Un viaje botánico por la provincia de Chiquitos
del oriente boliviano

Cárdenas M.

 

La Provincia de Chiquitos en el Oriente de Bolivia, es una de las regiones más interesantes y menos exploradas de la América del Sud, desde el punto de vista de la Historia Natural. Varios naturalistas y médicos, la han visitado antes de la construcción del Ferrocarril Corumbá - Santa Cruz, en condiciones muy penosas de viaje y obteniendo por consiguiente sólo una información superficial sobre su flora y fauna. En la primera mitad del siglo pasado, exploraron las tierras de Chiquitos, los naturalistas Alcides D'Orbigny y Hugo A, Weddell, estudiando el primero con mucha detención, la antropología y condiciones de vida de los nativos que las habitaban entonces y la distribución de las especies de Cinchona o «Quina», el segundo. Ya en el presente siglo y en 1907, recorrió esta parte de Bolivia, el gran botánico alemán Dr. Theodoro Herzog, a quien debemos la primera identificación de las formaciones vegetales que la caracterizan y la colección de las especies botánicas más salientes en el trayecto de Puerto Suárez a Santa Cruz. Herzog, publicó después de este su viaje, el importante trabajo «Pflanzenformationen Ostbolivias» (Englers Bot. Jahrb., Bd. 44, 1900). Durante el año 1925, la Provincia de Chiquitos, fue visitada por una comisión médica destacada por, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil bajo la dirección de los doctores Olympio Oliveira Ribeiro de Fonseca y Joao Carlos- Nogueira Penido. El diario de viaje de esta comisión, que se ocupó principalmente de la parasitología -de la región, ha sido publicado en las Memorias del Instituto Oswaldo Cruz, en 1929 (Vol. XXXII). Poco antes de la Guerra del Chaco y pasando del Chaco precisamente, llegó también a Chiquitos, la gran expedición alemana dirigida por el Dr. Hans Krieg. El botánico de esta expedición, Dr. Lindrer, descubrió en la Plaza de San José una Aristolochia, que lleva su nombre y que llama la atención por sus grandes flores que se asemejan a mariposas nocturnas. Las publicaciones de esta expedición, son poco conocidas en Sud América.

A principios del presente año, hemos realizado un viaje de recolección botánica a Chiquitos, gracias a la valiosa colaboración del Ingeniero Delegado de Bolivia en la Comisión Mixta del Ferrocarril Corumbá - Santa Cruz, Dn. Julio Gumucio. Tanto el personal boliviano como el brasileño de la Comisión Mixta, pusieron a nuestra disposición sus cómodas residencias y autocarriles especiales entre San José y Corumbá. Aprovecho de esta oportunidad para elogiar y agradecer el alto espíritu de ayuda sin límites que nos prestó la Comisión Mixta ofreciéndonos inclusive la compañía de uno de sus ingenieros muy conocedores de la región, Dn. Mario Prada. El Comandante de la Región Militar del Oriente, General Dn. Humberto Torres Ortiz, nos ha prestado también una, cooperación eficaz dentro de su gran espíritu de pionero en el mejoramiento de las condiciones de existencia de estos lugares tan alejados de las zonas más pobladas de Bolivia.

Ya durante la Guerra del Chaco, estuvimos en la Provincia de Chiquitos y colectamos muchas especies botánicas en San José, Ipias, Roboré y la Laguna de Sucuará. En el viaje de, este año, fuimos acompañados por el Ing. Dn. Jorge Espinoza, Profesor de Agrología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de "San Simón" y el Dr. José L. Marquez, entusiasta viajero, conocedor del Chaco boliviano y colaborador eficaz.

El objeto principal de nuestro viaje a Chiquitos, fue esta vez, la exploración de la Flora Cactológica existente entre San José y Corumbá, una zona casi del todo desconocida desde este punto de vista y muy interesante en sus relaciones con las especies del Sur del Brasil y el- Norte Argentino.

Las condiciones en las que hemos realizado el viaje a Chiquitos durante el presente año, con todo el confort de las residencias de la Comisión Mixta y la movilización con estacionamiento voluntario en autocarril, resultan deliciosas si se recuerda el diario de viaje por la misma región del Dr. Herzog de 1907. Mientras nosotros hemos hecho en autocarril el trayecto Roboré-Corumbá, en unas tres horas, el Dr. Herzog, lo hizo en un mes soportando el chapaleo diario del fango fétido del camino, el desgarro lacerante de la piel por el bosque espinoso y el ataque inclemente de los insectos que acuden en nubes de diferentes especies, de día y de noche, ya que para los pequeños «jejeñes», no es un obstáculo el mosquitero. Por un lado hay que admirar la pasión científica y el vigor físico de los primeros exploradores de estas regiones y por otro lado la actual transformación radical de su aspecto como una consecuencia de la construcción del ferrocarril. Nosotros mismos, todavía hemos viajado, durante la Guerra del Chaco de San José a Roboré en tres largos días a caballo, bajo un sol canicular y en condiciones desastrosas de alojamiento nocturno hacen nada más que 16 años y ahora en este año, hemos tenido en las residencias de la Comisión Mixta, alojamientos que en nada se diferencian de un hotel standard en los estados tropicales de los Estados Unidos.

