La palmera "cusi" y el aceite de "babassu"

Un gran recurso forestal de Bolivia, Orbignya phalerata Martius

 

Ing. Hernando de Irmay

Director Departamento Forestal - UMSS

 

En su libro «Las Misiones franciscanas entre los infieles de Bolivia», el R. P. Fr. José Cardús, hace referencia por vez primera de la importancia económica y amplia existencia de la palmera cúsi, y sus diferentes usos entre los indios guarayos en la Provincia de Ñuflo de Chávez, del Departamento de Santa Cruz. En breve relato explica el empleo que estaban haciendo ya en el año 1800 de la mencionada palmera, tanto los naturales como los mismos misioneros.

Fué Alcides d'Orbigny quien descubrió para la Ciencia este género en América, y el sabio von Martius hizo las determinaciones a base del material de d'Orbigny, colectado en Bolivia durante los años 1831 a 1832, cuya descripción la encontramos en el trabajo de von Martius «Palmetum Orbignianum. Descriptio Palmarum in Paraguaria et Bolivia Crescentium», Tomo Vll-3, de la obra de d'Orbigny: "Voyage dans l'Amérique Méridionale".

El género Orbignya, el cual está en la actualidad representado con cerca de veinte especies diferentes en la América, y en ciertos instantes nos confunde con el género Attalea, al que es muy relacionado, nos ha dado unas cuantas especies de alto valor comercial e industrial, como productoras de aceites vegetales de una calidad muy similar y quizás aún más valiosa que la obtenida del Cocos nucifera y la Elaeis guineensis, tanto en su composición química como industrial, y junto con ellos forman hoy los grupos de mayor importancia mundial en el abastecimiento de aceites vegetales de estos tipos.

Las especies del género Orbignya más ampliamente conocidas como productoras de aceites, son: Orbignya Martiana Barbosa Rodrígues, el famoso Babassú del Brasil, y Orbignya cohune, (Mart.) Dahlgren, la palma Corozo o Cohune palm de la América Central. Ambas, muy especialmente el Babassú, son ampliamente explotadas, y ésta contribuye grandemente a la economía del Brasil, como un producto netamente forestal, pero ni siquiera está explotada en un 10 % de su capacidad, comparada con la producción actualmente en marcha.

Los aceites comestibles constituyen uno de los elementos que más escasean en el aprovisionamiento mundial. Aún Bolivia, rica en palmas, y otras fuentes naturales de aceites comestibles, importa la totalidad de lo que consume.

En las selvas vírgenes de este país se pueden obtener nuevas provisiones de aceites comestibles para el mundo hambriento.

Es un hecho innegable que los aceites vegetales, grasas, y ceras constituyen uno de los grupos más importantes económicamente, como productos del reino vegetal.

El "babassu" en el Brasil y la "cusi" en Bolivia

En Bolivia la palmera conocida mundialmente a través de su valioso aceite, babassú, recibe los siguientes nombres comunes: Cúsi, Cusi, Cuci y Cusich, y ha sido identificada botánicamente como: Orbignya phalerata Martius y una segunda especie de importancia. menor como Orbignya humilis Martius. En cuanto a esta identificación botánica, la que aceptamos en un principio, existe cierta duda sobre la exactitud al haberla podido observar detenidamente en su hábitat y en diferentes partes del territorio boliviano, y creemos fundadamente que una revisión amplia se impone no sólo a estas dos especies, sino a todas las palmeras bolivianas, a la luz de nuestros conocimientos actuales; pero mientras tanto este trabajo sea realizado debemos basarnos en los hechos verificados un siglo atrás puesto que gran parte del material era incompleto.

