y en procesos de producción. La infraestructura tiene influencia en las actividades que pueden ser desarrolladas con ella, y los requerimientos sociales de la técnica determinan lo que se necesita para efectuar su uso. Por lo tanto es imprescindible tener una noción de lo que son los requerimientos sociales de la técnica de riego para poder evaluar la 'compatibilidad social' del sistema.

Gestión - manejo - administración

El énfasis en muchos proyectos de riego está en la administración de sistemas de riego con el objetivo principal de suministrar agua como insumo en la producción agrícola, según reglas y procedimientos establecidos Este conjunto de actividades es generalmente denominado como el manejo de agua (comparar el paradigma técnico-físico).

A cambio, la gestión de riego no incluye solamente el manejo de agua, sino también la gestión de gente y de información.

Sin embargo, la esencia de gestión es el seguimiento de resultados, estudiando el proceso de riego desde el principio hacia el final, y conseguir información que pueda retroalimentar la base de conceptos para el mejoramiento de sistemas de riego.

El desplazamiento de un enfoque de manejo hacia un enfoque de gestión es la clave para lograr una sostenibilidad del desempeño de sistemas de riego. Este enfoque es válido tanto en el monitoreo de sistemas tradicionales, en el afán de conseguir bases de mejoramiento, como en el monitoreo de una intervención externa en sistemas de riego.

En el área andina se puede describir la gestión de riego a partir de un análisis de la gestión campesina de su espacio físico: Se la puede entender a partir de una lógica socio-territorial basada en la convivencia entre un grupo social determinado y un espacio determinado. Es la interacción entre grupo social y espacio físico al cual el grupo social convierte en territorio. El eje de la gestión es la unidad familiar organizada en la comunidad. En la gestión campesina se evita estructuras jerárquicas de organización del tipo occidental. Las estructuras de decisión en el fondo son participativos. Hacia arriba se delegan responsabilidades al nivel comunal e intercomunal, manteniéndose el control sobre la gestión en los diferentes niveles, fundamentalmente al nivel de la comunidad.

El número de familias en la comunidad no sobrepasa la capacidad de control participativo sobre su territorio. Cuando el número de integrantes en la comunidad crece demasiado para poder controlar su espacio físico en forma participativo, a menudo la comunidad se separa en dos nuevas comunidades en vez de crear nuevos niveles jerárquicos.

Propiedad hidráulica

Se está reconociendo que la inversión por los usuarios en el trabajo de construcción de la infraestructura es más que solo "participación": es también un proceso de creación de derechos de agua. Este proceso es fundamental para la futura operación.

Para un mejor entendimiento de la gestión de sistemas de riego tradicionales o indígenas, Coward (1986) introdujo conceptos de derechos de propiedad hidráulica, creación de propiedad y el mantenimiento de ésta.

A pesar de que la literatura se refiere casi exclusivamente a Asia, el concepto también es aplicable en varios sistemas de Riego en la zona Andina.

La propiedad hidráulica se refiere al conjunto de estructuras de riego que un grupo o un determinado sujeto han creado en cierto momento. Estas estructuras comprenden objetos de propiedad tanto físicos como presas, bocatomas, canales, distribuidores etc, como el derecho al agua y el agua misma captada por las obras físicas, conducida a los campos agrícolas.

Esta propiedad incluye entonces, el recurso, la infraestructura creada y los derechos de su usufructo.

Si bien se puede suponer que este tipo de propiedad pertenece generalmente a una organización comunal o asociada no necesariamente ocurre así, porque es posible pensar en una propiedad hidráulica de carácter estatal, o privada.

Se puede considerar el riego como un proceso de creación de propiedad, en la cual se crea nuevos objetos de propiedad (presas, canales, derechos de agua etc.). La creación de infraestructura para posibilitar el uso de agua es un proceso de inversión en el cuál también los derechos para el uso futuro son fijados, o sea, es el proceso de la creación de derechos de propiedad (derechos de agua y de uso de infraestructura). En este último proceso entonces se definen los derechos de grupo (p.e. derechos comunales) y los derechos individuales. A su vez los derecho habientes están vinculados a través de relaciones de propiedad, que en su conjunto forman la estructura de propiedad.