Características geográficas de la región

A la descripción geográfica de la Provincia de Chiquitos, que contiene la obra ya citada del Dr. Herzog, nada hay que añadir.

Unas dos terceras partes del territorio de Bolivia, están representadas por tierras bajas y boscosas en su mayor parte. En el Oriente, la Provincia de Chiquitos y en el sud, la Provincia de Cordillera y aún más al sud, Chuquisaca y Tarija, están cubiertas de bosques de pantano, bosques abiertos secos y espinares.

Para el botánico, lo más interesante en Chiquitos, es la serranía de arenisca que penetra a Bolivia desde el norte del Paraguay y el sudoeste del Brasil. Esta serranía que introduce a Bolivia la "oreandoflora" del Brasil y el Paraguay, se extiende de E. 20 S. hacia el O. 20 N., alcanzando alturas que apenas sobrepasan los 1000 m. En épocas geológicas pasadas, como indica Herzog, este sistema orográfico, estuvo relacionado con las últimas, estribaciones orientales de la Cordillera Andina Real. Hoy existe ese inmenso valle de unos 250 km, situado entre ambos sistemas orográficos y por el que corre el Río Grande, de curso aún indefinido.

La Serranía de Chiquitos, está formada a su vez, por la Serranía de San José al N. O. y la de Santiago con dirección S. E. Al norte de esta última, se extiende la Serranía de Sunsas. Cuando se contempla el panorama general, a la altura de Tucabaca, dice el Dr. Herzog, se tiene una vista grandiosa de los cerros de Santiago como una serie fantástica de castillos por el oeste y la cadena dentellada de Sunsas al norte. En efecto al recorrer esta provincia boliviana por la línea del ferrocarril, se deleita uno al observar paisajes sublimes en esa vieja cadena de cerros de arenisca de los más diversos colores que se interna desde el Brasil, pero al mismo tiempo también se sobrecoge al llegar a las regiones bajas de bosques de pantano, que desde Puerto Suárez hasta Santa Ana, se inundan en la época de lluvia por los rebalses del Río Paraguay, constituyendo un lodazal profundo. Ya a principios de Marzo y en un año considerado como seco, tal ha sido el presente, hemos visto la línea del ferrocarril en Tacuaral, lugar más bajo que Puerto Suárez y situado sólo a 100 m. sobre el nivel del mar, como un esqueleto de rieles apoyado sobre un muro de piedra que es su terraplén único, en medio de un pantano sin tierra firme visible en derredor.

El Dr. Herzog, al describir su viaje a mula de Puerto Suárez a Santa Ana, en 1907, decía lo siguiente: "Después de las lluvias, el suelo se vuelve una mazamorra sin fondo y el viaje, es un continuo resbalar y vadear en el barro. Las carretas de bueyes hacen depresiones en el suelo y allí fluyen las aguas sucias y verdes del bosque para que el viajero se enfangue no con poca frecuencia, hasta las alforjas. Los animales de silla, tienen temor instintivo por esos hoyos de agua y por eso tratan de evitarlos sin preocuparse de que el jinete, choque con los árboles o se enrede entre las ramas espinosas". Y en verdad, aún viajando cómodamente en un autocarril, uno trata de pasar lo más pronto posible por estas partes bajas situadas al este de Santa Ana. Nosotros, vimos un día un cactu, en plena floración, entre Tacuaral y El Cármen y tuvimos que entrar al bosque de pantano aledaño a la línea del ferrocarril, para fotografiarlo y tomar algunas muestras de herbario. Mientras preparábamos la cámara fotográfica y tomábamos notas de esta planta provistos de citronela para repeler a los insectos, fuimos sin embargo, materialmente cubiertos por nubes de zancudos que en los pocos minutos que duró nuestra tarea, nos desesperaron con sus picaduras obligándonos a huir al autocarril y partir enseguida a toda velocidad.

Casi toda el agua de los pantanos en la región de Tacuaral, proviene de las inundaciones del Río Paraguay y por esto aún cuando no llueva, siempre una gran extensión del suelo queda cubierta de agua. Los mismos ríos de esta zona, no parecen sino cursos eventuales del agua de inundación y un ejemplo de esto tenemos en el Río Tucabaca, que nace al norte en una planicie alta cubierta de bosque y casi del todo desconocida, para luego desaparecer en las llanuras del Otuquis en tiempo seco o ir corno afluente del Río Otuquis, al Paraguay en tiempo de lluvias.

Formaciones boscosas de Chiquitos

En la Provincia de Chiquitos, se puede distinguir los bosques de pantano o bosques altos de las llanuras inundadas, los bosques de las lomas cordilleranas y los "abayois". La Serranía de Chiquitos, como dice Herzog, es una especie de isla rodeada por los bosques del llano y donde se repiten las plantas de la Oreandoflora del sur del Brasil y las colinas del norte del Paraguay y, de Matto Grosso. Las especies características a estas diversas formaciones botánicas, las mencionaremos en el curso del itinerario de nuestro viaje y al final dedicaremos un párrafo especial a las Cactaceae de la zona.