En cuanto a esta discriminación o duda sobre la exacta identidad de esta especie forestal, Orbignya phalerata, ello no influye ni afecta en forma alguna a su valor como productora de aceite, ya que el mismo es exactamente igual, como lo han revelado los varios análisis comparativos hechos con el producto brasileño: es del mismo alto valor que el obtenido de la Orbignya Martiana, conocida como babassú y ampliamente apreciada e introducida en el mercado mundial, con creciente y firme demanda; lo que se podrá ver con claridad deduciendo de los siguientes datos estadísticos referentes al Brasil, hasta hoy el único exportador en escala de este aceite o de sus almendras. Estos datos han sido compilados del "Anuario Estatístico do Brasil", Año VI-1941/1945:

Brasil Números absolutos en tonelada Promedio de 5 años
1939 1940 1941 1942 1943 1944
Almendras Producción

61.806

68.162

72.161

56.786

50.170

--

61.817

Aceite Producción

--

6.462

6.784

6.731

6.327

13.864

8.033.60

Valor total (Cr$ 1.000.-)

Almendras Producción

53.057

54.128

70.929

76.051

81.327

--

67.098.40

Aceite Producción

--

16.055

24.950

31.804

33.049

79.142

37.000.00

Valor unitario (Cr$/t)

Almendras Producción

858

794

983

1.339

1.621

--

1.119.00

(Cr$ 1.00 = Bs. 2.30; U$S 1.00 = Cr$ 18.35; U$S 1.00 = Bs. 42.42)

Según Miriam L. Bomhard los Estados Unidos consumieron en el año 1941, 38.975.000 libras de aceite de babassú; la importación en almendras ha sido de 115.704.431 libras en 1939 y de 71.504.000 libras en el 1941. Abastecimientos aun hoy día muy insuficientes para cubrir todas las demandas de este aceite en los Estados Unidos.

Estas pocas cifras expuestas más arriba dan para el Brasil como país productor, y los Estados Unidos como país consumidor una idea amplia de las posibilidades del aceite de babassú en el mercado mundial, sin tener en cuenta las enormes posibilidades y necesidades del mercado local brasileño y boliviano.

En Bolivia, prácticamente no existe tal producción, y lo que se extrae en forma rudimentaria es usado exclusivamente en las mismas zonas de producción, y no llegará a un par de centenares de kilos anualmente.

El cúsi podría contribuir en parte, conjuntamente con el babassú, a engrosar el grupo de los llamados aceites «nuevos», los cuales están disputándole seriamente la supremacía mundial al aceite de coco Cocos nucifera L., y el aceite de palma Elaeis guineensis Jacq., y no hay duda que en un futuro cercano la importancia de los más arriba mencionados sobrepasará la de los segundos. El babassú se ha colocado en una posición preeminente y lo seguirá en el futuro cada vez en mayor proporción. El Brasil es hoy innegablemente la fuente de abastecimientos más grande que tiene el mundo en aceites de palmeras, y Bolivia podría ocupar un lugar envidiable en este orden, dadas sus riquezas naturales en potencia existentes, como vastas fuentes inexplotadas de aceites para margarina, grasas para cocinar y jabones.

El aceite de•cusi• y sus posibilidades

El fruto y la almendra: El fruto o nuez de la palmera cúsi, endocarpio, es de una estructura sumamente dura, compacta, leñosa; quizás el fruto más duro de todas las palmeras. Forma una estructura sólida, de una sola unidad, excepto el de las cavidades aisladas e independientes, en las que se encuentran las semillas o almendras, en número variable por fruto.

El fruto es de forma redondeada-picudo, generalmente oblongo, y de tamaño y forma de un huevo grande de pato, y de formas angulosas por lo apretado en los racimos; el color es de sepia-oscuro (del endocarpio), variando su tamaño, dentro de los siguientes límites: 7 a 16 centímetros de largo, generalmente 9 a 11, por 4 a 8 centímetros de diámetro, con un peso de 100 a 180 gramos por fruto .