La proposición básica es que la creación de las estructuras de riego establece relaciones de propiedad entre los creadores. Estas relaciones constituyen la base social para acción colectiva por los regantes en el desempeño de varias tareas de riego. De esta manera la propiedad hidráulica puede ser utilizada para entender el reclamo de personas sobre objetos de propiedad y la relación que tiene esta gente entre si misma (los incluidos y los excluidos).

Propiedad hidráulica y derechos de agua en los Andes

Un ejemplo que demuestra la propiedad hidráulica en el riego campesino es la forma en que la organización campesina suele ampliar su acceso al agua a través de nuevas fuentes. En vez de incrementar el caudal con el agua de la nueva fuente, se crea un nuevo sistema de riego que se sobrepone sobre el anterior con nuevas reglas y nuevos derechos (proporcionales a la inversión de cada socio), sin afectar las reglas y los derechos del sistema antiguo.

El concepto de propiedad hidráulica ha demostrado su importancia especialmente para el diseño de sistemas de riego en los Andes, donde derechos de agua juegan un rol fundamental en toda la gestión de sistemas de riego. Ya que con la construcción de una nueva infraestructura no se crea solamente obras físicas, sino también se crea derechos al agua y relaciones entre los futuros usuarios.

Sin menoscabo del concepto de propiedad hidráulica, los derechos de agua no siempre son creados a través de una inversión, pero también pueden ser adquiridos a través de herencia o compra y venta de tierra y de agua. En situaciones de abundancia de agua (oferta > > demanda) los arreglos de derecho de uso de agua son flexibles, cada persona riega según su necesidad.

El agua tiene "dueño" desde el momento que hay escasez de agua. Derecho de agua tiene:

1. La familia o grupo que se encuentra más cerca de la fuente, mientras que se la utiliza efectivamente (usos y costumbres). Mientras que la presión sobre el agua no es muy fuerte rige una regla de "derecho secuencia) de uso de agua", o sea cada grupo puede captar agua que pasa por su territorio en la cantidad que logra captar y en la cantidad que necesita. El sobrante de agua regresa a los cursos naturales para ser captado por otros grupos o comunidades.

2. La familia o grupo que ha creado derechos a través de inversiones en habilitar la fuente para el uso en la producción agrícola. La cuantificación del derecho de agua es proporcional a la inversión, expresada en turnos y tiempo de riego.

3. La persona o grupo que ha heredado derechos de sus antepasados. Si en un matrimonio hombre y mujer aportan tierra y agua, a menudo el derecho de agua del uno puede ser utilizado para la tierra de la otra y vice versa, o sea el derecho de agua puede ser desvinculado de la tierra.

La asignación de derechos de agua por instituciones externas (según criterios de superficie a regar) es una medida extraña a la gestión campesina.

En casos de inversión compartida entre usuarios y una agencia externa, los usuarios se fijan cuantitativamente solo en la inversión de ellos mismos para cuantificar el derecho de agua creado. El financiamiento externo no es considerado para cuantificar derechos, o sea se lo considera como una "ayuda", que puede ser grande o pequeño, el resultado en cuanto a derechos es indiferente. Sin embargo es importante que todo el grupo de usuarios participantes aprovechan de la inversión externa (no excluir sectores de los grupos organizados, ni incluir partes de grupos que no pertenecen a la organización bajo consideración)

Derechos de agua como instrumento de operación

La consecuencia de lo anterior para la operación es que la misma no es dirigida por las necesidades cuantitativas que tiene la tierra, sino es regida por los derechos cuantitativos de agua que tienen los dueños de la tierra. Este principio se refleja en la operación en un alto grado de transparencia o grado de control para los usuarios. La distribución está basada en primer lugar en el control social. Se trata de distribuir el agua con un criterio de justicia: cada uno según su derecho. La justicia se refiere al esfuerzo que cada familia ha hecho para adquirir derechos y no a la cantidad de tierra que posee.