De San José a Roboré

El 22 de Febrero de 1950, partimos de Cochabamba en un avión a "Panagra" y llegamos a Santa Cruz de la Sierra. Al día siguiente continuamos para San José, pasando por Concepción de Ñuflo de Chávez y San Ignacio de Velasco. Llegamos a San José a medio día y aprovechamos la tarde para visitar la magnífica escuela establecida en el antiguo convento jesuítico del pueblo, por religiosas italianas, recién venidas a Bolivia, y el moderno hospital construido por la Comisión Mixta. Todavía tuvimos tiempo disponible para realizar un recorrido por los alrededores en dirección a la toma de agua y la Cantera. En los claros de bosque, encontramos la Malvaceae de grandes flores púrpuras Pavonia speciosa HBK., la Graminaceae Panicum laxum Swartz y una bonita Iridaceae, de flores azúles, Cipura paludosa Aubl.

El 24 de Febrero, salimos en autocarril con dirección a Roboré. Entre San José y Taperas a una altura media de 350 m sobre el nivel del mar, se pasa por formaciones de "Abayoi" o Matorral abierto con predominio de pastales y árboles pequeños dispersos. A ambos lados de la línea ferroviaria, en grandes extensiones, el suelo y los troncos de los árboles altos ya muertos, están totalmente cubiertos por la Cucurbitaceae cosmopolita en los trópicos, Momordica Balsamina Linn., de pequeñas flores amarillas y frutos anaranjados que se abren lanzando las semillas envueltas en un arilo rojo. En este sector ya se ve una infinidad de Ipomeas, enredadas entre los matorrales y árboles con las flores de los más diversos colores que dan al panorama un aspecto muy hermoso. De Taperas seguimos subiendo para llegar a Ipias que ya está a los 450 m. Por aquí corre un río de aguas muy claras y el panorama es de un llano cubierto de pasto con árboles pequeños muy aislados. En las orillas del río, en medio del pajonal y a la orilla de los bosques vecinos, se ve las siguientes especies: Eleocharis geniculata (L.) R. & S., Rhynchospora corymbosa (L.) Britt., Utricularia globulariaefolia (Mart.) Benj., Tibouchina sp., Buchnera lobelioides Schlecht. Cham., Tamonea curassavica (L.) Pers., Anemopaegna glaucum Mart., Stenorrhynchus macranthus (Rchb.) Cogn., etc. De Ipias seguimos ascendiendo en dirección de El Portón, que es una estación de ferrocarril situada a 506 m, la más alta de toda la línea. Poco antes de El Portón aparece ya la Serranía de Santiago con ese su aspecto de castillos ruinosos y con los colores más variados de los tonos violeta y rojo. En todo este trayecto, llama la atención un árbol pequeño, de grandes hojas duras y flores blancas fraganciosas. Es la Plumiera latifolia Pilg. Este día llegamos a El Portón y quedamos hasta el día siguiente para ascender a la cumbre que se encuentra, frente a la residencia de esta estación. A simple vista parece muy fácil subir a estas colinas de arenisca por su altura pequeña, pero en realidad la primera parte del ascenso es cansadora porque es brusca y además, las sendas de acceso están dentro de bosque. Hemos debido ascender cuando más unos doscientos metros y estamos sobre un extensa planicie cubierta de pasto y de muy pocos árboles dispersos. La vista de los llanos y bosques circundantes desde estas alturas, es sencillamente majestuosa. De trecho en trecho encontramos depresiones naturales en la altiplanicie que contienen una agua negra y quieta, la misma que luego se filtra a través de las moles de arenisca y cae en forma de cascadas de agua cristalina y muy agradable para beberla. Entre las Graminaceae de estas alturas, encontramos: Trichachne insulares (L.) Nees, Chioris distichophylla Lag., Leptochloa virgata (L.) Beauv. y L. villosa Ekmann. Entre los arbustos pequeños y hierbas del pajonal pudimos distinguir Polygala molluginifolla St. Hil. o una especie afin, con flores blancas y hojas muy angostas, luego Chamaecrísta tecta Vogel, de flores amarillo doradas, la Rubiaceae de flores lila azuladas Declieuxia fruticosa (Willd.) Kuntze, una Violaceae de flores azul pálidas, Hybanthus sp., Vernonia platensis Less. y algunos Baccharis.

El 25 de Febrero en la tarde, proseguimos para Robo ré y a los pocos minutos de nuestro recorrido en autocarril nos encontramos frente a una enorme mole de arenisca en forma toscamente cónica que sobrecoge por su aspecto y colorido. Cuando se viaja en avión por encima de la Serranía de Santiago, parece que se distingue muy bien esta especie de pirámide. Entre los- matorrales que se observa a los lados de la línea, encontramos más tarde un arbusto de grandes flores doradas que es Cochlospermum vitifolia (Willd) Spreng., que tal vez es la misma especie que C. trilobatum Standl., descrita sobre una colección nuestra de 1934. Al aproximarnos a Roboré, ya distinguimos el bosque alto y campos de cultivo porque Roboré es seguramente, la región 'de todo este trayecto que tiene más extensión de suelo cultivable y varios ríos próximos. Al cerrar la tarde llegamos a Roboré, donde recibimos una afectuosa acogida del General Torres Ortiz y el Ingeniero brasileño de la Comisión Mixta, señor Mónaco.

Río de Ipias. Formación de "Abayoi" o matorral abierto de arbustos pequeños.