Fruto de la palmera cusi Orbignya phalerata Martius

Dos frutos con la máxima cantidad de semillas Original: ½ del tamaño natural

Los valores medios para el fruto er, conjunto han sido las siguientes:

- Pericarpio, 10 a 11 %

- Mesocarpio, 23 a 24 %

- Endocarpio, 57 a 58 %

- Semillas (Almendras), 8 a 9 %

El pericarpio está formado por fibras muy resistentes, las cuales podrían ser utilizadas industrialmente en la fabricación de escobas, ciertos tipos de tapetes y otros objetos similares, y por ende constituir un buen combustible.

El mesocarpio está formado por una sustancia compacta de unos 2 a 5 milímetros de espesura, rara vez mayor; sumamente rico en almidón y tanino, de excelente consumo humano y muy indicado como alimento concentrado y reconstituyente para las personas desnutridas y niños débiles. Según G. S. Jamieson esta parte del fruto, en contraste con otros frutos de palmeras, sólo contendría alrededor del 1 % de grasas.

Del tenaz-leñoso endocarpio, comúnmente designado como la fruta misma, se extraen las semillas o almendras, las que sólo constituyen el 8 % a 10 % de todo el fruto; en cambio el endocarpio constituye el 55 a 60 % del fruto. Esta es la parte del fruto que más preocupa a los técnicos -y la industria, que tratan a diario de mejorar una maquinaria la cual sería capaz de romper el endocarpio con facilidad sin dañar las almendras que encierre en sus cavidades. El endocarpio es un excelente combustible, superior al pericarpio, y se asemeja mucho a la madera en su poder calorífico; también se obtiene un carbón de superior calidad, y un número considerable de productos valiosos por destilación.

Las almendras, las encontramos en número variable entre 1 a 7 por fruto, el promedio oscila entre 3 a 4, el número difiere con los frutos individuales, aparentemente sin relación con el tamaño de los mismos; como así también con las condiciones lo. cales de crecimiento de las palmeras; el tamaño de las almendras varía entre 2 a 5 centímetros de largo por 1 a 2 centímetros de grueso, asemejándose al tamaño de un dedo, algo triangular en sección, es suavemente curvado, de un color blanco-amarillento, algo hueco en su interior, y el tegumento que las cubre de un color sepia; el peso de cada almendra es de 3 a 4 y 1/2 gramos recién extraída: es la parte más valiosa del fruto y de toda la palmera. Estas almendras producen un aceite superior al aceite de coco.

El aceite y sus usos: El contenido en aceite de estas almendras varía entre 65 % a 70 %, y su aprovechamiento integral depende casi exclusivamente de la forma y métodos que se emplean en la extracción del mismo. Se están investigando nuevos métodos de extracción.

El color del aceite es de un suave amarillo, untuoso, fino, y de sabor agradable, de una densidad de 0.914, solidificándose entre 22 °C a 25 °C de temperatura, y se licúa entre 27 °C y 31 ºC. Su valor alimenticio está reportado como de 702.10 calorías.

Los seis análisis efectuados de las almendras de cúsi nos han dado los siguientes valores redondeados:

Agua

5.00

%

Aceite

67.00

%

Minerales (cenizas)

2.00

%

Fibras

6. 50

%

Proteínas

9.00

%

Carbohidratos

10.50

%

 

100.00

%

El aceite después de refinado en forma idéntica que el aceite de coco, al que se asemeja mucho tanto en olor como en gusto, y del cual es un substituto más que perfecto, se usa principalmente para los siguientes fines: como sucedáneo de la mantequilla; como aceite comestible; fabricación de glicerina; jabonería; en la fabricación de caramelos y otros dulces; en la manufactura de cristales a prueba de balas y usos similares; y en general los mismos y cada uno de los usos que el del aceite de coco (Cocos nucifera).

Hasta hoy el uso principal del aceite de babassú ha sido para la fabricación de jabonería ya que es el aceite ideal para este. fin industrial, y no tiene rival en ese sentido.