Para ser transparente, la forma de distribución de agua también debe ser sencilla. Lo más común es la distribución como 'monoflujo', en el cuál cada derecho-habiente hace uso del total del caudal durante un tiempo definido por su derecho. El momento en que alguien puede regar está definido por roles secuenciales de turnos, normalmente preestablecidos y repetitivos, muchas veces en ciclos de 21 días.

Cuando los flujos deben ser repartidos, por ser muy grandes, lo más común es repartir en mitades, y mitades de mitades, etc .

El uso del monoflujo da un alto grado de flexibilidad al sistema. El monoflujo facilita variar los destinos del agua posibilitando al usuario de decidir, dentro ciertos límites, a cuales de sus parcelas llevará el agua. Este hecho hace también que la movilidad de agua en algunos sistemas es muy alta, saltando la dirección del agua continuamente de un canal al otro, a menudo solamente como una ola de agua en un canal (antes que el frente de agua llega a su destino, el flujo principal ya está tomando un nuevo rumbo). El monoflujo por sistema permite el riego simultáneo con diferentes sistemas. Se reconoce el origen del agua por su caudal. Cuando diferentes aguas fluyen simultáneamente en el mismo trayecto de la infraestructura, se separan las aguas en los puntos de bifurcación según la misma relación en el momento de confluencia.

La flexibilidad está también en las posibilidades de vender o comprar turnos de agua. El hecho y la existencia de diferentes sistemas paralelos permite a los usuarios de componer su acceso a turnos de agua de tal forma que cumpla con los requerimientos y frecuencias de sus cultivos.

La responsabilidad de la distribución de agua es altamente descentralizada. Cada comunidad o grupo es responsable de su propio turno desde la fuente hasta la parcela.

El turno de agua de un grupo o comunidad frecuentemente significa una movilización de todos los usuarios (hombres, mujeres y niños). Ya desde el momento que "su agua" está saliendo de la fuente el grupo distribuye vigiladores de agua a lo largo de todo el trayecto para disminuir pérdidas por robo, filtración o rotura. Cuanto más largo es el camino de agua, o cuanto más trayectos conflictivos existen (potencial robo), más ardua es la tarea de vigilancia. Por lo tanto es de interés de los grupos que su turno dura el menor tiempo posible, reduciendo la duración de la tensión del riego a lo mínimo posible. Unos de los argumentos para regar con caudales altos está justamente en este problema de la vigilancia .

La distribución de agua al interior de los grupos es variable, dependiendo del grado organizativo del grupo y del tamaño del grupo o de la extensión de tierras:

1. Rotación de turnos del caudal total entre los individuos.

2. Rotación de turnos entre subgrupos, en los cuales se reparten el caudal en fracciones iguales con tiempos de riego proporcionales a los derechos, o un riego libre al interior de los subgrupos (hasta terminar).

3. Riego libre por sectores.

Existen diferentes refinamientos de estos sistemas de distribución, como por ejemplo el anotar tiempos parciales de riego de individuos. De este modo alguien puede usar parte de su turno en una parcela cuando el agua se encuentra allá para consumir el reste de' su turno en otros momentos cuando el agua se encuentra en el sector de sus demás parcelas. En todos los casos el control social de la distribución juega un rol importante. Frecuentemente irregularidades en el tiempo de riego de individuos son corregidos en el próximo turno. Sin embargo ocurre que mujeres tienen menos posibilidades de control de sus turnos, p.e. por no poder manejar bien el reloj o por ser limitada en regar de noche (violaciones).

Las experiencias en el trabajo de proyectos e investigación en sistemas de riego han mostrado la alta autonomía de las comunidades. Los sistemas de riego tienen pocos niveles de operación (máximo un nivel superior y un nivel inferior al nivel comunal). Por lo tanto, la operación de los sistemas de riego esta caracterizada por un alto grado de rutina, con una responsabilidad de operación descentralizada (a nivel comunal y no a niveles superiores).

Lo que podemos aprender para el diseño de la distribución de agua es que los sistemas tienen que cumplir con un alto grado de transparencia en el cual cada usuario puede controlar si la distribución de agua es justa. Se debe mantener un alto grado de autonomía de grupos de riego y finalmente se debe prever una organización con pocos niveles jerárquicos en la toma de decisiones y la operación del sistema.

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