Paisaje típico de la Serranía de San Miserato. Un arco natural de arenisca, obra de la erosión.

Estación del ferrocarril Corumbá a Santa Cruz "el Portón". Formación característica de la Serranía de Chiquitos.

Bosque pantanoso de "El Tacuaral".

De Roboré a Santiago de Chiquitos

Uno de los anhelos más perseguidos ,en este viaje por el Oriente, fue para nosotros, visitar la Serranía de San Miserato, que es parte de la Serranía de Santiago. Es así que el 26 de Febrero en la mañana nos dirigimos en camión de Roboré a Santiago, saliendo así de la línea del ferrocarril y de los dominios de la Comisión Mixta. En este trayecto que se hace sobre un camino muy escarpado y de unas dos horas, encontramos la Araceae Taccarum Weddellianum Brongn. que estaba a los lados del camino llamando la atención por sus gruesas espigas de frutos rojizos como mazorcas de maíz, luego la Chamaecrista flexuosa (L.) Greene, arbusto de largas ramas horizontales, flores anaranjadas y otra Leguminosae que de lejos parecía una Adesmia, pero que en realidad fue una Aeschynomene. Hacia el medio día, llegamos al pueblo de Santiago, antigua misión jesuítica de importancia y somos cordialmente recibidos por el Misionero evangelista, Mr. George Haight, quien tiene establecida aquí una excelente escuela para la educación de los nativos, y por el Comandante de la Guarnición, Coronel Rioja.

El 27 de Febrero en la mañana, iniciamos la ascensión al San Miserato y después de una caminata de unas dos horas, llegamos a su cumbre, que en nuestro altímetro dió la altura de 970 metros sobre el nivel del mar. Estamos aquí, el Ing. Espinoza, el Dr. Marquez, el Ing. Prada, Mr. Haight, Dn. Cándido Peinado, vecino de Santiago y gran conocedor de las yerbas medicinales de la zona y de las numerosas cuevas del San Miserato y el que escribe estas líneas. Nuestra primera impresión al encontrarnos en la planicie cubierta de pajonal de San Miserato, es de una profunda satisfacción, porque por una parte hemos cumplido nuestro viejo anhelo de visitar esta parte de Bolivia y por otra, porque estamos en uno de los jardines botánicos naturales más exóticos situado entre moles y grietas de arenisca, que recuerdan una antigua población misteriosa. Desde luego, tenemos a un lado, un gran arco natural de piedra, obra de las fuerzas erosivas de la Naturaleza, que a pesar de considerárselas ciegas, han hecho, aquí, una obra de arte. Sobre este arco crecían muchas especies botánicas, aún no vistas por nosotros en nuestros ya numerosos recorridos, por con riberas cubiertas de pasto matizado con los más bellos colores que ofrecen las flores de una infinidad de especies botánicas de las más diversas familias. Entre las especies de Graminaceae, se destacaban: Gouinia brasiliensis (S. Moore) Swallen, Axonopus barbigenus (Kunth) Hitchc., Tristachya chrysothrix Nees y Pennisetum nervosum Ekmann. Entre las diferentes plantas con flores vistosas, encontramos: Utricularia subulata L., de flores anaranjadas y Genlicea filiformis St. Hil., ambas carnívoras de la Familia Lentibulariaceae, luego Calolisianthus acutangulus (Mart.) Gilg, con sus flores campanuladas de color lila, la Violaceae Hybanthus calceolaria (L.) G. K. Schulze, de flores azul pálidas y con hojas más anchas y torrentosas que la especie similar encontrada en El Portón, Polygala longicaulis HBK., de flores rosadas y del aspecto de una Euriocaulaceae, Polygala cuspidata DC., de flores blancas y hojas anchas y Buchnera palustris (Aubl.) Spreng., una bonita Scrophulariaceae de flores azules. Junto a las moles de arenisca y el arco ya mencionado, hallamos después de 43 años, el topotipo de Blepharodon philibertioides Schltr. y una pequeña Mimosa, que debe ser M. rupestris Benth. Siempre, junto al arroyo, vimos otra maravilla natural del San Miserato, una VeIlozia, del aspecto de un áloe arbóreo de algo más de un metro de alto y de grandes flores azul-lilas. Tenemos fotografías en kodachrome de esta vistosa planta, cuyas semillas las hemos enviado a algunos jardines botánicos de Europa y Estados Unidos. El Dr. Herzog, que en 1907, no vio las flores de esta planta, tiene ahora plantitas nacidas de las semillas que le hemos enviado. Abandonando la primera parte de la planicie del pajonal que nos ha tomado unas dos horas entre recolectar plantas y tomar fotografías, seguimos hacia la primera cueva, que es una gruta natural de techo angular y de una altura de cerca de ocho metros. Allí estaba la tumba de un súbdito italiano, el Sr. Miserandino, que anduvo por estos parajes buscando tesoros y tratando de establecer cultivos de café. Sin tener tiempo para escribir una advertencia humana en la gruta en el sentido, de que la región no es mineralizada ni puede encerrar tesoros jesuíticos, continuamos en dirección de la segunda gruta, que está a unos tres kilómetros de distancia. La entrada a esta gruta, es preciosa, consiste en un muro de piedra de gran altura, de donde cae tina agua clara y fría a un lado precisamente de la entrada misma a la cueva que se compone de una serie sucesiva de halls con techo de piedra y ventanas naturales arriba. Todo esto, es nada más que la obra caprichosa de los agentes erosivos y la desigual dureza de las rocas. Delante de la cascada y a modo de atrio, hay un patio circular donde crecen hermosos ejemplares del helecho arbóreo Cypthea schanschin Mart. Ya hacia el medio día, regresamos con dirección a Santiago y encontramos dos cactus nuevos, cerca del arco que visitamos en la mañana. Llegamos luego al pueblo de Santiago, para continuar a Roboré.