Se insiste en que su uso es adaptable como combustible para maquinaria diesel. Hasta hoy, ninguno de los aceites de palmeras, según M. L. Bomhard, ha sido usado comúnmente como combustible o lubrificante de maquinaria y mecanismos delicados, aunque algunos de ellos entraron como componentes de los llamados «cutting-oils» y ciertos tipos de grasas para mecanismos especiales; por lo que el aceite de babassú constituirá, quizás, una excepción de acuerdo a las insistentes reclamaciones brasileñas en ese sentido.

El peso específico del aceite de babassú a 15 ºC varía entre 0.868 y 0.918, el valor de saponificación entre 245 y 250; el índice de yodo es de aproximadamente 16, el índice de Reichert-Meissl 6, y el valor de Polenske 10.4.

Subproducto: Las almendras, una vez aprovechadas para la extracción de aceite, dejan muy buena torta cuyo principal valor radica como un buen alimento para el ganado, especialmente lechero, como así también como un buen abono azoado y fosfatado. Según R. Lüde, las tortas de babassú contienen los siguientes porcentajes de constituyentes: agua 9 a 10, grasas 4 a 16, proteínas 20 a 23, fibras 15 a 18 y cenizas 4 a 6.

La ocurrencia de la palmera cúsi

La palmera cúsi ha representado para los aborígenes un papel importante desde los tiempos remotos, principalmente para los indios Sirionos y Guarayos. Unos y otros obtuvieron de las hojas el material necesario para techar sus casas, cubrir las paredes; de las más tiernas hacían sus sombreros y cestería. El cogollo llamado palmito les proporcionaba un buen alimento, substancioso y muy agradable. El fruto les servía de alimento, cuya parte externa, pastosa, de buen gusto, era muy apreciado por ellos, y más tarde se servían de sus almendras y el aceite para los usos más variados, entre ellos cabe mencionar el empleo del aceite para untarse el cabello en la creencia que lo conservaba y hacia crecer.

En Bolivia la palmera cúsi se encuentra en forma espontánea en la parte norte de los departamentos de Santa Cruz y Beni; he sido informado también sobre su existencia en el Departamento de Pando, pero ello no me era dable de comprobar.

No se ha hecho un estudio total del área donde la misma se encuentra; no obstante por razones económicas especiales se ha dedicado el interés exclusivamente a la Provincia de Nuflo de Chávez del Departamento de Santa Cruz, y dentro de esta misma provincia al área ocupada antaño y conocida por las «Misiones de Guarayos». Por consiguiente, todos los estudios, datos y observaciones se relacionan y se refieren estrictamente a esta parte de la provincia.

Las mejores zonas halladas dentro de esta vasta área eran las correspondientes a las zonas de Yotaú - Ascensión - Yaguarú hacia el norte, y las más pobres las de Yotaú - El Puente - Quebrada Blanca, al sud, en cuanto a densidad de palmeras por superficie dada.

Las primeras palmeras de cúsi al internarse en esta área, proveniente desde la ciudad de Santa Cruz, por la vía de Puerto Banegas (sobre el Río Grande) - Pocitos - Madrecita - Los Cafeés - Palmarito - San Ramón - Quebrada Blanca, a unos 225 kilómetros de recorrido desde la ciudad mencionada, aparecen en la parte sur de la zona denominada Quebrada Blanca, sobre el río San Miguel, aproximadamente a 16° 15' S y 62° 35' W y siguen desde este punto casi en forma ininterrumpida hacia el norte por un trayecto de más de 100 kilómetros de largo y unos 10 a 15 kilómetros de ancho, terminando, aparentemente a unos 35 a 40 kilómetros al NNE y NNW de la zona de Ascensión.

Esta inmensa faja abarca ambos lados del camino de acceso hacia las «Misiones de Guarayos» desde Quebrada Blanca, prácticamente encerrada entre los ríos San Miguel en el oeste y el Río Blanco en el este, y ocupa una superficie de unos 100.000 hectáreas por lo menos con la palmera cúsi como especie predominante, y está formada de lomas pequeñas, hondonadas y llanuras.

