Caracterización de los sistemas de producción pecuaria
en la zona amazónica de la provincia Carrasco

Ferrufino A.

 

Introducción

Por sus características edafo-climáticas (IBTA/Chapare, 1987) y la relativamente alta tradición ganadera de sus pobladores (Ferrufino et al., 1988), gran parte de la provincia Carrasco ha sido considerada apropiada para la explotación ganadera. Existe muy poca información cuantitativa sobre los sistemas pecuarios imperantes en el área, no obstante la importancia de caracterizarlos debido a que ellos son los destinatarios finales de la tecnología surgida en el proceso de investigación.

Por lo expuesto, se efectuó el presente diagnóstico con el objetivo de identificar los sistemas de producción prevalecientes, conocer sus ventajas y limitaciones, analizar mejoras a corto o mediano plazo y dar un marco de referencia para las labores de investigación y extensión.

Materiales y métodos

En septiembre de 1988 se encuestaron 20 fincas ganaderas en la provincia Carrasco; su localización se presenta en la Figura 1. La zona de estudio corresponde al ecosistema de trópico húmedo (Cochrane, 1982). Se encuentra entre las isoyetas de 2500 a 3500 mm/afeo de precipitación; de mayo a septiembre se aprecia una marcada reducción en las lluvias. Los suelos, clasificados principalmente como Inceptisoles y Ultisoles, son ácidos y de baja fertilidad.

La mayor parte de los ganaderos encuestados están afiliados a la Unión Nacional de Pequeños Ganaderos "UNAPEGA" y han recibido algún asesoramiento del Proyecto Heifer. Se prefirió encuestar a dichos ganaderos debido a su continua interacción con los técnicos del IBTA, lo que se supuso, podría facilitar la encuesta. El cuestionario utilizado como guía se presenta en el anexo.

Resultado y discusión

Componente forrajero

Un 90% de las fincas tiene un área de 20 has y el 10% entre 40 y 500 has. Del área total de la dotación, 90% de las fincas dedican entre 1 a 30% a la explotación pecuaria, es decir, tienen ésa área con pastizales (Figura 2). En la finca promedio se dedica 18% del área total para la explotación pecuaria. El 80% de los ganaderos utiliza especies introducidas, mientras que el resto sólo especies nativas. El área promedio ocupada por las forrajeras introducidas en relación al área total de los pastizales es de 48%. Es notorio que una cuarta parte de los ganaderos trabaje exclusivamente con especies exóticas (Figura 3). Las especies introducidas más utilizadas son Brachiaria decumbens entre las gramíneas y Pueraria phaseoloides (kudzú) entre las leguminosas; otras forrajeras son usadas en menor escala (Figura 4). Las gramíneas nativas más frecuentes son el "pasto amargo" una mezcla de Paspalum conjugatum y Axonopus compresus y el (pasto negro) Paspalum notatum; entre las leguminosas se destaca Desmodium adscendens (pega-pega). En 16% de las fincas ocurren asociaciones gramínea-leguminosa, propiciadas por la invasión de las áreas por el kudzú, especie naturalizada en la zona.

Figura 1. Localización de las fincas encuestadas (+). Carrasco, 1989.

Nota.- Las líneas transversales son las isoyetas de precipitación.

Figura 2. Distribución porcentual de las fincas que tienen parte de su superficie total con pastizales.

Figura 3. Porcentaje de fincas con diversos grados de utilización de forrajeras introducidas en relación al área total del pastizal.


Figura 4. Porcentajes de chacos que utilizan diversas especies forrajeras introducidas.

La relativamente alta adopción de B. decumbens se debe por una parte, a la labor de extensión del Programa Forrajes del IBTA/Chapare y por otra a la importante influencia de la cercana zona ganadera de Santa Cruz donde ésa gramínea se ha expandido notoriamente en los últimos años. La situación descrita muestra la accesibilidad de los ganaderos en la adopción de nuevas especies forrajeras que, evidentemente, puede facilitar las labores de difusión de tecnología.

La B decumbens y el "kudzú" son especies recomendadas por el IBTA para el área del Chapare, debido a sus buenas características agronómicas y su tolerancia a la acidez de los suelos. La forrajera Hemarthria altissima es una gramínea promisoria para suelos con mal drenaje o áreas inundadizas y Brachiaria ruziziensis es poco persistente por su poca adaptación a las características edáficas de la zona.

Un factor limitante en la productividad y persistencia de B. decumbens es su susceptibilidad al daño causado por insectos de la Familia Cercopidae, plagas conocidas comúnmente como "salivazos". Estos insectos constituyen un serio problema potencial para ésa gramínea en el Chapare y Carrasco. Por ejemplo, en el Valle del Sacta, en mayo de 1989, se presentó una alta infestación en potreros de B. decumbens que ocasionó severos daños al follaje y en algunos casos la muerte del pasto. En el Cuadro 1 se presentan datos sobre las poblaciones de ninfas y adultos de cercópidos en los potreros infestados en el Valle del Sacta.