De Roboré a Corumbá

El 28 de Febrero salimos temprano de Roboré y llegamos después de una hora y media a El Cármen, estación ferroviaria situada sólo a 150 m sobre el nivel del mar y somos recibidos por el Ing, boliviano Sr. Moreno, hombre muy culto y conocedor viejo de la zona porqué ha trabajado en la Comisión Mixta desde la iniciación de los trabajos del. ferrocarril. Aprovechamos el resto del día para secar nuestras colecciones botánicas y realizar un rápido viaje en camión a la toma de agua de la residencia El Cármen. Aquí encontramos un magnífico dosel de piedra que cubre un estanque de fondo concretado. Las paredes de roca, presentan grabados rupestres, obra de los indígenas y ya descritos por la. Comisión Médica brasileña de 1925. Subiendo a un lado del estanque de agua, se encuentra una porción de bosque húmedo donde colectamos Adiantum delicatulum Mart., fussiaea suffrutícosa L. var. ligustrifolia (HBK.) Griseb., J. leptocarpa Nutt. var. genuina Munz, J. bonariensis Micheli, el cactu cilíndrico Monvillea cavendishi; (Momville) R. & Br., etc. Ya al regresar a la residencia, encontramos a la orilla del camino, una «pega - pega», planta que se pega a la ropa completamente y que es Mentzelia aspera L. Esta Loasaceae, no tiene pelos urticantes, pero siempre lleva pelos adhesivos. En este mismo trayecto, coleccionamos entre muchas otras especies, una Myrtaceae de frutos amarillos aromáticos y la Luchea uniflora St. Hil., de grandes flores blancas. Cerca de la residencia misma se encuentra una bonita yerba de flores azules y del aspecto de un pasto, que es Cammelina elegans HBK. En la mañana del 1° de Marzo seguimos para Corumbá y tenemos que recorrer por zonas cada vez más bajas e inundadas. Entre El Cármen y Palmito encontramos un curiche de aspecto muy bonito por su vegetación y por la variedad de aves de los más diversos colores. Entre las plantas acuáticas, colectamos: Heliconia psittacorum L. de flores rojo-anaranjadas y la Pontederia rotundifolia L. con hojas pequeñas y largas espigas de flores azules. Muy pronto llegamos al Tacuaral y estamos a sólo 104 m sobre el nivel del mar. El paisaje que se tiene a la vista aquí, es majestuoso, pues se trata de un inmenso curiche sobre el que aparece flotando la línea del ferrocarril. Debido a la altura tan pequeña, el calor ya es sofocante así como la cantidad de zancudos, considerable. En los bosques de pantano próximos, encontramos un árbol alto de flores blancas que era Calycophyllum multiflorum Griseb. y ésta es también la zona de muchos otros árboles que corresponden a esta clase de formación vegetal, como: Bombax marginatum K. Schum., Chorisia ventricosa Nees & Mart., Tecoma Ypé Mart., etc y de los arbolitos más bajos, tales son: Celtis brasiliensis Pl., Sebastiana nervosa Muell. Arg., Maytenus ilicifolium Mart. y otros. Tanto en El Tacuaral como en los curiches próximos, abundan las siguientes plantas acuáticas: Eichhornia azurea (Sw.) Kunth, con grandes flores azules, Echinodorus paniculatus Micheli, de grandes flores blancas, Hydrocleis nymphoides (Wil.) Buchenau, de grandes y muy delicadas flores blancas. Hemos visto a algunas de estas plantas acuáticas también en medio de una agua termal, bastante caliente, situada debajo de bosque y cerca de la estación ferroviaria, llamada Aguas Calientes. Después de Tacuaral, la línea del ferrocarril, vuelve a subir algo, pues Corumbá ya está a 166 m y así llegamos a Corumbá donde nos reciben muy cortésmente los funcionarios de la Comisión Mixta, que tiene sus oficinas centrales en esta ciudad brasileña. El 2 de Marzo en la mañana. paseamos las maestranzas del ferrocarril, situadas en El Adario a orillas del Río Paraguay. En la tarde hacemos un viaje a Urucum, ya en territorio brasileño y coleccionamos varias Ipomeas y una Jatropha de flores rojas. El 3 de Marzo en la mañana iniciamos nuestro regreso hacia San José y con paradas cortas, cerca de Tacuaral y El Cármen, llegamos en la tarde a Roboré. El 4 de Marzo seguimos para San José y durante este viaje de regreso, examinamos la vegetación en los bosques que se encuentran al pie de la serranía, compuestos de árboles altos. Este bosque si bien se confunde con el de pantano insensiblemente, se diferencia en absoluto por su composición específica. En el bosque que sube por los flancos de la serranía hasta unos 600 m. de altura, predominan el "Curupaú" o Piptadenia macrocarpa Benth., Hymenaea stilbocarpa Hayne, que produce legumbres harinosas dulces, Terminalia argentea Mart., de hojas blanquecinas llamativas y otras especies más. Como dice Herzog, en el suelo de estos bosques de lama., casi no hay ninguna vegetación arbustiva y :las mismas enredaderas y epífitas son muy escasas. A medida que se asciende la serranía, disminuye el tamaño de los árboles del bosque de loma y en una posición intermedia, antes de alcanzar los pajonales de las cumbres, se encuentra la palmera Acrocomia totai Mart.

