La caoba en Bolivia Swietenia macrophylla King

 

De Irmay H.

Ingeniero Forestal

Director Forestal, Corporación Boliviana de Fomento, Bolivia

 

Hasta hoy Bolivia no ha sido indicada, ni tampoco era conocida antes como un país en el que se halla la caoba en cantidades comerciales; sin embargo, encontramos una somera referencia sobre dicha especie, aportada en primer lugar por el Dr. Theodor Herzog, en el año 1909, en su trabajo titulado "Pflanzenformationen Ostbolivias"; pero últimamente los Profesores Samuel J. Record y Robert W. Hess la sitúan en su obra monumental, "Timbers of the New World".

En el presente artículo no sólo se trata de llamar la atención sobre la amplia existencia de la caoba en Bolivia, sino que, además, podrá verse su situación confrontada con la de los otros países sudamericanos.

La existencia amplia, abundantemente dispersa, ya sea en manchones y esporádicas presencias entre selvas de infinita variedad de especies, ha sido determinada con probada minuciosidad por el autor de este trabajo durante sus investigaciones forestales, las cuales fueron iniciadas en Bolivia desde fines del año 1944 y proseguidas hasta la fecha; investigaciones que comprenden todo el territorio de interés forestal. De dichos estudios he llegado a la plena confirmación que, desde el punto de vista netamente comercial, la caoba es la especie más valiosa que contienen las selvas tropicales del oriente boliviano. Le siguen en importancia, y de no menos valía, los nogales (Juglans sp.) y los cedros (Cedrela sp.).

La mara boliviana es la auténtica caoba conocida en el mundo entero; es la famosa mahogany que como tal la designan los ingleses. Así pues: mara-caoba-mahagony son sinónimos de la madera más fina y excelente con que cuenta el mercado mundial para las necesidades de alta ebanistería, interiores y otros usos industriales de gran valor, ampliamente apreciadas, se desconoce hasta hoy otra madera en su clase que pueda substituirla. Describirla aquí con sus propiedades y usos, sería innecesario, ya que los mismos son sobradamente conocidos.

La caoba es un. producto de varias especies del género botánico Swietenia, familia de las Meliaceae, con habitat en las Antillas, Centro América, México y la parte norte de Sud América; en ninguna otra parte del mundo la verdadera caoba se encuentra en estado natural, no siendo en las Américas. Hasta hoy los botánicos han descrito unas siete especies diferentes del género Swietenia o sean: S.mahagoni, S.humilis, S.macrophylla, S.cirrhata, S.candollei, S.tessmannii y S.krukovii; algunos son sólo variaciones o formas; únicamente dos de ellos tienen una distribución amplia y comercial, y son: Swietenia mahagoni Jacquin, y Swietenia macrophylla King. Una tercera especie Swietenia humilis Zuccarini, de dimensiones reducidas, tiene su área de dispersión en cantidades limitadas en la costa oeste de México, y de Centro América, pero sin mayor importancia comercial.

Distribución en las Américas

Swietenia mahagoni Jacq., tiene su área de distribución en la parte sur de la Florida, en Cuba, La Española, Jamaica y otras islas antillanas; pero su ocurrencia es cada día más rara y a causa de su explotación sin tregua desde la época del descubrimiento de nuestra América, está escaseando cada día más, me refiero a la que en el mercado mundial la designan, entre otros muchos, con los nombres de: Spanish, Cuban, West Indian Mahogany, Caoba de Santo Domingo. Actualmente ya solo Cuba y la República Dominicana son exportadores, pero en escala reducida por estar sus reservas ya casi exhaustas.

Swietenia macrophylla King, en cambio, con sus variedades o tipos botánicos, constituye actualmente y para el futuro el grueso de la producción mundial de la madera de caoba; es la última reserva que nos queda para un abastecimiento moderado de esta especie de las caobas. Su distribución se encuentra en América Central, parte sud de México, y norte de Sud América. En el mercado mundial esta especie recibe, de acuerdo a su procedencia, entre otros los siguientes nombres: Tropical American Mahogany, Guatemalan, Nicaraguan, Panama, Peruvian y Brazilian Mahogany. En el Perú y el Brasil su nombre vulgar es aguano, en Venezuela orura y en Bolivia mara.