Cuadro 1. Número medio de ninfas y adultos de cercópidos en potreros de B. decumbens en el Valle del Sacta. Mayo 1989.

Especie de Cercópido

Adultos/10 pases de red *

Ninfas/m2

Mahanarva spectabilis

0.33 ± 0.57

Aeneolamia astralis

7.50 ± 2.64

Zulia sp.

6.75 ± 2.21

Promedio general

14.58 ± 1.73

159.0 ± 89.0 **

Fuente: A. Ferrufino, datos no publicados.

* n = 4. ** No se discrimina por especie

Por la alta disponibilidad de semillas y sus bondades como forrajera, se estima que habrá aún mayor expansión de B. decumbens en el área, consiguientemente también aumentará el riego de infestaciones severas. Sin descartar del todo el empleo de ésa gramínea, es aconsejable la siembra de Brachiaria brizantha cv. Marandú en las áreas más fértiles de la zona. Esa forrajera es resistente a los cercópidos debido a algún mecanismo antibiótico (Ferrufino y Lapointe, 1989) y ha alcanzado altas producciones de biomasa en Chipiriri.

Es de innegable importancia la utilización de pasturas mixtas gramínea-leguminosa debido a que éstas últimas incrementan la entrada de nitrógeno al sistema, reducen las necesidades de fertilización nitrogenada e incrementan la calidad del forraje. Se ha comprobado en la zona, la factibilidad de asociar B. decumbens y B. brizantha con kudzú y Desmodium ovalifolium; sin embargo, todavía se requiere más información sobre algunos aspectos del manejo de esos pastos en cultivo asociado bajo las condiciones de la zona. Al momento, se adelantan estudios de manejo de esas mezclas en la E.E. Chipiriri y el Valle del Sacta.

La mitad de los ganaderos no utiliza cercas en sus praderas; los demás las usan perimetrales con alambre de púas, solamente un ganadero emplea cerca eléctrica. La utilización de postes vivos en las cercas es escasa, la especie más utilizada para ese propósito es la leguminosa Erythrina sp. conocida como "chillijchi" o "ceibo". En muy pocas explotaciones se observaron especies arbóreas en los pastizales. Los sistemas silvopastoriles, es decir la combinación de pastos y árboles, compatibilizan con la vocación ecológica de la zona y se acercan a lo que. sucede en los bosques respecto al reciclaje de nutrimentos y diversidad de especies (Budowski, 1980). En el Chapare y Carrasco existen especies nativas de leguminosas arbóreas promisorias para estos sistemas; entre ellas destacan los ceibos e Inga spp. (pacay). Se ha observado que su inclusión en el pastizal es factible permitiendo su rebrote después del chaqueo, o por vía vegetativa (estacas) en el caso de los ceibos. Estas especies también pueden utilizarse como postes vivos, asimismo la leguminosa exótica Gliricidia sepium que es también una especie para ramoneo. Otras especies que pueden usarse en los sistemas agroforestales son los frutales como la guayaba, el coco y el tembe, árboles maderables como el laurel (Cordia alliodora), tajibos (Tabebuia sp.) y otras. La investigación en este campo es incipiente y de evidente importancia para la región.

En 45% de las fincas se utiliza el pastoreo continuo; en los demás predios, los animales son amarrados a una estaca y rotados a través de toda el área. Las cargas animales empleadas (UA /ha) varían entre bajas y altas; 50% de las explotaciones utilizan cargas categorizadas en este trabajo como altas (1.6-2.5 UA/ha), 45% cargas medias (0.6-1.5 UA/ha) y 5% cargas bajas (0.1-0.5 UA/ha) (Figura 5). La carga media es de 1.43 UA/ha.

Si bien el empleo relativamente alto de especies forrajeras introducidas es un factor importante para la mejora de los sistemas, se evidencia un manejo deficiente de los pastizales. Las cargas animales altas, condujeron al sobrepastoreo notorio de las praderas, agudizado además por la época de mínima precipitación, ocasión en la que se efectúo la encuesta y en un año particularmente seco. Es importante remarcar que el sobrepastoreo es uno de los factores más determinantes en la degradación de las praderas, manifestada principalmente por la pérdida de productividad de la forrajera y la posterior invasión de malezas reduciendo la persistencia del pastizal (Toledo y Serrao, 1982).

Figura 5. Porcentajes de explotaciones que utilizan sus pastizales con distintas cargas animales.

