Leguminosas forrajeras para los valles y zonas altas CIF-UMSS |
1. Alfalfa - Medicago sativa Es una especie forrajera perenne, de la familia de las leguminosas, considerada como la reina de las forrajeras por su alto valor nutritivo y alta producción en materia seca. De amplia difusión en los valles andinos y zonas altas de Bolivia. Donde cultivar: Se adapta a un amplio margen de condiciones de clima y suelo: valles, altiplano y, subtrópico, con un óptimo de crecimiento entre 15° a 25 °C de temperatura media, existiendo variedades altamente tolerantes a las heladas. Requiere suelos fértiles, livianos, franco arcillosos, profundos y bien drenados. Como cultivar: La siembra debe realizarse en un terreno bien preparado y nivelado, libre de malezas especialmente de kikuyo (Pennisetum clandestinum) y la grama (Cynodon dactylon), a objeto de garantizar el buen establecimiento, producción y persistencia. En zonas donde el cultivo de esta especie no es tradicional, es necesaria la inoculación de la semilla con Rhizobium específico. Esta práctica debe efectuarse en el momento de la siembra. La siembra puede realizarse: a) Al voleo manualmente en eras de 2 a 3 m de ancho, pudiendo cubrirse las semillas con ayuda de ramas o rastrillos. b) En surcos mediante una sembradora a 20 cm entre surcos y a una profundidad de 1 a 3 cm. La siembra puede realizarse en cualquier época del año, si se dispone de agua de riego, sin embargo, existe mayor seguridad sembrando en la época de lluvias. La alfalfa en cultivo puro debe sembrarse a razón de 20 a 25 kg/ha. La siembra asociada con Pasto Ovillo y Festuca Alta a razón de 15 a 20 kg/ha de alfalfa y 10 kg/ha de pasto tiene las siguientes ventajas, en relación al cultivo puro: - Alimento mejor balanceado y más apetitoso. - Mejor utilización de los nutrientes del suelo. - Mayor rendimiento en forraje. - Mejor control de malezas. - Mayor persistencia. Asimismo, las gramíneas reducen la probabilidad de que la alfalfa pura produzca meteorización de los animales en pastoreo. Como manejar: En la etapa de establecimiento se debe realizar uno a dos cortes de limpieza, que sirva para el control de malezas de hoja ancha, las cosechas posteriores se efectuarán considerando la fisiología de la planta: 10 a 15 % de floración o cuando los rebrotes de la CORONA, en la base de la planta, hayan alcanzado 5 a 7 cm. Para conocer los requerimientos en fertilizantes, es necesario realizar análisis de suelos, sin embargo, en ensayos regionales, se ha establecido que la alfalfa requiere como término medio de 60 a 100 kg/ha de P205 (217 kg/ha de superfosfato triple) por año, la aplicación debe realizarse en la época de mayor producción, una sola vez al año después del corte. Los riegos deben aplicarse de acuerdo a las exigencias del cultivo, la alfalfa no resiste el encharcamiento por varios días. El hongo que ataca la alfalfa, en la época lluviosa, es la viruela de la hoja (Pseudopeziza medicaginis), para evitar su propagación, antes de que caigan al suelo las hojas basales atacadas, es necesario realizar el corte. La arañuela roja (Metatetranychus ulmi) es una plaga que se multiplica rápidamente en la época seca, cuando al cultivo le falta humedad, su efecto se contrarresta eficientemente con el riego. Las variedades promisorias para las condiciones de Bolivia se dividen en dos grupos: - Precoces: Moapa y Africana, de establecimiento rápido, sin embargo, de corta duración. - Intermedias o tardías: Bolivia 2000, Riviera y Sabina, de establecimiento lento, pero de buena persistencia. La alfalfa es una especie más apropiada para corte que para pastoreo, pese a ello puede tolerar, el sistema de explotación corte-pastoreo alternado; empero, denota sensibilidad al pastoreo exclusivo. Las siembras asociadas soportan mejor el pastoreo que las siembras puras de alfalfa. Puede utilizarse como forraje verde en corte, también para conservación como heno. 2. Trébol rojo - Trifolium pratense Es una planta herbácea bianual de la familia de las leguminosas, constituye una alternativa forrajera para el cultivo de la alfalfa por su semejanza en el valor nutritivo y rendimiento. Donde cultivar: Se adapta a regiones de clima templado y frío. Por su sistema radicular de escasa penetración en el suelo, es promisoria para las zonas de suelos mal drenados o de napa freática superficial, limitativos para el desarrollo de otras especies que no prosperan o muestran serios problemas de persistencia. Especie importante para suelos con riego permanente. Desarrolla mejor en suelos aluviales, francos, ligeramente arcillosos de reacción neutra o alcalina con suficiente cantidad de materia orgánica, fósforo, potasa y cal. Como cultivar: Para la siembra sé debe preparar el terreno con anticipación, el suelo debe quedar exento de malezas como el kikuyo y la grama. Antes de la siembra, es importante la inoculación de la semilla con la bacteria Rhizobium trifoli, especialmente en zonas donde no se cultiva esta leguminosa. La siembra puede realizarse con sembradora a 20 cm entre surcos o en forma manual, al voleo, en eras de 2 a 3 m de ancho, cubriéndose con ayuda de ramas o rastrillos a una profundidad de 2 a 3 cm. La siembra, de preferencia debe efectuarse en la época de lluvias, sin embargo, en zonas con riego puede efectuarse en cualquier