No se han hecho exploraciones y estudios más al norte que Yaguarú y Urubichá, como tampoco se ha cruzado el río San Miguel hacia el oeste y la pequeña cadena de cerros medianos que se interponen en parte entre el río San Miguel y el Río Blanco en el este; aunque se llegó al Río Blanco a la altura de Urubichá y la Estancia Asunta, a 35 y 25 kilómetros de Ascensión respectivamente al NNE.

Esta vasta extensión no está cubierta totalmente de palmeras de cúsi, pero la misma está representada, tanto en los bosques altos como en los bajos; en los pastizales, barbechos, pampas y a orillas de los cursos de aguas, las cuales tenían un buen drenaje y rico suelo; en general la cúsi se observa creciendo en todos los diferentes tipos de suelos de la región, deduciendo por consiguiente que la misma adquiere y obtendrá en lo sucesivo su mejor desenvolvimiento y desarrollo en los ricos suelos de las depreciaciones.

Selvicultura

La palmera cúsi es una entre las otras especies de palmeras bolivianas, más esbeltas y graciosas; su tronco de forma cilíndrica, algo cuniforme, alcanza una altura de más de 12 a 20 metros, con 20 a 50 centímetros de diámetros; sus hojas son largas y duras, en número de 12 a 20, con un largo de 5 a 10 metros cada una.

Cada palmera carga de 2 a 8 grandes y pesados racimos de frutas; cada uno de estos racimos contiene de 150 a 400 o más frutos, y no es nada raro ver ejemplares en su plena madurez, sosteniendo entre 500 a 700 kilos de frutos. Estos rendimientos sólo se podrán esperar y obtener en condiciones muy favorables. En general, la producción oscila entre 2 a 3 racimos, conteniendo los mismos unos 200 a 300 frutos, por palma y año.

La palmera cúsi prefiere las áreas bajas-húmedas, a lo largo de los cursos de aguas, y en las selvas típicas de la Hylea Amazónica y muy frecuentemente en rodales puros, llamados localmente cusizales. El número de palmeras, de edades diversas en los cusizales de gran densidad, varía entre 100 a 500 o más por hectárea.

En su hábitat natural, la cúsi, crece cubierta de lianas y otras enredaderas, y dominada por la selva que la rodea; generalmente no fructifica hasta que su corona está ampliamente en libertad; en estas situaciones desfavorables la fructificación se retarda de 20 a 30 años o más. Así que aún cuando la cúsi se encuentra abundantemente en la selva, ello en forma alguna implica que su fructificación sea profusa y regular, sino todo lo contrario, a pesar de las condiciones ecológicas apropiadas, suelo y clima.

Por otra parte en los rodales casi puros, cusizales, y de gran densidad, como es natural la producción disminuye, sino deja de producir totalmente.

En cambio, en los pastizales, orillas de cursos de aguas, y otras situaciones abiertas, donde la cúsi se encuentra en forma aislada o en rodales menores de 100 palmeras por hectárea, y libre de cualquier competencia vegetativa, cada palmera produce profusamente año tras año. El período vegetativo de la palmera en estas situaciones desde la germinación del fruto hasta la producción del primer cacho, es de entre 8 a 12 años, de acuerdo con el «medio» según le sea más o menos favorable.

La diseminación de los cusizales, en la forma como la naturaleza lo está realizando, dentro del área de las «Misiones de Guarayos» no ayuda a aumentar el volumen de producción de la cúsi. El «esfuerzo de producción» podría ser factible, aunque no siempre es fácil subsanar los gastos de cosecha y transporte de los frutos entre vegetación extraña, la cual medra entre las palmeras; sobre todo cuando éstas se encuentran a grandes distancias las unas de las otras.