El análisis del componente forrajero en período de estrés como el mencionado, facilita la detección de problemas de manejo, que en el caso de la zona, es principalmente el uso de cargas animales altas. Está comprobado que la utilización de cargas adecuadas a la disponibilidad de forraje es el factor que más incide en el producción animal (Cowan, 1985). Tanto las forrajeras nativas como las introducidas ven afectada su productividad y su receptividad cuando se reducen las lluvias, lo que sugiere que deben utilizarse diferentes cargas según la época. La flexibilidad, o el uso de cargas variables en el manejo de los pastizales, permitiría por un lado una cierta estabilidad en la producción del hato a través del año y por otra una mayor persistencia de los pastizales. Para el caso de Brachiaria decumbens, en base a estudios agronómicos realizados en el Valle de Sacta por Espinoza (1982), Ferrufino et al. (1988) estimaron que ésa gramínea podría soportar una carga de 1.2 UA/ha en la época de mínima precipitación y 2.1 UA/ha en la época de máxima precipitación, con un manejo de mínimos insumos y en cultivo puro.

El pastoreo "a soga" utilizado en la mayoría de las fincas, no es el más conveniente; el ganado tiene poca oportunidad de seleccionar el forraje de mayor calidad y se utiliza más mano de obra. El pastoreo "a soga" evidencia la idiosincrasia "valluna" que todavía mantienen algunos ganaderos y que podría limitar en alguna manera la adopción de tecnología apropiada para regiones tropicales. Ante la interrogante de utilizar pastoreo continuo o rotacional, es importante destacar que, la elección del sistema de pastoreo debe apoyarse más en el manejo fácil que en las posibles diferencias en productividad animal que separan el pastoreo continuo y el pastoreo rotacional. Ante todo, se debe prestar atención a la simplicidad, a la facilidad del manejo y al mantenimiento de la productividad de la pastura (Riewe, 1985). Sin embargo, es probable que con la utilización de gramíneas asociadas con leguminosas de relativo bajo consumo como el kudzú o el desmodio, se tengan que utilizar rotaciones que favorezcan a la gramínea.

Otro de los problemas de manejo parece ser el pobre establecimiento inicial de las forrajeras introducidas. El ganadero dispone de poca información acerca de los métodos de establecimiento y el manejo inicial de la pradera. Un pastizal bien establecido puede ser más flexible al manejo que uno pobremente consolidado.

Componente animal

El número de animales por finca oscila entre 2 y 58; 80% de las explotaciones tienen entre 2 y 10 animales, con una media de 8 por finca (Figura 6). El tipo de explotación predominante (95% de las chacos) es de doble propósito; sólo una finca se dedica al engorde de ganado. En el sistema de doble propósito se produce leche (un ordeño diario) y carne (cría hasta el destete de todos los animales nacidos) con el mismo animal e independientemente de la raza. Otra de sus características es que el ternero sirve de "apoyo" a la vaca para estimular la secreción de leche (Ruiz y Ruiz, 1983).

Figura 6. Proporción de fincas con diferentes poblaciones de ganado bovino.


Figura 7. Porcentaje de utilización de diversos cruces de ganado en las explotaciones encuestadas.

El ganado utilizado es mestizo, con varios grados de combinación del criollo con Pardo Suizo, Holstein y Cebú; es notorio el predominio del Pardo en los animales (Figura 7). El ganado es ordeñado por la mañana, al aire libre o bajo un árbol, pastorea durante el día y en la noche es amarrado a estacas. Los terneros son mantenidos junto a la madre durante el día y se les permite mamar de un cuarto o la leche residual después del ordeño. Las madres y sus crías permanecen juntas durante el pastoreo en el 90% de las fincas; el resto separa a los terneros al mediodía o en la noche. La utilización de mano de obra es enteramente familiar; generalmente, las mujeres y los niños se ocupan del ordeño. En la mayoría de las explotaciones (55%), la producción diaria de leche por vaca es baja, y oscila entre 1 y 3 litros; la tercera parte de las fincas presenta una producción entre 3.1 y 6 It/vaca/día y sólo 5% obtienen producciones relativamente altas (Figura 8). El promedio de producción por vaca/día alcanza a 2.83 litros. Como se propuso en el modelo de Matches y Mott (1975), la producción de leche tendió a reducirse en forma cuadrática (R2=0.63*) a medida que se incrementó la carga animal en las fincas encuestadas (Figura 9). Hay que remarcar que los datos de que se presentan, dan solamente una visión instantánea de la productividad de los hatos ya que no se conocen la edad de las vacas, el período de lactancia ni la producción por año. Sería necesario un seguimiento estrecho del sistema por un período razonable para entender con mayor precisión los cambios en la producción de los hatos y su relación con la variación de los factores climáticos o de manejo.