El 5 de Marzo en la mañana, todavía hacemos un viaje a la Cantera de San José antes de tornar el avión de regreso a Santa Cruz, que salía ese día en la tarde. Así termina nuestro viaje y nos encontramos con nuestro herborizador colmado de ejemplares, después de un recorrido tan interesante aunque relativamente muy apresurado. Queríamos aún recorrer en autocarril, el tramo de 50 km de trayecto de San José hacia Santa Cruz, pero infelizmente la falta de tiempo no nos permite cumplir este deseo. Esperarnos que hasta fines del año próximo., llegue la vía férrea hasta Puerto Pailas sobre el Río Grande para recorrer el trayecto de aquí a San José, que lo consideramos de gran interés botánico y de gran porvenir forestal para Bolivia, en lo que se refiere a explotación de madera.

Las Cactáceas estudiadas en este viaje

Como hemos indicado al principio, el estudio de las Cactaceae, fue el motivo principal de nuestro viaje por la Provincia de Chiquitos, ya que las plantas de esta familia, no habían sido antes estudiadas por los hombres de ciencia que la visitaron, debido indudablemente a la dificultad de coleccionar ejemplares vivos de gran tamaño, viajando a mula o en carreta de bueyes. Además ninguno de los botánicos que nos precedieron en la visita a Chiquitos, fue especialista en esta compleja familia. Por las razones mencionadas, la flora cactológica de la zona que hemos visitado, estuvo totalmente inexplorada.

Nuestro encuentro con los cactus, comenzó en el trayecto de San José a Roboré. Antes de llegar a El Portón vimos a ambos lados de la línea férrea y en medio del bosque de loma, el "Cuguchi" o Pereskia sacharosa Griseb., árbol muy ramoso y temido por sus espinas, que crece silvestre en una gran extensión de la América del Sud, desde el norte de la Argentina y el Paraguay, hasta el centro-oriente de Bolivia sobre el paralelo 18° S. Se le emplea en el Oriente boliviano como cerco. Seguramente el cactu más dominante por su talla y frecuencia en todo el Oriente de Bolivia, es el "Caracoré" o Cereus dayamii Spegazzini, que se halla a la orilla de los bosques altos de loma y aún avanza algo por los llanos. Lo hemos visto desde San José hasta El Cármen, desapareciendo luego en la región de los bosques de pantano, para volver a presentarse cerca de Puerto Suárez y continuar por Corumbá a Urucum y seguramente más adelante todavía. Difiere en algo de la especie descrita por Spegazzini para el norte de la Argentina, pero en nuestro concepto es la misma especie. En un último viaje que hemos hecho de Santa Cruz de la Sierra a Isuri sobre el camino a Cabezas encontramos también esta especie, creciendo en la sábana. Damos a continuación, su descripción: Arbóreo, de unos 5 m de altura o más, con tronco de unos 50 cm de diámetro y 2-3 m de altura; areolas sobre el tronco casi cilíndrico, escasas, de 1 cm de diámetro, circulares, con fieltro gris parduzco y 7-14 espinas pardas desiguales de 1-5. 5 cm de largo; ramas abiertas, formando una gran copa terminal, verde glaucas; costillas en las ramas, 6-7 de 5 cm de altura por 1. 5 cm de ancho en la base; areolas de las ramas, 2-3 cm apartes, circulares, o transversalmente elípticas, de 4-5 mm de diámetro con fieltro gris; algunas ramas desprovistas de espinas y otras con 4 espinas aciculares de unos 5 mm de largo en cada areola; flores en número de 7 a 9, hacia el extremo de las ramas de unos 24 cm de longitud; ovario alargado con pocas brácteas; tubo algo encorvado con brácteas de 1 mm de largo por 6 mm de ancho en la base; piezas externas del periantio de 6 cm. de longitud, verdes con el extremo parduzco; piezas interiores espatuladas, de 8 cm de longitud, blancas, con tinte rosado en su línea media; estambres en dos secciones; filamentos blancos y anteras parduzcas; estilo de 18 cm de longitud, grueso, verde claro y coronado por 15-16 radios estigmáticos de 2 cm de largo, amarillo-verdosos; fruto cilindroide, algo encorvado, de 7.5 x 3.5 cm, de color púrpura magenta y con pulpa blanca. Entre El Cármen y Tacuaral, encontramos otro Cereus de talla más modesta que el anterior, de ramas más escasas y dirigidas casi verticalmente arriba. Esta especie que estuvo floreciendo y tenía además frutos, era Cereus stenogonus Schuman, que al publicarse la monografía de Rose & Britton, no era conocida sino por la descripción original, por una flor colectada de la localidad del tipo por el Dr. E. Hassler y por plantas pequeñas vivas y material botánico, colectados por el Dr. Shafer en Posadas (Argentina). La especie tiene como localidad de tipo, Taso de la Cruz en el Paraguay y su distribución abarca el Paraguay y Noreste Argentino. La identificación de las especies de Cereus, tal como aparece en la. literatura actual, es muy vaga por lacónica e imprecisa; será necesaria una revisión de este grupo tan interesante. Como la descripción original de Schuman es imprecisa, damos a continuación, la que hemos tomado sobre la planta viva y en su habitat natural:

