El cultivo de secano - Determinación de la humedad
en barbechos de año

Jorge Espinoza

Ing. Agr. Catedrático de Suelos y Abonos

 

Introducción

La práctica del "cultivo de secano" en otras partes del mundo como Estados Unidos, ha sido y es objeto de atentos y cuidadosos estudios para conocer sus modalidades e imprimirle una técnica adecuada. Indudablemente, la preocupación de los investigadores en este respecto ha estado dirigida al estudio de tres factores importantes, siendo ellos: el clima, el suelo y el laboreo de la tierra. De aquí que, de la naturaleza del clima, de la calidad de los suelos y de las prácticas de laboreo de la tierra, es que depende en gran manera el éxito de un cultivo de secano.

Dada la importancia que tiene dentro de nuestro medio el mayor conocimiento de este problema agrícola, es que hemos creído conveniente ocuparnos de estudiar algunas de sus modalidades que sean de mayor interés, que estén a nuestro alcance y de los medios con que podamos contar para auxiliarnos en el proceso de las observaciones y experimentaciones.

En el convencimiento de que el problema fundamental en las prácticas de cultivo de secano, es aquel que se relaciona con la humedad, es que iniciamos este primer estudio con la finalidad de conocer con el mayor detalle posible todo aquello que se refiere a la humedad disponible en la capa arable o porción activa del suelo, y de las prácticas de labrar la tierra o preparar los barbechos conducentes a almacenar el agua de lluvia en tal cantidad que alcance para los primeros requerimientos de la planta y pérdidas por evaporación que indefectiblemente se producen. De la mayor cantidad de agua que un suelo pueda retener y de las prácticas más adecuadas a esta finalidad es que dependerá, en suma, el éxito de una cosecha dentro un sistema de cultivo de secano.

El valle de Cochabamba en aquellas porciones favorecidas por los suelos más convenientes para la práctica del cultivo de secano, enseña que este método de cultivo ha sido y es uno de los más hábilmente ejecutados. Sin embargo, vale la pena aclarar que no siempre se lo ha conocido en su verdadera acepción, a más de existir absoluto desconocimiento en su verdadera interpretación técnica, caso este que consideramos de gran utilidad, tanto para los agrónomos como para los agricultores en general en cuya ayuda acudimos sin mayores pretensiones.

Capítulo primero

Descripción del Valle de Cochabamba.- Clima y suelos

Generalidades.- En el territorio de Bolivia, el cultivo de secano se practica en contadas localidades y, probablemente, es en los valles centrales de Cochabamba, donde esta práctica constituye todo un método de cultivo, aprovechándose así las condiciones ideales de clima y suelo en la obtención de cosechas remuneradoras. También se lo practica en forma limitada, en Santa Cruz, y puede pensarse que Villamontes ofrezca algunas condiciones de medio favorables.

La superficie dedicada al cultivo de secano dentro el valle de Cochabamba, en realidad es pequeña y probablemente no excede de las 10.000has.

La zona elegida para este estudió, por reunir las condicionéis más ideales para el verificativo del, cultivo de secano, está localizada en el valle alto formado por las, provincias de Arani, Punata, Cliza y Tarata se encuentran a una altura media de 2.730.m. sobre el nivel del mar. La localidad misma es conocida por Monterredondo, cantón Toco, perteneciente a la provincia de Cliza, está situada al Sud Este del poblado que es la capital, y a una distancia aproximada de 6km. siguiendo el camino carretero que conduce a Villa-Rivero o Muela.

La ciudad de Cochabamba y el valle que la circunda, forman parte del valle bajo o central situados a un nivel más bajo (2.550m.), irrigado con aguas qué se almacenan en el vaso de La Angostura, porción inferior y donde el valle alto se cierra, uniéndose con el de Cochabamba, por medio de una angosta garganta y por donde discurre el río Sulti o Tamborada. Es precisamente a este río que se lo ha obturado con un dique de tierra para almacenar agua con fines de riego. De este modo, el valle de Cochabamba en sus tierras laborables de temporal y con muy pocas excepciones, ha dejado de pertenecer al régimen de cultivo de secano para incorporarse bajo un régimen de agricultura de riego en una superficie de 8.500has.