En Sud América la hallamos en Venezuela y Colombia.

Se supone que existe una pequeña porción en el Ecuador; en el Perú, oeste del Brasil, y en Bolivia; mas no hay que contar en que se halla distribuida uniformemente por todo el territorio de dichos países; por ello es que la encontramos en ciertas áreas limitadas las cuales en gran parte, hoy por hoy, son inaccesibles para su explotación, debido principalmente a la falta de vías adecuadas de comunicaciones; motivo que coadyuva principalmente para interceptar dicha explotación en mayor escala.

Distribución de la mara en Bolivia

En Bolivia, la mara, crece aparentemente en diferentes formas; entre alturas de 200 hasta ocasionalmente 1.500 metros sobre el nivel del mar; con frecuencia se distribuye a lo largo de sus ríos donde hasta hoy la he encontrado en cantidades comerciales: Río Grande o Guapay, Piray, Yapacani, Choro, Ichilo, Chapare, Chipiriri e Isiboro de este a oeste, y hacia el norte en el Securé, Mamoré, Beni, Madre de Dios y Orton, y en el noreste en el San Miguel, Río Blanco e Iténez o Guaporé, más en algunos afluentes de estos mismos ríos, pero no en toda su extensión; lógicamente no sólo a lo largo de los cursos de aguas, de la cuenca Amazónica, mencionados, sino también hacia el interior.

Estas áreas naturales corresponden políticamente en parte a los Departamentos de Santa Cruz, Cochabamba, Beni, La Paz, y Pando.

Encontramos la mara en Bolivia, creciendo con preferencia en las tierras bajas, adyacentes a los cursos de aguas, allí donde la selva se inunda periódicamente durante la época de lluvias, desde noviembre a abril, con un suelo húmedo durante casi todo el año. Los árboles adquieren siempre su mejor y mayor desarrollo en las tupidas selvas las cuales se encuentran en ciertas elevaciones y alturas, con un suelo permeable y firme, fuera de los cursos de aguas, pero en sus inmediaciones; su distribución es generalmente esporádica y nunca en áreas grandes de caobas puras. Entre 500 a 1.200 metros sobre el nivel del mar, los árboles generalmente tienen un desarrollo menor y la madera es algo más dura siendo de creencia general que su calidad resulta mejor.

La mara, como ya he dicho, no forma bosques homogéneos, sino que la encontramos en selvas asociadas con un gran número de variadas especies; contándose como principales, por su valor comercial: María -Calophyllum brasiliense Camb., Ochoó-Hura crepitans L., Tumi-Amburana cearensis (Fr. Allem) A. C. Sm., Sangre de Toro-Virola spp., y los Cedros-Cedrela spp., entre otros muchos más. La ocurrencia de la mara tampoco se presenta en forma regular; en ciertas áreas, dentro de su natural dispersión, sólo encontramos algunas veces a razón de un árbol de mara cada dos a tres hectáreas, en otros, en cambio, se hallan hasta como doce árboles por hectárea. En ciertas áreas que podríamos llamar privilegiadas se han ubicado hasta veinte y siete árboles adultos de esta especie, pero ello es sumamente raro; en el norte del Departamento de Santa Cruz, en el triángulo formado por los ríos Grande y Piray, por ejemplo, es muy típica verla por manchones, distando empero éstos unos de otros a veces hasta de tres kilómetros entre sí.

Área forestal aproximada de Bolivia

En kilómetros cuadrados

Departamentos Extensión territorial km2 Extensión de los bosques
km2 %
PANDO Provincias Boscosas: Abuná, Madre de Dios, Manuripi y Tahuamanú

83.819

83.000

99.02

SANTA CRUZ Provincias Boscosas: Cercado, cordillera, Chiquitos, Velasco, Ñuflo de Chávez, Sara, Ichilo, Santiesteban, Warnes, Florida y Valle Grande

367.747

216.240

58.48

COCHABAMBA Provincias Boscosas: Carrasco, Chapare, Arani y Ayopaya

60.617

26.700

44.05

TARIJA Provincias Boscosas: Arce, O’Connor y Gran Chaco.