En la práctica, es probable que vacas con 50 a 75% de herencia europea y una base genética de criollo o cebú, sean más adecuadas para el trópico. En general, los cruces de Holstein con cebú o criollo han mostrado un comportamiento productivo superior a los cruces de Pardo Suizo con cebú o con criollo (Vaccaro, 1985). En Chipiriri, con ganado media sangre Holstein/Criollo se ha obtenido mayor producción de leche que con animales con 3/4 de sangre europea (S. Torrico, J. Acosta, comunicación personal) debido, probablemente, a la menor rusticidad de estos últimos animales.

Figura 8. Porcentaje de fincas con diferente producción de leche por animal.


Figura 9. Relación entre la carga animal y la producción diaria de la leche por vaca.

La permanencia continua del ternero con su madre, permite a aquel mamar todas las veces que le apetezca, lo cual ciertamente reduce la cantidad de leche ordeñable. Se ha estimado que un ternero en el período de lactancia consume unos 500 litros de leche (Ruiz y Ruiz, 1983). En la Estación de Chipiriri, separando los terneros de las madre unas horas después del ordeño y llevándolos a potreros especiales, se han logrado incrementos considerables en la producción de leche obtenida en el ordeño.

El período de pastoreo que tienen los animales parece ser muy corto. Cowan (1985) indica que las vacas pastoreando en pastos tropicales, requieren cerca de 10 horas/día para satisfacer sus requerimientos y que cuando son confinadas fuera de la pastura durante la noche hay una reducción en la producción. El mismo autor menciona que en ocasiones la mitad del consumo diario puede ocurrir durante la noche, por fatiga de los animales ocasionado por el calor diurno. Obviamente, para este tipo de manejo se requieren cercas, al menos perimetrales en las fincas.

La utilización de suplementos energéticos (banano, yuca) en 80% de las fincas (Figura 10), explica la obtención de producciones aceptables dada la baja disponibilidad de forraje observada, especialmente si se toma en cuenta que la energía es el nutrimento más limitante para la producción de leche en los trópicos (Ruiz, 1983). Los ganaderos que utilizan plátano como suplemento, suministran alrededor de 10 kg de fruta fresca por animal/día; los que suplementan con yuca dan entre 2 y 3 kg/día/animal de raíces picadas. Si bien la zona no es típicamente bananera, el 70% de los ganaderos cultivan plátano en sus chacos; el cultivo de yuca es común en la región. La interacción entre el componente agrícola y el pecuario del sistema, es muy importante puesto que puede conducir a minimizar los costos de producción.

Los problemas sanitarios más importantes son la alta incidencia de ecto y endo parásitos; las enfermedades más importantes son la piro y anaplasmosis, diarreas en los terneros y aftosa. La mastitis no es importante debido a que el ternero realiza una eficiente evacuación de la ubre. Los ganaderos realizan los controles de parásitos y las vacunaciones con regularidad; en este punto es donde tienen mayor capacitación.

Figura 10. Proporción de fincas que utilizan diversos suplementos alimenticios.

Comercialización

Sólo 30% de los ganaderos vende la leche producida en su finca, la mayoría fabrica quesillo y consume parte de la leche. La comercialización de la leche se realiza principalmente en Ivirgarsama y Entre Ríos, donde es vendida a un precio que oscila entre 1 a 1.5 Bs el litro. Los quesillos se venden a un precio de 1 a 2 Bs la unidad en las mismas poblaciones. La próxima instalación de una planta de acopio y procesamiento de leche en Ivirgarsama, facilitará en gran medida la comercialización del producto. Ese hecho unido a una reciente cobertura crediticia para los productores seguramente incrementará la actividad ganadera en la región.

Respecto a la comercialización de ganado para faeneo o engorde, la mitad de los ganaderos vende los machos al destete a un precio que oscila entre 180 a 300 Bs. La gran cantidad de pobladores flotantes presentes en las principales poblaciones de la zona, incrementa la demanda por carne, por lo que hay fluidez en las ventas.

Un esquema que resumidamente presenta las características del sistema de producción predominante en la región se presenta en la Figura 11.

Figura 11. Representación esquemática del sistema de producción de doble propósito prevaleciente en Carrasco tropical.

Conclusiones

El tipo de explotación predominante es de doble propósito y complementario al componente agrícola con el cual interactúa. Esa situación reduce los costos de producción.

Se evidencia una relativamente alta utilización de forrajeras introducidas y un mal manejo de los pastizales.

La producción de leche es baja debido al manejo deficiente de los pastizales y de los terneros.

La demanda de leche en la zona es reducida, sin embargo se incrementará por la próxima instalación de una planta lechera.

Se sugiere la necesidad de evaluar pasturas ya integradas a los sistemas de producción reales, como una etapa adicional de la investigación.

Literatura citada

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