Clima.- No vamos a insistir sobre la importancia de este factor preponderante de la agricultura y particularmente del de secano, sino en lo estrechamente relacionado con esta práctica; dejando constancia de que el clima, en este respecto, es condición sine quanon y que son la temperatura, precipitación pluvial y evaporación, los tres fenómenos meteorológicos que influyen marcadamente en el curso de la producción de las cosechas, para lo que hemos tomado datos de tres estaciones termopluviométricas: Cochabamba, La Angostura y Cliza, recopilados por el Servicio Meteorológico y algunos registros existentes en la Dirección General de Riegos, entidades dependientes del Ministerio de Agricultura.

Infelizmente no nos ha sido posible conseguir, por el momento, registros completos de los tres fenómenos meteorológicos aludidos, y que mayormente nos interesan, dejándose por esa circunstancia claros con la esperanza de ir llenándolos posteriormente.

Los cuadros No 1 y 2 resumen los factores climáticos de mayor interés y que son: precipitación pluvial, temperatura y evaporación por meses y por períodos estacionales. De acuerdo a estos datos los valles de Cochabamba, de un modo general, están comprendidos dentro el grupo "climas templados" de Köppen, caracterizado porque la temperatura media del mes más frío queda por debajo de 18 °C con una precipitación pluvial que tiene lugar en verano y con la estación invernal seca que lo coloca entre los de tipo continental. Por otro lado, la calificación climática asignada por el servicio meteorológico, que la ha hecho en base al sistema propugnado por W. Thornthwaite, es la de "templado, sin cambio térmico invernal bien definido. Semiseco, con otoño, invierno y primavera semisecos". Cabe advertir que la calificación climática para cada una de las estaciones ofrece una pequeña variación en cuanto se refiere al valor del índice 1 o jerarquía de humedad, pero que, en lo fundamental, se mantiene el mismo y no influye mayormente para el motivo de nuestra tesis.

Siempre atentos al hecho deque la agricultura es una consecuencia de los factores, clima y suelos, en lo pertinente a la técnica del cultivo de secano, el primero de estos factores, o sea el climático, depende a su vez del grado térmico, de la cantidad total de lluvia y de su régimen de distribución y del proceso de evaporación.

Cuando el total de lluvia precipitada no excede de los 500 mm de altura por año, se dice que el clima es árido, en consecuencia nuestros valles por este factor son del tipo semi-árido, ya que los totales anuales son de 506,8 mm para la estación de Cochabamba, 525,3 mm para la Angostura y 459,4 mm para Cliza. En su distribución estacional es el verano comprendiendo a los meses de diciembre, enero y febrero los de mayor efectividad, alcanzando al 62,43% del total llovido en el año, distribuyéndose el saldo de 37,57% en las restantes estaciones y teniendo relativa importancia las lluvias del primer mes de otoño y del ultimo de primavera, estos porcentajes se refieren a los datos correspondientes a Cliza por ser la más próxima a la zona escogida para este estudio.

La evaporación que, desde luego, norma en gran forma la efectividad de la humedad depende de la temperatura, de la sequedad del aire y de la velocidad del viento; y en muchos casos, este fenómeno excede en mucho al de la precipitación. Es bien conocido el hecho de que la humedad efectiva no sólo depende de la precipitación pluvial sino qué también de la temperatura y de ésta, a su vez, depende fundamentalmente la evaporación.

La temperatura ambiente de un modo general es favorable, aunque su intensidad en los meses primaverales hace que el proceso de evaporación se acelere, constituyendo un factor hasta crítico si las primeras lluvias se retardan demasiado, pudiendo en ciertos años perjudicar considerablemente las cosechas.