época del año. El trébol rojo puede sembrarse en cultivo puro a razón de 15 a 20 kg/ha; pero, es más interesante la siembra asociada con Pasto Ovillo y/o Lolium multifiorum a razón de 10 a 15 kg/ha de trébol y 10 a 12 kg/ha de gramínea. Con las siembras asociadas se consiguen las siguientes ventajas: - Alimento equilibrado para el animal. - Rendimiento más alto en forraje. - Mayor duración de la pastura. - Reducción del problema de meteorización del ganado. Como manejar: En la etapa de establecimiento se debe realizar uno o dos cortes de limpieza para el control de malezas anuales, las cosechas posteriores para forraje deben efectuarse, tomando como criterio de corte el inicio de floración. El trébol rojo para una buena producción requiere de fertilizantes fosforados, en la proporción de 100 kg/ha de P205. Una aplicación de establecimiento en la siembra y otra de producción una vez al año, en la época de lluvias después del corte o pastoreo. Los riegos deben aplicarse de acuerdo a las exigencias de la pradera. Las variedades de alto rendimiento y resistente a enfermedades para los valles andinos de Bolivia son: VIOLETA y KENLAND. Se recomienda utilizar el trébol rojo, en corte, ya sea para conservación como heno o alimentación directa en verde. En asociación puede utilizarse en corte o también en pastoreo racionado. 3. Trébol de Alejandría - Trifolium alexandrinum El trébol de Alejandría o Bersin es una leguminosa forrajera anual muy precoz, de crecimiento erecto, parecido a distancia a la alfalfa. Donde cultivar: Se adapta a climas templados y fríos, suelos franco-limosos ricos en fósforo, potasio y calcio, con riego periódico o permanente, también prospera en suelos pesados con drenaje insuficiente. Como cultivar: Para la siembra debe prepararse bien el terreno de modo que el suelo quede fino y mullido. Con el fin de establecer una buena flora de bacterias fijadoras de nitrógeno, la semilla debe inocularse antes de la siembra, con la bacteria específica. En cultivo puro se advierte rápida invasión de malezas, por lo que se recomienda asociar para la siembra con Vallico Italiano (Lolium multiflorum) en las siguientes proporciones: 20 kg/ha de Bersin y 10 kg/ha de Vallico Italiano. Las dos especies deben sembrarse, mezcladas, al mismo tiempo ya sea en surcos con sembradora a 20 cm, entre surcos o en forma manual, al voleo. En esta última la semilla se debe cubrir con ayuda de ramas o rastrillos. Con las siembras asociadas conseguimos las siguientes ventajas: mayor rendimiento de forraje por unidad de superficie, forraje más equilibrado en nutrientes y eficiente control de malezas. La siembra se debe realizar de preferencia en la época de lluvias; sin embargo, con riego es posible en cualquier época del año. Por su precocidad puede utilizarse como especie de emergencia. Sembrando en cualquier época del año las primeras cosechas siempre son abundantes. Como manejar: El cultivo de Bersin tiene importancia en los valles andinos de Bolivia como forraje verde de corte, como cosecha henificable y también como ensilaje, cuando está asociado con Vallico Italiano. Su desarrollo es vigoroso, puede cosecharse hasta 8 veces, al año con altos rendimientos y es muy gustado por los animales. Las dos primeras cosechas se recomienda realizar por el método de explotación corte y los siguientes pueden ser en corte o pastoreo. Para una buena producción, se hace necesario aplicar fertilizantes orgánicos y químicos. Estos últimos a razón de 100 kg/ha de P205 y 50 kg/ha de K20, una aplicación al año en la época de mayor producción. Las variedades que mejor se adaptan a nuestro medio son Chile y Carmel. 4. Trébol blanco - Trifolium repens El trébol blanco es una especie de forrajera perenne, de tallos rastreros que enraízan en los nudos. Por su característica estolonífera, se define como la leguminosa perenne que mejor se adapta al pastoreo. Donde cultivar: Se adapta a zonas templadas y frías, suelos pobres, ácidos, neutros o alcalinos, franco limosos o arcillosos, es una especie tolerante a la salinidad y desarrolla bien en suelos de napa freática superficial. Como cultivar: Antes de la siembra es necesario inocular la semilla con bacterias especificas fijadoras de nitrógeno. Esta leguminosa tiene la mayor capacidad de fijación del nitrógeno atmosférico, puede alcanzar hasta 200 kg/ha. Para incrementar su rendimiento y persistencia, para su cultivo, se recomienda asociar con Dactylis glomerata (pasto ovillo). Para la siembra debe utilizarse 4 a 6 kg/ha de trébol y 8 a 10 kg/ha de pasto. Las dos especies deben mezclarse bien y sembrarse en surcos con sembradora a 20 cm entre surcos o en forma manual al voleo. En el último caso, la semilla debe cubrirse con ayuda de ramas o rastrillos. La siembra debe efectuarse de preferencia en la época de lluvias; sin embargo, puede practicarse en cualquier época del año en zonas con riego. Como manejar: Con el trébol blanco, por su precocidad, se obtiene hasta 10 cosechas al año. Puede utilizarse en corte como forraje verde; sin embargo, tolera bien el pastoreo. La variedad Ladino es la que mejor se adapta a las condiciones de Bolivia. Para mantener un nivel alto de producción en forraje, es necesario aplicar fertilizantes fosforados a razón de 80 a 100 kg/ha de P205 por año, en la época húmeda. |