Para obtener una información aproximada de las posibilidades económicas, derivadas de una explotación racional de esta palmera, dentro del área mencionada, se ha hecho un recorrido general de la misma y estudiado detenidamente todos los factores inherentes a tal empresa. Para mayor claridad y determinación de las necesidades selvícolas se han elegido varias parcelas de recuento a lo largo de todo el área; en estas parcelas se ha procedido a un inventario riguroso de toda la vegetación existente en las mismas; las parcelas han sido seleccionadas, hasta donde ha sido posible como representantes medios de las zonas en que han sido ubicados, y el resultado de estos inventarios se puede apreciar, en valores aproximados, como sigue:

- Palmeras, maduras en fructificación

- Palmeras, de altura mediana en fructificación

- Palmeras, pequeñas aptas para fructificar

- Palmeras, pequeñas, de fructificación futura

Totales:

20 por hectárea

33 por hectárea

87 por hectárea

307 por hectárea

447 por hectárea

No se han observado enfermedades en este su hábitat natural, tampoco se han observado palmeras atacadas o destruidas por insectos.

Ningún esfuerzo se ha realizado hasta hoy para cultivar sistemáticamente esta valiosa especie forestal, no siendo casos aislados, como en la ciudad de Santa Cruz, donde encontramos la misma en algunas quintas cultivadas más bien con fines ornamentales.

El autor ha efectuado un único ensayo de germinación en condiciones poco propicias de temperatura y humedad, y obtuvo la germinación entre los 60 y 87 días de la siembra, y con un 51 % de resultado favorable; este ensayo carece de valor definitivo, y sólo puede ser tomado en cuenta como informativo.

Con la ayuda del silvicultor se podría obtener una formación de cusizales, espaciados debidamente, con un conjunto de unos 120 palmeras por hectárea. En cuanto a favorecer su expansión y desarrollo bastaría extirparlas de toda vegetación extraña y excesiva, dejando por lo tanto sólo el número de palmeras por hectárea antes indicado.

Para la industrialización integral del fruto, la actual diseminación de las palmeras, constituye también un factor de encarecimiento de la producción, mediante principalmente la falta de comunicaciones de un rodal al otro.

El problema mayor que se presenta al silvicultor es el de la remoción de la vegetación tumbada, y el corte del vigoroso crecimiento posterior, el cual en esta área de gran precipitación pluvial durante más de seis meses del año, prospera rápidamente y en forma exuberante. El fuego no se podría usar como «auxiliar» en esta tarea desbrozadora ya que retrasaría con su acción destructora el desarrollo de las palmeras, causando la muerte de muchas de ellas; es evidente de que aquí sólo el machete podría solucionar el problema, solución que consistiría en un intenso trabajo hasta que los cusizales naturales quedasen reducidos a verdaderos pastores de cúsis como se los podría denominar, y así llenarían un propósito económico doble, o sea plantaciones de cúsi y un excelente pastoreo para la cría y engorde del ganado.

Con el mencionado tratamiento selvícola las forestas de cúsi en las «Misiones de Guarayos», quedarían convertidas en verdaderas plantaciones comerciales de alto valor y gran producción.

Transformar los cusizales naturales en una industria forestal floreciente debería ser la aspiración de todos aquellos quienes desean la prosperidad de Bolivia, de la que las "Misiones de Guarayos" representan para un futuro una parcela apreciable.

Estimacion de una producción probable

Los cusizales de las "Misiones de Guarayos" representan diferentes extensiones y densidades, ello de acuerdo a sus distribuciones fisionómicas y su dependencia ecológica de las áreas, en general el número de palmeras productivas por hectárea se eleva a 100 en los cusizales más densos, y bajando a 10 y más en los más ralos.