Suelos.- La naturaleza y calidad de los suelos y su espesor constituyen otro de los medios naturales del que la agricultura depende. En el caso concreto del cultivo de secano el suelo es factor fundamental, una vez que este método de cultivo no se practica sino en aquellos suelos profundos constituidos por materiales de finura mediana, comprendiendo a los siguientes tipos texturales: migajones arenosos muy finos, francos, migajones limosos, limos y migajones arcillosos, estos últimos sólo a condición de estar convenientemente estructurados. De los tipos indicados son particularmente aptos, tanto por su constitución mecánica, como por su capacidad productiva, los tipos franco, migajón limoso y limo.

En lo que concierne a sus cualidades mecánicas o físicas estos materiales de suelo poseen, como características sobresalientes, la de ser sueltos y por consiguiente porosos, con una alta capacidad absortiva y retentiva de humedad; caso este último que interesa en extremo para la preparación de buenos barbechos de año, aparte de que su soltura permite la ejecución de una adecuada pulverización, sin ir a la extrema, que en cierto modo resulta un factor negativo. La capacidad de aireación así como de calentamiento de esta clase de suelos es también otra condición favorable.

En lo pertinente a sus cualidades bioquímicas estos suelos se catalogan como medios muy favorables, si no han sido mal manejados o excesivamente empantanados. En este punto conviene tomar en cuenta que, en nuestro medio, existe la perniciosa costumbre de echar el ganado en los rastrojales para así eliminar todo vestigio de residuos de rastrojo perjudicando considerablemente las cualidades del suelo en lo que a provisión de materia orgánica se refiere. Es bien conocido el hecho de que los suelos de zonas áridas y semi-áridas son sensiblemente más pobres en materia orgánica y por consiguiente en nitrógeno, comparativamente con los suelos de climas húmedos, y no así en lo que se refiere a las provisiones de fósforo, potasio y calcio. Entonces, cualquier práctica que vaya en desmedro de la provisión de residuos orgánicos repercutirá en las disponibilidades del nitrógeno que a su vez repercutirá en el rendimiento de las cosechas. Para que se cumpla normalmente el ciclo del nitrógeno para la provisión de nitratos asimilables por las plantas, es imprescindible que el suelo reciba fuertes provisiones de residuos orgánicos.

Cuadro 1. Datos meteorológicos de tres estaciones del Valle de Cochabamba tomados de climas de Bolivia (1) Régimen pluviométrico de Bolivia (2) y Registros de la dirección general de riegos.

(1) Climas de Bolivia.- Roberto G. Prada.- Publicación de la D. G. de Meteorología del Ministerio de Agricultura, 1948.

(2) Régimen pluviométrico de Bolivia.- Ismael Escobar V.- Publicación de la Dirección General de Meteorología, 1948

Cuadro 2. Distribución estacional de precipitación, temperatura y evaporación.- Datos tomados de climas de Bolivia (1) régimen pluviométrico de Bolivia (2) y registros de la dirección general de riegos.


(1) Climas de Bolivia.- Roberto G. Prada.- Publicación de la Dirección General de Meteorología del Ministerio de Agricultura 1948.

(2) Régimen Pluviométrico de Bolivia.- Ismael Escobar V. - Publicación de la Dirección General de Meteorología 1948.

Tampoco debe olvidarse que la materia orgánica y sus productos de descomposición cumplen un rol preponderante en la buena estructuración de los materiales del suelo favoreciendo una conveniente granulación, asimismo la materia orgánica imprime al suelo una mayor capacidad de absorción y retención de humedad. Hasta que, finalmente, la materia orgánica es un material energético en la vida, multiplicaciones y función de la flora y fauna microorgánicas.

Características morfológicas del perfil del suelo estudiado.- Los suelos son el resultado de deposiciones aluviales producidas y que se producen natural y artificialmente. Son formaciones naturales, si los materiales que forman estos suelos son el resultado de deposiciones por desbordes de ríos de aguas lodosas, dando lugar a las planicies aluviales o de inundación; son artificiales, si el hombres es quién provoca la sedimentación guiando aguas turbias en épocas de avenidas para aportar nuevos materiales al suelo o recuperar, en muchos casos, suelos agotados y destruidos por la erosión.