Planta arbórea poco ramosa, casi sin tronco, de unos 5 m de altura; ramas ascendentes, más o menos rectas de unos 12 cm de diámetro; costillas cuatro, de 4-4.5 cm de alto y 1.8 cm de espesor en su base; areolas 3.5 cm apartes, circulares de 1 cm de diámetro y provistas de fieltro gris; espinas radiales 4, dirigidas hacia abajo, de 1.5 a 3.5 cm de largo; espinas centrales dos, de 3 a 6 cm de longitud y de color pardo claro al igual que las radiales; flores numerosas a lo largo de las ramas, largamente infundibuliformes y de unos 22 cm de longitud; tubo de la flor de 9 cm, con 2 a 3 brácteas anchas; piezas externas del periantio lanceolado-elípticas, obtusas, verdes con los extremos de tinte pardo rojizo; piezas interiores espatuladas, blancas hacia abajo y rojizas hacia arriba; estambres en un solo grupo insertos desde el tercio superior del tubo hasta la base de los segmentos interiores del periantio; filamentos verde claros y anteras parduzcas; estilo de 17 cm. de longitud, verde claro; radios estigmáticos 14, delgados de 2 cm. de largo, verde amarillentos; fruto ovoide de 8 x 5 cm, desnudo, de color púrpura magenta obscura; pulpa del fruto, blanca y semillas negras, bastante- grandes. Esta especie, prefiere al parecer los bosques de pantano, mientras que Cereus dayamii Spegazzini, se encuentra en los claros del bosque de loma al pie de las serranías.

En el trayecto de San José a la toma de agua y a la cantera, en la primera etapa del camino de Roboré a Santiago y entre El Cármen y Tacuaral, son frecuentes a orillas del bosque, dos especies de cactus cilíndricos, delgados, que crecen a modo de enredaderas pasivas apoyadas en los árboles. Son éstas, Monvillea cavendishii (Monvile) R. & Br. y Harriisia güelichii (Speg.) R. & Br. La primera, tiene tallos delgados con numerosas costillas bajas, espinas cortas y flores blancas que se abren de noche; fue mencionada hasta ahora, sólo para el sur del Brasil y el norte de Argentina y Paraguay. Esta especie, la hemos visto también últimamente, cerca de Santa Cruz de la Sierra, en la región de Isuri (Palmar) con frutos de color magenta obscuro y de forma ya elipsoide como globular o esferoidal en plantas del mismo sitio. Backeberg ha establecido varios subgéneros para Monvillea, basándose en la forma del fruto (Sukkulentenkunde, 1948). La segunda especie que también la hemos visto en Isuri, tiene apenas unas cuatro costillas angulosas y grandes flores blancas con brácteas foliosas largas sobre el ovario y el tubo.

Echinopsis calochlora Schumann, recolectada en el Portón.

Echinopsis stenogonus Schumann, Fotografiado en el bosque de pantano de El Tacuaral.

Cereus dayamii Speg.