De acuerdo a nuestras observaciones de las 100 mil hectáreas en las cuales se encuentra la palmera cúsi ampliamente distribuida, sólo unas 30.000 hectáreas podrían ser clasificadas en los momentos actuales en cusizales explotables, y en estas 30 mil hectáreas el promedio de palmeras productivas y aptas para entrar en una producción inmediata no pasará de unas 50 palmeras por hectárea; por lo que se tendría en un total 1.500.000 palmeras en producción inmediata.

A base de estos cálculos conservadores, se puede hacer el siguiente cálculo del rendimiento probable de la zona productiva de la palmera de cúsi en las «Misiones de Guarayos»:

- Superficie explotable: 30.000 hectáreas

- Palmeras explotables por héctárea: 50; total 1.500.000 palmeras

- Dos racimos de frutos por palma; cada racimo pesa por término medio unos 20 kilos por palma: 40 kilos de frutos

- Las almendras representan el 8 % de los 40 kilos de frutos; o sea en almendras por palma: 32 kilos de almendras

- En aceite el 65 % sobre 32 kilos-de almendras; por palma en aceite: 2 kilos de aceite 1.500.000 palmeras rendirán por año: 3.000.000 kilos de aceite

No cabe la más mínima duda, de que si se aplicaría a estos cusizales naturales, tratamientos selvícolas adecuados la producción probable actual podría incrementarse diez veces sobre su capacidad momentánea, o sea que se podría obtener una producción anual entre 25.000.000 a 30.000.000 kilos de aceite de cúsi de calidad inmejorable para los más variados usos.

El problema principal reside en la carencia de maquinaria adecuada para la industrialización de las almendras, y también en parte el problema del transporte; hasta que éstos dos obstáculos no estén resueltos y se invierta el capital necesario en esta industria, difícilmente se podría esperar una producción comercial de valor.

Un tercer factor reside, como ya he mencionado más adelante, en una maquinaria adecuada, la cual sería capaz de romper el duro-leñoso endocarpio satisfactoriamente y con rapidez, ya que éste raja muy irregularmente y daña las almendras que contiene, con el consiguiente perjuicio y pérdida para la industrialización. En la, actualidad ya están realizando muy buenos progresos y existen ciertos tipos de máquinas que empiezan a dar un resultado muy satisfactorio en cuanto al trabajo y rapidez de la operación.

Hoy la extracción de las almendras se realiza a mano, y un obrero diestro es capaz de rendir por día de trabajo entre 4 a 6 kilos de almendras, listas para la extracción, pero sólo el 17 % de estas almendras y por este proceso manual se encuentran enteras.

En la zona de las "Misiones de Guarayos" por los procedimientos más rudimentarias imaginables, se obtienen de unas cinco arrobas (una arroba igual a 11 y 1/2 kilos) de almendras entre 15 a 18 litros de aceite, y en general una arroba de frutos de cúsi rinde sólo 2 libras de almendras, por las grandes pérdidas que se experimenta actualmente en la extracción de las mismas.

Agradecimientos

Debo expresar con placer mi agradecimiento sincero al sabio misionero franciscano R. P. Anselmo Schermair E., quien con su larga experiencia y conocimientos profundos de las áreas de las «Misiones de Guarayos» ha puesto a -mi disposición desinteresadamente su rica y larga observación de más de veinte años de trabajo continuo y arduo en esta zona de Bolivia.

Quiero constatar mi reconocimiento a don Carlos Székerle, residente húngaro en Santa Cruz, quien me ha facilitado datos de la extracción del aceite de cúsi, como así también puesto a mi disposición el material necesario para los análisis, obtenidos de su equipo industrial por él diseñado y construido.

Sin la leal cooperación de estos dos admirables pioneros de las selvas del oriente boliviano me hubiera sido muy difícil preparar este informe en el corto tiempo disponible para ello. Ambos tienen de mí y especialmente el R. P. Anselmo Schermair E., un recuerdo grato y permanente.

Cochabamba, Diciembre de 1946.

Referencias bibliográficas

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