De las numerosas exploraciones verificadas en la zona elegida para el estudio que hacemos, se ha llegado a la conclusión de que el lecho de material de suelo considerado como el más apto fluctúa entre los 60cm. alcanzando a más de 200; descansando unas veces sobre un material muy arcilloso, grisáceo obscuro en seco con un ligero tinte azuloso, terronoso y poco permeable constituyendo el material típico de las "tacras" cuyas características, físico-químicas y a modo de una primera tentativa de interpretación, están contenidas en un breve informe hecho por el Agrónomo Julio Montano en su calidad de Químico de suelos de la Dirección General de Riegos. Otras veces este subsuelo puede consistir en una arcilla pesada y achocolatada o café rojizo obscuro o este estar localizado por debajo del anterior material.

Capítulo segundo

Como se practica el cultivo de secano en el Valle de Cochabamba

Antes de hacer una descripción del cultivo de secano en nuestro medio conviene nos hagamos dos preguntas:

1.- ¿El cultivo de secano se refiere a aquella práctica de labranza de la tierra, con la que se consigue conservar humedad suficiente aprovechando las aguas de lluvia caídas en un determinado período lluvioso, y en la cantidad suficiente como para producir una cosecha en todo su ciclo vegetativo?

2.- ¿Es que se refiere a aquella otra, en que se prepara la tierra para conservar humedad del agua precipitada en una estación lluviosa y aprovechando ésta para las primeras necesidades de los cultivos, y terminar su ciclo vegetativo en el período lluvioso del año siguiente?

Indudablemente que el problema varía por muchas circunstancias, tales como épocas de lluvia e intensidad de éstas, factores climáticos, profundidad de la capa freática y clase de cultivos que se practican.

Lo único que parece claro en lo referente a este método de cultivo, es lo concerniente a las definiciones pero que mayormente tampoco son explícitas. Para aclarar conceptos nos permitimos transcribir algunos enunciados a este respecto; uno de ellos pertenece a William Macdonald, Agrónomo especialista en "cultivo de secano" y que dice: "El cultivo de secano bien puede definirse como la conservación de la humedad del terreno durante largos períodos de sequía por medio de labores adecuadas, al mismo tiempo que por empleo de plantas resistentes a la sequía".

Otra de las definiciones que encontramos en el Diccionario de Agricultura, Zootecnia y Veterinaria, dirigido por el Dr. Agrónomo Augusto Matons es: "SECANO": Denomínase así la tierra de labor que no tiene riego, y solamente se beneficia del agua de lluvia. Lo componen pues, las tierras áridas que se encuentran bajo un clima de escasas lluvias y de extensa evaporación atmosférica".

Hasta que, finalmente, encontramos en el Boletín No 1545 del Departamento de Agricultura de. Estados, Unidos de Norte América (Farmer's Bulletin) por Hyron Hunter: "Métodos de, cultivo de secano aplicados al cultivo de trigo en las Planicies de Columbia River y Snake River" algunos conceptos que, aunque no implican una definición, dan una idea en relación al problema del que nos ocupamos: "Esta práctica dice Hyron Hunter consiste en barbechar y preparar las tierras en un año y obtener una cosecha de grano, generalmente trigo, al año siguiente". En otro párrafo indica el mismo autor: "Los métodos de preparar la tierra en un verano para sembrar en el invierno siguiente, también se sigue en todas aquellas localidades de la Planicie de Snake River, que carecen de riego".

De esta suerte llegamos a tener una idea aproximadamente clara sobre lo que es un cultivo de secano, para luego tratar esta cuestión en todo lo que concierne a este método de cultivo dentro del valle de Cochabamba, que, como anteriormente hemos visto, pertenece a un clima semi-árido con una precipitación pluvial que fluctúa entre los 460 a 530mm. como total anual y con un grado térmico que lo coloca en la categoría de templado.