31.225

12.500

40.03

LA PAZ Provincias Boscosas: Iturralde, Caupolicán, Larecaja, Nor y Sud Yungas, Inquisive, Murillo y Muñecas

108.564

40.400

37.21

BENI Provincias Boscosas: Vaca Díez, Iténez, Marban, General Ballivián, Yacuma y Cercado.

206.264

72.650

35.32

CHUQUISACA Provincias Boscosas: Cinti, Yamparáez, Oropeza, Zudáñez, tomina, Azero y Azurduy.

50.765

16.900

33.29

POTOSÍ Provincias Boscosas: Sud Chichas

104.925

500

4.77

ORURO

52.900

---

---

Totales

1.068.826

468.890

43.870

La mayor y mejor distribución de la mara en Bolivia se encuentra en el área formada por el río Grande en el este, y el río Isiboro en el oeste, hasta la confluencia de los mismos en el norte con el Chaparé, donde se forma el río Mamoré, teniendo como límite, en el sur, una línea sinuosa que bordea las faldas de las serranías entre el paralelo 17° y 17°55', latitud sur; y es la más rica en esta especie forestal en el territorio que nos ocupa; la altura sobre el nivel del mar de dicha área es de 250 a 450 metros. La mara aquí sube hacia los valles en las faldas de las serranías ocasionalmente a 1.500 metros, pero no más al sur que el paralelo 17°55', término que constituye el límite sur absoluto de la dispersión de esta especie.

Abastecimientos

En su hábitat, en Bolivia, la mara adquiere proporciones apreciables, por lo que no es raro encontrarla de una altura que varía entre 45 a 60 metros, y con diámetros de 2.50 a 3.50 metros, y en ocasiones aun más; el promedio es de entre 30 a 35 metros, cuyos diámetros son de 0.80 a 1.60 metros encima de sus fuertes estribaciones, con un fuste recto, columnar, limpio de 12 a 20 metros de largo, ya que sus primeras ramificaciones recién comienzan a estas alturas; la corteza es muy sólida y generalmente de dos a tres pulgadas de espesor.

De acuerdo a los datos y observaciones cuidadosamente acumulados hasta hoy, la mara en Bolivia es, al parecer, dentro de su especie, una de las más ricas en toda la América del Sur, ya que en un promedio general y estimativo para esta vasta extensión, se puede calcular, con bastante seguridad, en unos dos a tres árboles de mara adulta por hectárea, dando cada árbol dos rollizos o troncas como mínimo, y éstos a su vez de 300 a 500 pies (board foot) de madera aserrada cada uno, o sea un promedio de 1.800. a 3.000 pies de madera de caoba por hectárea.

Los estudios hechos en otros países sudamericanos donde existe la caoba en cantidades comerciales demuestran que el promedio por hectárea es de uno a dos árboles. El Perú, entre otros, presenta ese promedio como satisfactorio para una explotación comercial.

Una existencia de cuatro árboles de caoba explotables por hectárea, es considerada por todos como excelente, y el máximum que se puede esperar; pero dicho promedio generalmente solo se puede obtener en ciertas y muy limitadas áreas.

Venezuela y Colombia no contribuyen al mercado mundial con cantidades de la madera de caoba. En el Ecuador se presume que la existencia de dicha especie se limita a lo largo de su frontera en el este con el Perú, pero, por el momento, carecemos de informaciones fidedignas que puedan confirmar esta suposición. En el Perú y el Brasil, el descubrimiento de la existencia comercial, en sus florestas amazónicas, data tan sólo de unos veinticinco años atrás; no obstante este corto período, el Perú se ha convertido ya en uno de los principales abastecedores de la caoba en Sudamérica; sus exportaciones anuales llegan ya a cerca de cuatro millones de pies, y el Brasil le sucede aproximadamente con otros tantos millones.