En El Portón, encontramos tres especies de Cactaceae, una epífita sobre árboles altos, que era Epiphyllum phyllanthus (Linnaeus) Haworth y dos terrestres, la una creciendo sobre las cumbres secas de pajonal, Echinopsis calochlora Schum. y la otra, del aspecto de un Cleistocactus, que era Bolivicereus samaipatanus Cárdenas, var. divi-miserati Cárdenas. La especie, Epiphyllum phyllanthus, tenía flores largas, delgadísimas, de color crema y frutos ovoideos de cáscara blanda y de color rojo-lila con pulpa blanca. Esta Cactaceae, tiene una amplia distribución en la América del Sud, pues se la ha encontrado en Panamá, Colombia, Venezuela, Guayana Británica, Brasil, Bolivia y el Paraguay. De la especie Echinopsis calochlora Schuman, se conoce dos ilustraciones publicadas, una en "The Cactaceae", pág. 68, Vol. III, 1922 y la otra en U. S. Dept. Agr. Bur. Pl. Ind. Bull. 262: pl. 3. La ilustración contenida en «The Cactaceae», está copiada de ScheIle, Handb. Kakteen, fig. 52; es un dibujo que no da una idea clara de la especie tal como se la encuentra silvestre. La segunda, ilustración, es la fotografía de dos ejemplares de la planta procedentes de la Colección del Missouri Botanical Garden (1907), que si bien no presenta flores, es una representación más fidedigna del hábito de este cactu. La localidad de tipo de esta especie, es Corumbá y su área de distribución el Estado de Goyaz (Brasil). Nuestro hallazgo de la especie en El Portón (Bolivia), es entonces un record para una nueva localidad, así como la fotografía que ahora publicamos, es la tercera ilustración para la misma. Como la descripción original de Schuman difiere en algo de la que correspondería a nuestras plantas de El Portón, damos a continuación, una nueva descripción más detallada: Plantas simples, ploriferantes, globosas, estrechamente umbilicadas en el vértice, de 3-5 cm de alto por 6-9 cm de diámetro, verdes con los bordes de las costillas rojo-parduzcos; costillas, 14-15, delgadas hacia arriba y anchas abajo, derechas, crenadas y divididas en tubérculos agudos hacia arriba y obtusos hacia la parte inferior, de unos 8 mm de alto y 1- 2 cm de ancho; areolas, 8 mm distantes entre si, circulares, de 3 mm de diámetro, con fieltro blanco negruzca abajo y blanco en la parte superior de la planta; espinas radiales en parte de posición central, aciculares, delgadas, radiantes o algo apegadas a las costillas, en número de 7-10, desiguales siendo la más cortó de 5 mm, y la más larga de 10 mm; espina central una, de 1-2 cm de largo, de posición casi horizontal; todas las espinas ordinarias de color blanco rojizo y algo engrosadas en su base, en especial la central; espinas que se encuentran en el ombligo del vértice, pardo obscuras, rectas, de más o menos 1 cm de largo y algo dirigidas al vértice; flores, en nuestras plantas sólo en número de una, naciendo del tercio superior o la mitad lateral de la planta; botones florales enteramente cubiertos de una densa lana blanca sedosa; flor largamente embudada, de 17-20 cm de longitud; ovario globoso, de 1.5 cm de largo, verde-parduzco con brácteas casi lineales de 5 mm de longitud y rojizas; tubo de 12-14 cm de largo, delgado, de 8 mm de diámetro encima del ovario, casi cilíndrico, apenas ensanchado en la base del periantio hasta 2 cm de ancho, algo encorvado en su base y provisto de pocas brácteas agudas y rojizas semejantes a las del ovario, tubo de color pardo-verduzco hacia afuera y verde-blanquecino en su interior; ovario y tubo con pelos largos y ensortijados de color blanco y pardo claro en las axilas de sus brácteas, piezas del periantio, diferenciadas en tres grupos, las más externas, lineales de 3-4 cm. de longitud, pardas hacia afuera y verdosas hacia adentro, enroscadas hacia abajo, segmentos intermedios, lanceolado-acuminados, de 5-6 cm de largo, blanco verdosos con una línea central verde obscura; segmentos interiores lanceolados, anchos, mucronados, de 5-6 cm de longitud y de color blanco puro; segmentos del periantio en conjunto, relativamente escasos en número; estambres colocados en dos series, los inferiores naciendo desde unos 5-6 cm encima del, ovario, de 5 cm de longitud y los superiores insertos en la fauce de la flor, de 2.5-3 cm de largo; filamentos filiformes verde blanquecinos; anteras alongadas, amarillo claras; estilo delgado de unos 11-13 cm de longitud, algo engrosado arriba, verdoso abajo, blanquecino arriba y situado por debajo de los estambres a los cuales no sobrepasa por tanto; radios del estigma 9-10, de 6-8 mm de largo, delgados, encorvados abajo y de color amarillo verdoso.

La tercera Cactaceae de El Portón que es una nueva variedad de nuestra especie Bolivicereus samaipatanus, como ya hemos indicado, fue hallado sin flores y su identificación fue posible sólo más tarde, cuando las plantas recogidas en el viaje, florecieron después en el Cactario de la Universidad.

El lugar más interesante de nuestro recorrido, no sólo en lo que se refiere a las Cactaceae, sino a todas las demás plantas, fue el Cerro San Miserato de la Serranía de Santiago y de aquí precisamente proceden el tipo de Bolivicereus samaipatanus Cárdenas, var. divi-miserati Cárdenas, que ya hemos mencionado y el de una nueva especie de Frailea, que la hemos llamado Frailea chiquitana. La descripción de esta especie y la de la variedad nueva de Bolivicereus samaipatanus han de aparecer en «The National Cactus and Succulent Journal» de Inglaterra, número de Marzo de 1951. El hallazgo de una Frailea para Bolivia fue interesante, porque hasta ahora, este género se conocía de Uruguay, Paraguay, Sur del Brasil, Noreste Argentino y Centro-Sud de Colombia. Backeberg, piensa que este género estuvo muy ampliamente distribuido en otras épocas y que ahora ha- desaparecido en ese enorme espacio que queda entre Colombia y el Uruguay. Nuestra especie sería ahora la que corresponda a una posición casi intermedia. Sin embargo, todavía tenemos alguna duda sobre la procedencia de la especie Frailea colombiana (Werd.) Bckbg. Esta especie procede según la descripción original de Dagua sobre el Ferrocarril de Cali a Buenaventura. El botánico Henry Pittier, tan conocido por sus exploraciones en Venezuela y Colombia, recolectó todas las Cactaceae del Dagua en 1906 y no encontró ninguna Frailea. Nosotros en Agosto del presente .año, hemos estado en esa zona tan curiosa del Dagua con vegetación xerofila, totalmente rodeada de bosques de lluvia permanente y hemos hallado todas las especies de Pittier, menos Frailea colombiana.

Cochabamba, diciembre de 1950.