El método de cultivo de secano, clásico en nuestro medio, comprende a un sistema rotativo y ocupando en este sistema, como cabeza de rotación, el maíz sembrado sobre barbecho de año, cultivo este con el que se practica el verdadero cultivo de secano, seguido del cultivo de trigo para reiniciar la rotación con la preparación de barbecho de año. La duración del sistema en esta forma alcanza a tres años; o sea que, representa un año de barbecho por dos de cultivo. Sin embargo, no es raro observar prácticas de año y vez; en este último caso, la rotación consistiría en un año de barbechado por otro cultivo de maíz.

De acuerdo a lo anterior, el cultivo de secano se beneficia con las aguas de dos períodos consecutivos de lluvia; uno de ellos provee de humedad para ser almacenada con las labores de barbechado, humedad que servirá para la germinación de la semilla, y abastecimiento del primer período vegetativo de la planta, y el otro, para suplir las necesidades de agua en el resto del período vegetativo.

Barbechado.- En la metódica ejecución de las labores de barbechado es que reside el éxito del cultivo de secano, estas labores comprenden: 1) Roturación, 2) empantos, 3) labores de mullimiento, 4) siembra y 5) labores culturales.

La labor de roturación y que ordinariamente se practica en el mes de enero ya cuando los suelos están humedecidos por las lluvias, constituye una de las primeras operaciones; ésta, si es hecha con arado rústico y tirado por bueyes, comprende a un primer paso de ceja seguido de una cruza; la profundidad de remoción que no va más allí de los 10 a 15cm., si es ejecutada con arado de vertedera a tracción sangre, puede llegar hasta los 20cm. En Cambio si en esta labor pudiera siempre intervenir maquinaria agrícola, que en raras propiedades se llega a este ideal, la profundidad de remoción podría con facilidad alcanzar a los 40cm.

La segunda labor consiste en el empanto, que sigue a la roturación, y es la práctica de aportar al suelo el más grande volumen de agua, aprovechándose para esta finalidad las fuertes precipitaciones ayudado de riego con agua procedente de los escurrimientos superficiales superiores o utilizando las avenidas de riachuelos y pequeños cursos de agua. La lámina de agua incorporada al suelo en esta forma es muy posible que fluctúe entre los 20 y 30cm. representando un volumen de dos o tres millares de metros cúbicos por hectárea, con una profundidad de penetración de 60 a 100cm. respectivamente y que resulta normal para la clase de suelos que se utilizan en la preparación de barbechos.

La labor de riego de empanto puede ser ejecutada una, dos y hasta tres veces, seguido cada uno de la correspondiente aradura de suelo cuando este ha alcanzado su capacidad normal de humedad.

Las labores de mullimiento siguen a las anteriores prácticas y son ejecutadas en los meses de marzo, abril, alcanzando inclusive mayo, para concluir con una labor que los agricultores llaman de "cierre de barbecho". El mullimiento constituye el conjunto de araduras que tienen por exclusiva finalidad la de pulverizar la tierra hasta un grado tal, que cumpla las tres siguientes funciones de suyo importantes.

La primera es la de preparar un lecho mullido y profundo para recibir la simiente, la que al germinar tendrá a su alcance un buen volumen de suelo suelto y húmedo que le permita un perfecto como abundante enraizamiento del que en cierto modo depende una mayor absorción de solutos del suelo conteniendo a los elementos esenciales de la nutrición vegetal en beneficio de la planta productora.

La segunda función es bioquímica, una vez que este lecho mullido con bastante provisión de agua, con ayuda de una correcta aireación y temperatura también conveniente en los 120 o más días de relativo reposo, será asiento de una intensa actividad biológica, actividad dedicada por entero a la transformación de residuos vegetales y que, al final de cuentas, repercutirá en la producción de nitratos asimilables para las plantas, así como de fosfórico y potasa para constituir todo un almacén, y, por otro lado, la humedad conteniendo a los productos de la descomposición orgánica actuará sobre las partículas minerales aún inertes para obligarles a solucionarse cuando menos en parte para proveer al medio, de más alimentos aprovechables para las plantas.

