Diferentes especies de Cercospora
atacando a la papa en Bolivia

Sainz  C., Gandarillas A.

Tesista y Co-Director del PROINPA

 

En la gestión agrícola 89-90, que se caracterizó por presentar escasas lluvias, se realizó un diagnóstico para determinar la incidencia y la intensidad del daño ocasionado por patógenos causantes de manchas foliares en el cultivo de papa en las principales zonas productoras de papa del departamento de Cochabamba en Bolivia.

Durante este diagnóstico, se observó entre otros patógenos, la presencia de tres estructuras diferentes de Cercospora. Una de ellas corresponde a la especie solanicola descrita para Bolivia en forma preliminar el año 1987 (2). La segunda, según la clave de Chupp (1) corresponde a la especie solani, siendo el primer reporte en Bolivia. Un tercer tipo de estructura no coincidió con las descripciones sobre Solanum de este autor.

Las tres especies de Cercospora fueron encontradas en las mismas zonas, observándose la mayor incidencia e intensidad en localidades comprendidas entre los 3000 a 4000 msnm, con una humedad relativa que varía de 60 a 70%. Si bien la incidencia fue casi del 100%, la intensidad del daño fue en general baja, atribuible al período seco por el que se atravesó. Parecería que estos patógenos pueden desarrollar a diferentes altitudes y requieren una elevada humedad ambiental para su mayor incidencia y severidad.

Cercospora solanicola presentó estroma pequeño a mediano, claramente visible y de coloración café-marrón. Los conidióforos son septados, pigmentados de dorado. a café claro, geniculados y con presencia de notorias cicatrices de generación de conidias de tamaño mediano. La longitud de los conidióforos es de 40 a 81 µ y el grosor de 4 a 6.5 µ. Las conidias son hialinas, septadas (4-6), con base truncada y forma cilíndrica alargada, curvada y con base ancha que va adelgazando hacia el ápice, 60 a 90 µ de longitud y 5 a 6.5 µ de grosor (figura 1).

Cercospora solani presenta estroma pequeño, apenas visible y de coloración café dorada. Los conidióforos son septados, pálidos a subhialinos, geniculados y con cicatrices de generación de conidias claramente visibles cuando se presentan. La longitud de los conidióforos es de 14 a 30 µ y el grosor de 3.9 a 5.2 µ. Las conidias son hialinas, septadas (4-7), con base truncada y forma cilíndrica alargada, con base ancha que va adelgazando hacia el ápice, 78-130 µ de longitud y 3-4 µ de grosor (figura 2).

Cercospora spp. presenta estroma pequeño, apenas visible y de coloración café dorada. Los conidióforos son septados, pálidos a ligeramente pigmentados, no geniculados y con cicatrices de generación de conidias de tamaño mediano presentes en el ápice del conidióforo. Su longitud es de 23 a 53 µ y 3:9 a 5.8 µ de grosor. Las conidias son hialinas, septadas (4-6), base truncada y forma cilíndrica con base ancha que va adelgazando hacia el ápice, 52 a 104 µ de longitud y 6.5 a 8.5 µ de grosor (figura 3).

La principal diferencia entre las especies está en el tipo de conidióforo: el de C. solanicola es más grande en longitud y ligeramente pigmentado de dorado a café claro, en cambio el de C. solani es de tamaño bastante más pequeño y de una coloración pálida a subhialina. Ambos son geniculados y tienen bien marcadas las cicatrices de generación de conidias.

En pruebas de patogenicidad se utilizó la variedad Puca Toralapa. El inóculo consistió en una suspensión de conidias procedentes de lesiones y la concentración de conidias fue de 20000/ml de agua. Inmediatamente después de la inoculación, las plantas se mantuvieron en un ambiente de elevada humedad relativa. Los síntomas se hicieron evidentes en las plantas a los 8 días de la Inoculación como pequeñas manchas pardas de forma irregular que al cabo de 12 días dieron lugar a la formación de conidióforos. En observaciones al microscopio se determinó que las estructuras pertenecían a la especie solanicola.

Los síntomas observados en el campo son similares para las tres especies; inicialmente se, presentan en las hojas inferiores como pequeñas lesiones pardas; posteriormente, a medida que avanza la enfermedad, se observa en la cara superior de la hoja, por encima de la lesión, una coloración blanquecina formada por las estructuras del hongo y por debajo de ella, se forma una capa de conidióforos con apariencia afelpada de color plomizo. Es importante resaltar que las estructuras de C. solana se presentaron casi en la totalidad de las muestras en el haz de la lesión, y las de C. solanicola en el envés. Mientras Cercospora spp. se presentó en ambas caras de la hoja con la misma frecuencia.

En las localidades con mayor humedad ambiental (60 - 70%), se pudo observar alta incidencia de manchas causadas simultáneamente por Cercospora y Alternaria provocando daños que en períodos de condiciones ambientales favorables podrían ser severos, lo que corrobora lo observado por otros autores (2), Cercospora también se presentó en zonas endémicas de Phytophthora infestans, aunque su ataque se inició antes por ser menos exigente en condiciones medioambientales de humedad y temperatura. Cercospora se encontró en un mayor número de zonas que P. Infestans.

Con relación al control químico, se recomienda un control similar al de Alternarla, realizando aplicaciones preventivas de fungicidas de contacto como los ditiocarbamatos desde temprana edad del cultivo y con una frecuencia regular hasta el final, porque una vez infectada la parcela es difícil detener la enfermedad (3, 4).

Resumen

Durante la gestión agrícola 89-90 que presentó escasas lluvias, se realizó un diagnóstico para determinar la incidencia e intensidad del daño ocasionado por patógenos causantes de manchas foliares en el cultivo de papa en el departamento de Cochabamba. En muestras obtenidas, se observó que síntomas de manchón foliar son causados por tres especies de Cercospora: dos de ellas, según la clave de G. Chupp, pertenecen a las especies solanicola y solani, siendo esta última primera vez reportada en el país y la tercera no coincidió con las descripciones sobre Solanum de este autor. Las tres especies de Cercospora fueron encontradas con mayor incidencia e intensidad en zonas comprendidas entre los 3000 a 4000 msnm y con una humedad relativa de 60 - 700. Los síntomas son similares en las tres especies y generalmente se presentan en un principio en las hojas inferiores de la planta. En pruebas de patogenicidad se observaron estructuras de Cercospora solanicola causando síntomas de manchón foliar.

Literatura citada

1. CHUPP, G. 1953. A monograph of the fungus genus Cercospora. Pub. by the author, Ithaca, N.Y. 667 p.

2. GANDARILLAS A., ALANDIA, S. y AVILES, E. 1987. Incidencia y control de Alternaria solani y Cercospora solanicola en cuatro cultivares de papa resistentes a Phytophthora Infestans *. Fitopatología. 22(2) 39-101.

3. TURKENSTEEN, L. J. 1980. Manchón foliar (En: Hooker W. J. Compendio de Enfermedades de la Papa). CIP, Perú. p. 65-66.

4. WEINGARTNER, D. P. 1980. Tizón temprano (En: Hooker W.J. Compendio de Enfermedades de la Papa). CIP, Perú, p. 61-63.

NOTA: Los autores agradecen a la Dra. J. Parker y al Ing. O. Navia por el apoyo logístico y técnico que prestaron para la realización de este trabajo.