De acuerdo a los escasos datos estadísticos existentes en Bolivia, y reunidos en los últimos tres años de investigaciones personales, la producción no llega a un millón de pies de madera aserrada, la cual se consume totalmente en el país. Las posibilidades de este suelo son, sin embargo, muy grandes para la explotación racional de esta especie forestal, y contando con las mismas dificultades que tuvieron que vencerse tanto en el Perú como en el Brasil, podría fácilmente llegar e igualar la producción a la de sus vecinos, dando así salida a la madera por la vía del Amazonas, y para un tiempo indefinido.

Como un ejemplo de alta significación y de las posibilidades existentes, cito el hecho de que hace unos cien años, en 1846, solamente para Gran Bretaña, y desde el área del Caribe, se enviaron nada menos que 85,000.000 pies de madera de caoba, y para construcciones navales; actualmente la producción total en las Américas apenas alcanza unos 30 millones de pies anuales.

Los abastecimientos originales se han agotado grandemente, y muchos de ellos en forma completa. Los próximos abastecimientos tienen que venir y vendrán en el futuro de los nuevos productores sudamericanos los cuales ya por los motivos mencionados, se acrecientan de año en año.

Propiedades de la madera de mara

La madera de mara posee belleza, dureza y durabilidad, al igual que las caobas de otras regiones sud y central americanas, ya bien conocidas e introducidas en los mercados mundiales. En Bolivia se destacan cuatro tipos de caobas o maras; esta distinción se hace de acuerdo al colorido de la madera y su aspecto; el color de la madera varía de amarillo-claro a marrón rojizo oscuro, y son las siguientes:

 

Peso específico

Resistencia a la flexión kg/cm2

Mara amarilla

Mara acedrada

Mara colorada

Mara auchizada

0.554

0.562

0.687

0.712

997

702

806

848

El peso específico y la resistencia a la flexión dadas más arriba han sido determinadas por el lng. Hans Grether en el año 1924, de muestras de maderas provenientes de Nueva Moca, Departamento de Santa Cruz.

Según determinaciones propias, la mara tiene un peso específico medio de 0.573 con un contenido de 10% de humedad, siendo su poder de absorción de agua de 35.7%; estos datos se obtuvieron de veinte muestras cuidadosamente secadas cinco muestras diferentes de cada tipo, basándonos en su peso y volumen comparado con el peso del agua del mismo volumen. El peso medio de la madera ha sido de 35 libras por pie cúbico, variando entre 30 a 45 libras. Estas cifras aun no son definitivas.

Las maderas de caoba de otros países sud y central americanos, exclusive las de Bolivia, y según determinaciones de los Profesores Samuel J. Record y Robert W. Hess, autores de fama mundial en maderas tropicales, varía grandemente de una región a otra, y en los distintos tipos de caoba, según ellos, el peso específico es de 0.40 a 0.85, pero mayormente entre 0.50 a 0.60, con un peso de 25 a 30 libras por pie cúbico.

La calidad de la madera varía con las condiciones locales de crecimiento, suelos y clima, y no es uniforme por todo el territorio donde crece en Bolivia, pero estas variaciones locales en las características técnicas de la mara, afectan en un grado muy bajo su valor comercial. Estas condiciones de crecimiento son las que afectan su densidad, dureza, color, figuración, brillo,. grano, textura y peso.

La madera es del tipo mediano a semi-pesado, libre de defectos y de desperdicios, uniforme en el color y textura; tiene muy poca albura entre dos a tres pulgadas de ancho, de color amarillenta o casi incoloro; la madera sin olor ni gusto en estado seco, en verde o malamente secada, deja apercibir algunas veces un pequeño olor a rancio. Anillos anuales o zonas de crecimiento visibles a simple vista, variando éstos de muy angostos a amplias, hasta de diez milímetros de ancho en algunas muestras; la distribución de los poros es casi uniforme; se encuentran en los mismos depósitos de una resina color oscuro, como igualmente unos depósitos blancos: ambos son bastante comunes en la madera y visibles a simple vista. Hay un buen porcentaje de la madera figurado, en sus diferentes formas, variando de acuerdo a su procedencia local, pero generalmente es más rara de lo que se supone; flota muy bien; por lo demás sus propiedades técnicas son altas y excelentes, y nada tiene que envidiar la mara a las otras caobas sud y central americanas, productos de la misma especie.

Cochabamba, junio de 1947.

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