Todas las actividades anotadas probablemente no se cumplirían en forma satisfactoria si al suelo le faltase calcio activo, ion tan de considerable importancia en todo el curso de las actividades bioquímicas. Este hecho de por sí nos induce a pensar que los suelos, a más de una contextura física conveniente, deben estar provistos en calcáreo y de aquí que, probablemente, los agrónomos antiguos tenían razón al insistir en que los suelos para el cultivo de secano deben seleccionarse entre las "margas arenosas o aluviales" asignándoles la calificación de los "mejores suelos".

La tercera función del mullimiento es formar un lecho superficial protector contra las pérdidas de humedad por evaporación, rompiéndose la capilaridad interior, así como también interceptar la propagación excesiva del calor solar que calentará menos intensamente los lechos que quedan por debajo del superficial mullido, a la vez que también será interceptado el paso del calor interior en beneficio de los procesos bioquímicos, cumpliéndose de este modo lo indicado a este respecto o sea que, la conductividad calorífica del suelo, decrece como aumenta su porosidad.

Las labores de mullimiento asimismo quitan a las malas yerbas las que, al no ser destruidas, consumirían gran cantidad de humedad, especialmente en el proceso de transpiración.

Todas las labores arriba indicadas, ejecutadas con cuidado y oportunidad, permiten que el suelo pueda retener suficiente cantidad de humedad hasta la época de la siembra, la que normalmente tiene lugar en los meses de agosto y septiembre, variación que es función de la variedad de maíz a cultivarse. Son las variedades tardías como el huillcaparu o morocho las que preferentemente deben sembrarse en la segunda quincena de agosto, cuidando de elegir los suelos más húmedos y fértiles, dejando para el maíz amarillo y otras de esta clase para ser sembradas en septiembre; estas últimas variedades son algo menos exigentes que las primeras.

La germinación se produce con uniformidad y las plantas pueden resistir sólo a expensas de la humedad del barbecho hasta las primeras lluvias que de ordinario se inician en el mes de diciembre; sin embargo, se producen alguno que otro aguacero ocasional en septiembre, octubre o noviembre.

Como labor cultural, con la finalidad de aprovechar más eficazmente las aguas de lluvia, el aporque es lo más importante y se lo practica también de modo especial; la práctica consiste en abrir pozos en la porción, de suelo que queda comprendida entre dos surcos é influenciado a cuatro grupos de plantas conforme se ilustra en el dibujo No 2.

Figura 2. A. Disposición de la poza receptora del agua de lluvia hecha con azadón afectando a cuatro plantas de dos surcos, B. Corte transversal enseñando la localización de los pozos en los surcos.

Determinación de la humedad útil en barbechos para cultivo de secano.- Indudablemente que la determinación de la humedad útil en los suelos y almacenada por medio de las prácticas de barbechado, constituye la finalidad primordial. Para esta determinación se han hecho observaciones cuidadosas de la humedad aprovechable que los suelos han mantenido hasta la época de las siembras y la que, asimismo, servirá para las necesidades de la plantita en desarrollo hasta que se produzcan los aguaceros del siguiente período lluvioso.

En determinados años, el tiempo comprendido entre el último aguacero de un año con los primeros del año siguiente, puede alcanzar los 180 días y es lógico imaginar que si el barbecho no ha sido convenientemente ejecutado como para almacenar suficiente humedad, ésta puede descender hasta el punto que corresponde al "coeficiente de marchitamiento" haciendo sufrir a los cultivos, y, sino se produce una lluvia que permita reponer el agua transpirada y tomada por las plantas, las cosechas sufrirán hasta el extremo de perjudicar seriamente la producción.

Los cuadros No 3 y 4 y la gráfica de la figura 2, constituyen el resumen de las determinaciones hechas en el campo.

Representación esquemática del perfil del suelo dedicado al cultivo de secano.

Cuadro 3. Humedad determinada y expresada en porcentaje de suelo seco (1).

Profundidad de muestra Textura

Volumen en litros

Peso húmedo en gr.

Peso seco

Diferencia gr.

Porcentaje

0.00 - 0.06 Franco

0.272

351.7

343.3

8,4

2.45

0.06 - 0.20 Franco

0.500

648.3

605.8

42.5

7.02

0.20 - 0.30 Franco-limoso

0.500

737.7

671.4

66.3

9.87

0.30 - 0.50 Franco limoso

0.500

798.0

704.0

94.0

13.35

0.50 - 0.75 Migajón-limoso

0.500

821.5

733.1

88.4

12.06

0.75 - 1.00 Migajón-limoso

0.500

821.8

754.0

67.8

8.99

(1) "Suelo seco" en este caso lo referimos a la humedad evaporada temperatura ambiente (32 a 35ºC) por el tiempo suficiente que permitió alcanzar una aparente desecación.

Cuadro 4. Humedad total estimada como agua disponible en la época de siembra.

Profundidad metros Textura

Coefic. de marchi-tamiento

Porcentaje de humedad determinado

Humedad total presente en suelo (%)

Lámina en cm

Volumen en m3 por ha.

0.00-0.06

0.06-0.20

0.20-0.30

0.30-0.50

0.50-0.75

0.75-1.00

Franco

Franco

Franco Lim.

Franco Lim.

Mig. Limoso

Mig. Limoso

8.75

8.75

10.50

10.50

10.50

10.50

2.45

7.02

9.87

13.35

12.06

8.99

11.20

15.77

20.37

23.85

22.56

19.49

0.2

1.1

1.3

3.5

3.9

2.9

20.0

110.0

130.0

350.0

390.0

290.0

Los coeficientes de marchitamiento han sido tomados del cuadro de S. T. Harding, asignándole al franco un punto ínter medio entre los valores registrados para migajón arenoso fino y migajón limoso.

La figura 3 constituye una representación gráfica de la humedad total presente en el suelo en porcentaje hasta la profundidad de un metro.

Figura 3. Representación gráfica de la humedad total.

En base a tos datos anteriores, y en forma aproximada, podemos estimar el agua disponible de las tierras estudiadas en la época de siembra. Sabemos que esta agua es la cantidad que un suelo debe tener entre dos extremos límites: coeficiente de marchitamiento y capacidad normal de campo.

El cuadro No 4 consigna los valores del coeficiente de marchitamiento, el porcentaje de humedad determinada y la humedad total presente en el suelo. Además el porcentaje de humedad determinado, y que precisamente es al que lo consideramos como la humedad útil, nos ha servido de base para calcular las láminas correspondientes para en seguida expresarlo en volumen, llegando de esta manera a encontrar una lámina total de 12,7cm. que representa 1.270 metros cúbicos de agua por hectárea a la profundidad investigada.

Indudablemente que de los anteriores totales la parte efectivamente útil al cultivo será a lo sumo aquello que se encuentra hasta los 50cm. de profundidad, que expresados en lámina y volumen hacen 10,8cm. y 1.080m3. por ha. Respectivamente.

Obras consultadas

1. Escobar V. Ismael.- Régimen Pluviométrico de Bolivia.

2. Espinoza. C. Jorge.- Apuntes de Agrología.

3. Hunter, Byron.- Dry Farming. Methodsa and Practices in wheat Groing in the Columbia and snake River Basins W. S. Department of Agriculture.- Farms Bulletin No 1545.

4. Jenny Hans.- Factors of Soil Formation.

5. Levi Enzo.- Apuntes de Hidráulica. Parte Cuarta.- Utilización Agrícola del agua.

6. Macdonald, W, M.S.AGR. El cultivo de secano (The Dry-Farming) Sus fundamentos y prácticas.

7. Matons, Augusto.- Diccionario de Agricultura, Zootecnia y Veterinaria.

8. Prada. E. Roberto.- Climas de Bolivia.